Jalifa Haftar, el general de Libia que protegió la CIA y cuyas fuerzas asedian Trípoli en una cruenta ofensiva. (AFP).
Jalifa Haftar, el general de Libia que protegió la CIA y cuyas fuerzas asedian Trípoli en una cruenta ofensiva. (AFP).
Redacción EC

Fue aliado de cuando este llegó al poder en en setiembre del 1969. Sobrevivió al levantamiento que terminó con la muerte del 'rais' en agosto del 2011. Hoy el mariscal , de 75 años, protagoniza una cruenta ofensiva sobre para deponer al Gobierno de Unión Nacional (GNA), reconocido por la comunidad internacional y apoyado por milicias del oeste.




Desde el 2014, Jalifa Haftar encabeza un gobierno paralelo en el este de Libia. El jueves, el mariscal anunció que iba a la conquista de Trípoli, lo que ha desatado los temores a una nueva guerra civil en el ingobernable país africano.

Según el ministerio de Sanidad del GNA, desde ese el inicio de los combates han muerto al menos 35 personas y unas 40 resultaron heridas.

Mientras que la agencia de la ONU para los refugiados (ACNUR) expresó su "preocupación" e indicó que más de 2.800 personas ya tuvieron que ser desplazadas por los combates. También pidió a los beligerantes "garantizar la seguridad de todos los civiles" así como un acceso humanitario "permanente".

AFP.
AFP.

--DE ALIADOS A ENEMIGOS--

Nacido en 1943 en la ciudad de Ajdabiya, Jalifa Haftar fue uno de los hombres fuertes de la dictadura de Muamar Gadafi.

Pero antes de pasar al servicio de Gadafi, a quien ayudó a derrocar al rey Idris en 1969, había recibido entrenamiento militar en la antigua Unión Soviética.

Pero su prestigio militar, ganado en el campo de batalla, también le convirtió en un elemento peligroso y sospechoso para el régimen de Gadafi.

La guerra del Yom Kipur (1973), donde comandó un batallón libio de apoyo a Egipto y Siria en su ataque por sorpresa a Israel, y después el largo conflicto por los recursos naturales con el Chad supusieron su ascenso y ruina.

Naserista (movimiento político nacido en Egipto de la mano de Gamal Abdel Nasser) y panarabista (ideología política perteneciente al ámbito del nacionalismo árabe que propone que todos los pueblos árabes forman una única nación), cultivado en el nacionalismo y el socialismo árabe, a mediados de los 80 fue designado jefe de Estado Mayor por un Gadafi ya enfrentado a la comunidad internacional a causa del terrorismo.

Muamar Gadafi en París el 10 de diciembre del 2007. (AFP / FRANCK FIFE).
Muamar Gadafi en París el 10 de diciembre del 2007. (AFP / FRANCK FIFE).

Sin embargo, una sonrojante derrota militar en Chad, combinada con el oportunismo de los Servicios de Inteligencia de EE.UU., torcerían en 1986 el camino hacia su verdadera ambición, la silla del poder en Trípoli.

Traicionado por Gadafi, Haftar y unos 600 de sus hombres más fieles fueron derrotados y hechos prisioneros por las tropas chadianas tras un bombardeo del Ejército francés en Wadi Doum, en el norte de Chad.

--CONTACTO CON LA CIA--

Consciente de la felonía de su antiguo camarada, Haftar aceptó el plan que le propuso la CIA: fue trasladado a Zaire con la mitad de sus hombres y creó la Frente Nacional de Salvación para Libia (NFSL), germen de la oposición en el exilio.

Tras una breve estancia en Kenia, el grupo fue trasladado de nuevo en aviones norteamericanos a Virginia, donde se estableció en un área próximo al cuartel de la CIA, en Langley.

Jalifa Haftar en Bengasi el 7 de mayo del 2018. (AFP / Abdullah DOMA).
Jalifa Haftar en Bengasi el 7 de mayo del 2018. (AFP / Abdullah DOMA).

