Sudán del Sur: Gobierno acuerda cese del fuego con rebeldes

El gobierno de Sudán del Sur acordó hoy un cese del fuego con los rebeldes para poner fin al conflicto en el país, que ya lleva cinco semanas y ha dejado miles de muertos y casi medio millón de desplazados.

El acuerdo fue firmado por los representantes del presidente Salva Kiir y su ex vicepresidente Riek Machar, tras negociaciones en Addis Abeba, Etiopía.

"A pesar de la firma del cese de hostilidades, no tenemos ilusiones de que la implementación sea fácil", advirtió el jefe negociador del gobierno, Nhial Deng.

Las conversaciones de paz se encontraban estancadas principalmente por la negativa de Kiir a liberar a once seguidores de Machar a los que acusa de planear un golpe de Estado.

Los rebeldes aseguraron que la liberación de los detenidos, entre los que hay varias figuras relevantes del partido gobernante Movimiento Popular de Liberación de Sudán (SPLM), será su principal prioridad durante el alto el fuego.

"Demandamos su liberación para permitirles que formen parte de la próxima fase del diálogo político", dijo Taban Deng, jefe negociador de los rebeldes.

El acuerdo firmado hoy no establece nada definitivo sobre los detenidos. Los rebeldes también destacaron su deseo de estar involucrados en el gobierno del país como solución a la crisis dentro del SPLM.

Las conversaciones de paz se suspenderán entre el 24 de enero y el 7 de febrero, mientras un mecanismo de monitoreo del bloque de naciones de África del este (IGAD), que media en el conflicto, vigilará el alto el fuego.

El conflicto en Sudán del Sur estalló en julio, cuando Kiir despidió a Machar y todo su gabinete. La lucha de poder entre ambos rivales políticos se volvió violenta a mediados de diciembre, cuando miembros del grupo étnico del presidente, los dinkas, se enfrentaron a los de Machar, los nuers, dentro de la guardia presidencial.

Los combates se extendieron rápido al resto del país. La cifra de víctimas se estima que alcanzó las 10.000, mientras que 500.000 personas se vieron desplazadas dentro del país y más de 80.000 huyeron a países vecinos.