“Es momento de dejarlo ir”. Es la frase de un amigo de Nelson Mandela, el líder histórico sudafricano, que cita el diario británico Sunday Times. El primer presidente democrático de aquel país y recordado líder anti apartheid, se mantiene hoy hospitalizado por segundo día consecutivo, mientras el Gobierno de Sudáfrica guarda un mutismo absoluto sobre su salud y el país reza en las iglesias por su recuperación.

Mandela, de 94 años, ingresó ayer en un hospital de Pretoria en estado grave pero estable por la recaída de una infección pulmonar, informó este sábado en un comunicado la Presidencia sudafricana, que no ha divulgado novedad alguna sobre el ex mandatario desde entonces.

La Presidencia ha dicho que emitirá un comunicado sobre la salud de Mandela el domingo por la tarde, indicó la emisora de radio local Eyewitness News, una información corroborada también por la televisión estatal, la SABC.

El portavoz de la Presidencia, Mac Maharaj, precisó ayer que Mandela respira por sí mismo, lo que consideró una buena señal.

SUDÁFRICA REZA POR SU VENERADO LÍDER Entretanto, muchos sudafricanos aprovecharon hoy los servicios religiosos dominicales en las iglesias para rezar por su venerado héroe, que luchó contra el régimen de segregación racial del apartheid, impuesto por la minoría blanca del país, hasta 1994.

El presidente de Sudáfrica, Jacob Zuma, ya pidió ayer a sus compatriotas que dedicaran sus oraciones a Madiba, como se conoce popularmente en su país al ex gobernante.

GRAN COBERTURA MEDIÁTICA Aunque el Gobierno no ha concretado el centro médico que atiende a Madiba, algunos periodistas siguen hoy concentrados a las puertas de un hospital en Pretoria en el que se sospecha que está Mandela, para comprobar qué vehículos entran y salen del edificio.

Es la cuarta vez, desde el pasado diciembre, que Mandela es internado en un hospital. El ex presidente ya hubo de ser ingresado el pasado marzo en un hospital del país por el mismo problema y tratado intensivamente durante diez días, hasta que fue dado de alta el 6 de abril.

Tras pasar 27 años en la cárcel, Madiba fue galardonado con el premio Nobel de la Paz en 1993 y se convirtió, un año después, en el primer presidente negro de la historia de Sudáfrica. Mandela vive entre Johannesburgo y Qunu, la localidad oriental en la que pasó su infancia, bajo permanente vigilancia médica. Su última aparición pública se remonta a la ceremonia de clausura del Mundial de Fútbol de 2010 celebrado en Sudáfrica, que ganó España.