Haftar regresó a Libia en marzo del 2011, apenas un mes después de estallar la revuelta contra Gadafi y en plenos bombardeos de la OTAN, en un viaje a través de Egipto que fue objeto de controversia en el Senado de EE.UU.

Poco se sabe de su actividad entre los rebeldes hasta febrero del 2014, cuando ya como líder de la principal milicia en el este de Libia pidió la suspensión del Congreso Nacional dominado por el Islam político y pidió la formación de un consejo presidencial transitorio.

--"OPERACIÓN DIGNIDAD"--

Nombrado jefe del antiguo Ejército Nacional Libio (LNA), en mayo del 2014 lanzó la ofensiva "Operación Dignidad" con el objetivo de expulsar a las milicias islamistas de Bengasi y respaldar el Gobierno establecido en Tobruk.

AFP.
AFP.

Apoyado militarmente por Rusia, Arabia Saudita y Emiratos Árabes Unidos, que han quebrado en diversas ocasiones el embargo de armas impuesto por la ONU a Libia en el 2011, meses después extendió su operación a la ciudad vecina de Derna, bastión del yihadismo en el norte de África.

Documentos de inteligencia europeos aseguran que el mariscal, que siempre se opuso al plan de paz propuesto por el entonces enviado especial de la ONU a Libia, Bernardino León, origen del actual conflicto, abrió las puertas al Estado Islámico para la conquista de Sirte.

Opuesto al gobierno impuesto por León en Trípoli, aprovechó la lucha de ese Ejecutivo y de la ciudad de Misrata en Sirte para en setiembre del 2016 dar un golpe definitivo en el golfo de Sidrá y hacerse con el control del núcleo de la industria petrolera en Libia.

Apenas seis meses después, emprendió una ofensiva en el barrio de Ghanfuda que creó una de peores crisis humanitarias del siglo XXI en el norte de África y que le concedió el control total de Bengasi, capital del este y segunda ciudad en importancia del país.

AFP.
AFP.

A principios del 2018, con Bengasi pacificado, cantó vitoria en Derna y preparó sus tropas para la conquista de sur dentro de un plan envolvente para evitar el enfrentamiento directo con la ciudad de Misrata en su camino hacia la capital.

Tras la recaptura de la ciudad de Derna, fue acusado de crímenes de guerra, por supuestamente ordenar asesinatos extrajudiciales de prisioneros, secuestros, destrucción de comunidades y desapariciones forzadas.

Convertido ya en el hombre más poderoso en el país, en julio del 2018 recibió el respaldo político que ansiaba: en contra de la opinión de Italia y de la Unión Europea, que apoyaban al gobierno en Trípoli, el presidente de Francia, Enmanuel Macrón le invitó a París y le dio así estatus de actor necesario.

En febrero de este año, y tras una ofensiva rápida y directa, logró extender su poder a las principales ciudades del sur de Libia, claves en el contrabando de personas, armas y combustible, motor económico del oeste del país.

Y asumió el control de los yacimientos petroleros de Al Sharara y Al Fil, esenciales para la supervivencia energética y económica de Trípoli, la ciudad que soñó dominar cuando hace medio siglo comenzó a conspirar contra la dinastía Al Senussi.

El 4 de abril del 2019, instó a sus fuerzas a avanzar hacia Trípoli.

Fuerzas del gobierno llegaron desde Misrata, en el norte del país, hasta la capital, para defender a la ciudad de las tropas rebeldes.

El primer ministro libio Fayez al Sarraj (al centro) junto al rey Abdalá II de Jordania el 2 de diciembre del 2018. (Reuters) / Muhammad Hamed).
El primer ministro libio Fayez al Sarraj (al centro) junto al rey Abdalá II de Jordania el 2 de diciembre del 2018. (Reuters) / Muhammad Hamed).

El gobierno de unidad, que tiene el control de Trípoli, fue creado durante las conversaciones para poner fin a la crisis en el 2015 pero no ha logrado afianzarse en su posición.

El primer ministro Fayez Sarraj se dirigió a la población por televisión el sábado, afirmando que defendería la capital. La ofensiva recién comienza.

Fuente: Con información de EFE

Contenido sugerido

Contenido GEC