Las familias de Corea del Norte y Corea del Sur se dieron el triste adiós en el centro turístico de Monte Kumgang, ubicado en norcorea.
Luego de volver a ser 88 familias unidas, los 357 surcoreanos, que se movilizaron al país que gobierna Kim Jong-un, debieron volver a su país de residencia. Muchos de ellos no se habían visto hace 60 años, tras la división de la península de Corea, reportó la agencia de noticias surcoreana Yonhap.
Meses antes, el temor del régimen norcoreano de que EE.UU. y Corea del Sur complote para iniciar una guerra en su contra, puso en riesgo los encuentros familiares. Pyongyang consideró seriamente suspender las fraternas reuniones en protesta por las maniobras militares que realizan todos los años conjuntamente los ejércitos de Estados Unidos y Corea del Sur.