El mensaje del presidente estadounidense Donald Trump en el Museo del Holocausto, que cumple con la tradición de sus predecesores y fue redactado totalmente en mayúsculas, fue menor a medio tuit (53 caracteres sobre 140) y sin alusiones a la mayor tragedia del siglo XX.
En el libro de visitantes de la institución, Trump signó el siguiente texto: "¡ES UN GRAN HONOR ESTAR AQUÍ CON TODOS MIS AMIGOS, FUE MARAVILLOSO, ALGO QUE NUNCA OLVIDARÉ!”. A continuación, su esposa Melania procedió a firmar el documento.
Es tradicional que los dignatarios extranjeros que visitan Israel pasen por Yad Vashem, un amplio complejo de edificios en Jerusalén. Usualmente las visitas duran aproximadamente una hora y medio e incluye un recorrido por el museo. Pero Trump estuvo allí sólo 30 minutos, algo que sus allegados atribuyeron a la apretada agenda del viaje.
La brevedad y el lenguaje usado por el magnate también en su mensaje han sido comparados con el de otros mandatarios estadounidenses.
Barack Obama escribió en su momento: “Me siento agradecido a Yad Vashem y sus responsables por su extraordinaria institución. En un tiempo de gran peligro y promesas, guerra y progreso, estamos bendecidos por tener un recuerdo tan poderoso de la capacidad humana de crear tanto mal, pero también de nuestra capacidad para levantarnos y sobrepasar una tragedia y reconstruir nuestro mundo. Que aquí vengan nuestros hijos y aprendan la historia, para que ellos puedan unirse a nosotros y proclamar ‘nunca más’. Y recordemos a aquellos que nos dejaron, no solo como víctimas, sino también como individuos que tuvieron esperanza, amaron, y soñaron como nosotros, y que se han convertido en símbolos del espíritu humano”.
Por su parte, el también republicano Goorge W. Bush, mantuvo la brevedad, pero no dejó de lado la alusión a la simbología del lugar. “¡Dios bendiga a Israel!”, escribió.
Durante la firma de Trump y su esposa, se encontraba cerca su hija Ivanka, con su marido Jared Kushner. Kushner es judío e Ivanka se convirtió al judaísmo al casarse.
El hecho se enmarca en la visita de Trump al monumento a las víctimas del Holocausto en Israel, en el que calificó dicho evento como “la hora más oscura de la historia”.
En una ceremonia solemne, el presidente reencendió la llama eterna sobre el monumento a las víctimas y colocó una corona de flores en su honor. Un coro infantil entonó himnos y un cantor recitó el rezo tradicional judío de recordación de los muertos.
Fuente: Agencias
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