¿Cómo cambiaron los atentados del Estado Islámico entre 2015 y 2018?

El viernes, un atentado golpeó a Francia y dejó un saldo de tres víctimas: un ocupante del auto que robó y a dos personas -un cliente y un empleado- que mantuvo como rehenes en un supermercado. Las fuerzas de seguridad francesas entraron y lo mataron.

El atacante era un joven de 26 años francés de origen marroquí, que ingresó al gritó de "Alá es el más grande", mencionó a uno de los cabecillas y autores intelectuales del atentado a Bataclán: el mayor atentado terrorista de Francia de la última década.

Además, reivindicó al Estado Islámico aunque ellos aún no se hicieron cargo, lo cual es un dato a tener en cuenta porque suelen hacerlo inmediatamente.

Estaba vigilado por la policía por delitos menores. Esta es una de las puertas de entradas de los atacantes al extremismo y a los ataques terroristas.

Hay una radicalización religiosa y una marginalización social y económica que es un gran problema en Francia y Gran Bretaña: los dos escenarios de mayor cantidad de ataques terroristas, en los últimos tres años, realizados por el EI en Europa, el gran campo de batalla.

Este es el primer ataque terrorista en la era Macron y el primero del año. Llega un día después del comienzo de la primavera, esto es importante porque, en los últimos tres años, todos los ataques fueron en primavera y verano por son épocas donde es más fácil generar más víctimas y daños. Eso se amplifica más al mundo y profundiza la campaña del terror.

EI emergió en 2014 e intentó instalar un Califato, es decir una gran Nación, pero eso lo perdió militarmente. Hoy no queda mucho de esta organización en Medio Oriente pero sí queda, en Europa. Estados Unidos y Rusia dieron en el corazón del movimiento y por eso también perdió en cuanto a los recursos que tiene.

En 2015, quienes atacaron Bataclán y el Estadio de Francia eran una cédula organizada que había sido entrenada y que contaba con una logística y medios inusuales. En total, mataron a 130 personas y 416, resultaron heridos.

En 2018, el ataque fue en un supermercado de un pueblo de una zona rural del sur de Francia. Fue una sola persona y no se sabe si fue entrenado por EI o si tan solo responde a la ideología del movimiento. Sus armas fueron un cuchillo y revólver. Esto es el terrorismo barato al que ha apelado el EI.

La mayoría de los soldados no tienen experiencia militar en la guerra santa de la Yihad y suelen ser jóvenes muy pobres, sin trabajo y dejados de lado socialmente. Los universitarios suelen ser las cabecillas.

Hoy es una asociación moribunda a la propaganda porque es un terrorismo de lobos solitarios que no se sabe si responden a la entidad. Sin embargo, son igualmente peligrosas y un desafío para las fuerzas.

Fuente: La Nación, GDA