Milagros Asto Sánchez

Siete jornadas de protestas, disturbios y saqueos, casi 120 muertos y más de 1.200 arrestados han sumido a los habitantes de Sudáfrica en una profunda preocupación. Mientras las fuerzas del orden están comenzando a estabilizar la situación, aunque con notorias dificultades, los ciudadanos ya ven las consecuencias de la violencia en la economía y las refrigeradoras del país. Todos cuentan los días para que este episodio de caos llegue a su fin.