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Redacción EC

Teherán. anunció este sábado que puso en marcha centrifugadoras avanzadas cuya producción aumentará las existencias de uranio enriquecido del país, en una nueva fase de la reducción de sus compromisos en materia nuclear, que preocupa a la comunidad internacional.

No obstante, la República Islámica señaló que continuará autorizando el mismo acceso que hasta ahora a los inspectores de la ONU encargados de supervisar su programa nuclear, antes de una visita a Teherán del director general del Organismo Internacional de la Energía Atómica (OIEA), Cornel Feruta.




El portavoz de la organización de energía atómica de Irán, Behruz Kamalvandi, detalló el sábado las medidas de la nueva etapa del plan de reducción de compromisos asumidos por Teherán en el acuerdo internacional sobre el programa nuclear iraní, firmado en Viena en 2015.

Esta nueva fase es la tercera de la estrategia adoptada por Irán desde mayo, en represalia a la decisión de Estados Unidos de abandonar unilateralmente este acuerdo en 2018.

El presidente iraní Hassan Rouhani lanzó el miércoles esta fase al ordenar ampliar los límites para la investigación y el desarrollo en el ámbito nuclear.

Kamalvandi indicó ante la prensa que el viernes se activaron 20 centrifugadoras tipo IR-4 y 20 de tipo IR-6, mientras que el acuerdo de Viena solo autoriza a Teherán a producir uranio enriquecido con centrifugadoras de primera generación (IR-1).

Estas centrifugadoras de cuarta y sexta generación, "siendo utilizadas con fines de investigación y de desarrollo, contribuirán a aumentar la reserva" de uranio enriquecido, declaró Kamalvandi.

AFP.
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- "Transparencia" -

El funcionario insistió en que su país tenía la intención de mantener el mismo grado de transparencia sobre sus actividades.

Según la OIEA, con el acuerdo de Viena Irán aceptó someterse al más estricto régimen de inspección concebido por esta agencia, y es uno de los elementos clave de este pacto firmado entre Irán, Estados Unidos, China, Rusia, Reino Unido, Francia y Alemania.

"Con respecto a la vigilancia y el acceso de la OIEA [...] los compromisos [de Irán] en materia de transparencia se cumplirán como antes", agregó Kamalvandi.

Las nuevas centrifugadoras deben acelerar la producción de uranio enriquecido y aumentar las reservas del país, que desde julio superan el límite (300 kilos) fijado por el acuerdo de Viena.

Este pacto esta amenazado después de que el presidente estadounidense, Donald Trump, se retirara en mayo de 2018 y restableciera sanciones económicas contra Teherán, que no deja de intensificar, en nombre de una política de "presión máxima" para obligar a Teherán a negociar un nuevo acuerdo.

Behruz Kamalvandi, portavoz de la organización de energía atómica de Irán. (AFP).
Behruz Kamalvandi, portavoz de la organización de energía atómica de Irán. (AFP).

"No me sorprende que Irán haya anunciado que iba a violar el JCPOA [acuerdo de Viena]", declaró el sábado en París el ministro de Defensa estadounidense, Mark Esper, al reaccionó a la puesta en marcha de las centrifugadoras.

El restablecimiento de las sanciones estadounidenses priva a Irán de los beneficios económicos que esperaba del acuerdo de Viena.

El texto preveía un levantamiento de una parte de las sanciones internacionales a cambio de que Teherán limitara drásticamente su programa nuclear para impedirle desarrollar el arma atómica.

Al reducir sus compromisos, Teherán -que siempre negó querer la bomba nuclear- pretende presionar a los otros Estados parte del acuerdo para que le ayuden a evitar las sanciones estadounidenses y a exportar su petróleo.

Los tres países europeos miembros del acuerdo multiplican los esfuerzos diplomáticos para salvar el texto.

La línea de crédito de 13.500 millones de euros (unos 15.000 millones de dólares) discutida estos últimos días, que se acordaría a Irán para que vuelva a aplicar el acuerdo, se topa con el rechazo de Washington de aliviar las sanciones.

El director interino de la OIEA deberá reunirse el domingo en Teherán con el presidente de la organización iraní de energía atómica, Ali Akbar, y el ministro de Relaciones Exteriores iraní, Mohammad Javad Zarif.

Fuente: AFP

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