Cientos de personas celebran la elección de Qatar como sede del Mundial del 2022. (Reuters)
Cientos de personas celebran la elección de Qatar como sede del Mundial del 2022. (Reuters)
Renzo Giner Vásquez

Neymar Jr. se roba los titulares deportivos en todo el mundo luego que se confirmara su traspaso al Paris Saint Germain francés por 222 millones de euros [US$263 millones aproximadamente].

Junto al astro brasileño estarán figuras como Kevin Trapp, Dani Alves, Marquinhos, Thiago Silva, Marco Verrati, Angel Di Maria, Adrien Rabiot o Edison Cavani, en un club que vale 484 millones de euros –unos US$574 millones– según la página especializada Transfermarkt.

Quien más celebra  es su presidente, el catarí Nasser Al Khelaïfi. Este ex tenista profesional –995 puesto del ATP en el 2002– y jefe de Qatar Investments Authority es, además, presidente de la Federación de Tenis de su país y de la cadena de TV Al Jazeera Sport.

Justamente esta plataforma multimedia es paso obligado para todos los que quieran ver algún partido de la liga española, italiana, francesa, estadounidense, inglesa, belga, suiza, brasileña, ecuatoriana, mexicana o surcoreana.

Nasser Al Khelaïfi, presidente del Paris Saint Germain desde el 2010. (AFP)
Nasser Al Khelaïfi, presidente del Paris Saint Germain desde el 2010. (AFP)

Además, Al Jazeera Sport tiene los derechos de transmisión de la ATP y WTA Tour de tenis, el Seis Naciones de rugby, la Copa Europea de balonmano, los campeonatos mundiales de superbikes y motocross, la Liga Nacional de futsal o el UCI ProTour de ciclismo.

Y como si no fuera suficiente, la cadena posee una filial llamada Bein Sports, presente en Francia, Estados Unidos, Filipinas, Hong Kong, Canadá, Tailandia y España.

Sin duda, Khelaïfi es sinónimo de deporte en su país. Pero también es un claro ejemplo del interés que los multimillonarios del pequeño emirato han puesto sobre el fútbol.

Según la BBC, más del 14% de los hogares cataríes pueden decir que poseen más de US$1.5 millones en el banco.

Ya por el 2003, la liga catarí de fútbol podía presumir de contar entre sus filas a Pep Guardiola, Fernando Hierro, Gabriel Batistuta o Claudio Caniggia. Y contaríamos a Romario si no fuera porque apenas jugó 3 partidos en la liga local. 

Con el paso de los años la lista se fue agrandando: Raúl González, el campeón del mundo Fabio Cannavaro, los hermanos De Boer y el ídolo culé Xavi Hernández, entre otros.

A inicios de década, el jeque Abdullah ben Nasser Al Thani se convertía en el accionista mayoritario y presidente del Málaga Club de Fútbol español.

De izquierda a derecha, los embajadores de la Copa Mundial Qatar 2022: el entrenador serbio Bora Milutinovic y los ex delanteros Gabriel Batistuta y Ronald de Boer. (Reuters)
De izquierda a derecha, los embajadores de la Copa Mundial Qatar 2022: el entrenador serbio Bora Milutinovic y los ex delanteros Gabriel Batistuta y Ronald de Boer. (Reuters)

En paralelo, la ONG Fundación Qatar firmaba un contrato por US$200 millones de dólares para ser el auspiciador principal del F.C. Barcelona. Tres años después, sería reemplazado por la principal compañía aérea del emirato Qatar Airways. La cual se mantuvo hasta hace un mes, cuando fue reemplazada por la compañía japonesa Rakuten.

Por si fuera poco, Qatar será la sede del Mundial de Fútbol 2022. Para ello el emirato gasta unos US$500 millones a la semana y lo seguirá haciendo por los siguientes cuatro años, según el ministro de Finanzas, Ali Shareef Al-Emadi.

Sin embargo, no han logrado escapar de las acusaciones de haber sobornado a la antigua cúpula de la FIFA –ahora presos en su mayoría– y por la condición de explotación en la que trabajan quienes construyen los estadios.

Según una denuncia de Amnistía Internacional, “migrantes de Bangladesh, India y Nepal que trabajan en el emblemático estadio Jalifa y zonas circundantes están siendo explotados. No pueden cambiar de trabajo, no pueden salir del país y suelen tener que esperar meses para cobrar sus salarios”.

Ante la presión internacional, Qatar ha ensayado algunas reformas laborales que han sido calificadas como muy débiles por diferentes organismos. Excepto por la FIFA, organismo que en el 2014 saludó la iniciativa y recordó que “el Mundial será un catalizador de cambio social”.

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