Brasil: Realizan operación contra poderoso grupo que actúa desde las cárceles [VIDEO]

La Policía realizó hoy una operación contra integrantes del Primer Comando de la Capital (PCC), una poderosa organización criminal que actúa desde el interior de las cárceles de Brasil, informaron fuentes oficiales.

La operación, bautizada como "Juicio Final", inició este viernes después de dos años de investigación por parte de la Fiscalía y cumple un total de 129 órdenes de allanamiento y 21 mandatos de prisión en el estado de Río Grande do Norte, en el noreste de Brasil.

De acuerdo con las investigaciones, el PCC, una de las mayores facciones criminales del país, ha extendido sus tentáculos a todo el sistema penitenciario de Río Grande do Norte, donde el pasado enero un enfrentamiento entre bandas rivales dejó 26 muertos.

Algunos de los cabecillas de esta organización se encuentran presos y controlan desde el interior de las cárceles las diferentes actividades delictivas del grupo, como el tráfico de drogas, los robos y los asesinatos de algunos de sus rivales, según resalta la Fiscalía en un comunicado.

La coordinación es posible gracias al intercambio de mensajes de teléfonos celulares por parte de los presos, lo que ha llevado a la Justicia a fijar una multa de 15 millones de reales (unos 4,5 millones de dólares) al propietario de la aplicación WhastApp por el incumplimiento de una orden judicial, de acuerdo con las mismas fuentes.

Los agentes también incautaron cuadernos en los que los integrantes del grupo anotaban la función y la fecha de ingreso de sus miembros, así como los datos bancarios de la organización.

El PCC surgió en las cárceles de Sao Paulo en la década de los noventa y su presencia se ha ido expandiendo a otros lugares de Brasil y Suramérica, lo que ha generado fuertes disputas entre bandas rivales por el dominio del tráfico de drogas

En los primeros meses del año, reyertas entre clanes dejaron un saldo de más de 150 presos asesinados, muchos de los cuales fueron brutalmente decapitados, lo que desató una de las peores crisis de la historia del sistema penitenciario brasileño.