Un arcoíris antes de la llegada del huracán Dorian en Marsh Harbour, en las islas Ábaco, Bahamas, el sábado. (Dante Carrer/Reuters).
Un arcoíris antes de la llegada del huracán Dorian en Marsh Harbour, en las islas Ábaco, Bahamas, el sábado. (Dante Carrer/Reuters).

Al pensar en las a menudo las asociamos con hoteles todo incluido, cruceros y aguas turquesa, pero las islas que soportan lo peor del embate del son un conjunto de asentamientos costeros que según los especialistas en el Caribe desmienten la industria idílica con la que prospera una gran parte de la economía de la mancomunidad.

Las islas están habitadas, aunque escasamente, por pescadores, trabajadores manuales y migrantes procedentes de Haití, quienes conocen de primera mano otros desastres naturales, como huracanes y un terremoto devastador en 2010.




La mortífera tormenta Dorian tocó tierra el lunes en las islas Ábaco al norte de las Bahamas y luego se quedó un tiempo durante la más conocida isla de Gran Bahama, donde se encuentra Freeport, la segunda ciudad más grande de la mancomunidad.

Se cree que miles de hogares resultaron dañados o fueron destruidos en las islas Ábaco, donde al menos se registraron cinco muertes, dijo el primer ministro de Bahamas, Hubert A.Minnis. La Guardia Costera de Estados Unidos estaba llevando a cabo rescates, dijo un vocero el lunes.

“La gente sí siente como con tormentas menores, que han sido capaces de superarlas en el pasado en las islas Ábaco, dijo Amelia Moore, profesora asistente de asuntos marinos en la Universidad de Rhode Island, cuya investigación se ha enfocado en las Bahamas.

Moore, quien viajó a las Bahamas con una beca Fulbright, dijo que le preocupaba la magnitud de Dorian.

“Es un nivel de tormenta que la gente jamás ha experimentado antes”, precisó sobre Dorian, que era categoría 5 cuando llegó a las islas Ábaco. El lunes bajó a categoría 4.

La última vez que un huracán categoría 4 azotó las islas que están más al norte de las Bahamas fue hace dos décadas, dijo Steve Dodge, autor de Abaco: The History of an Out Island and Its Cays. Dodge, profesor emérito en la Universidad Millikin en Decatur, Illinois, dijo que una tormenta anterior destruyó su hogar.

“El último grande de verdad fue el huracán Floyd hace casi veinte años”, dijo Dodge de dicha tormenta.

Desde principios de los años setenta, Dodge ha visitado las Ábaco, donde enseña un curso de invierno sobre historia náutica y navegación. Las islas son el hogar de unas 17.000 personas.

El agua se mezclaba con los escombros después de que el huracán Floyd arrasó la pequeña comunidad isleña de Marsh Harbour en las islas Ábaco en 1999. (Sandlin/Associated Press).
El agua se mezclaba con los escombros después de que el huracán Floyd arrasó la pequeña comunidad isleña de Marsh Harbour en las islas Ábaco en 1999. (Sandlin/Associated Press).

“Hay mucho turismo en Ábaco, dijo. “Ha cambiado mucho. Ha crecido mucho”. Las islas Ábaco están conformadas por dos islas, 82 cayos y 208 rocas, dijo Dodge.

Los primeros habitantes de las islas eran taínos, parte de un grupo indígena conocido como lucayanes que, de acuerdo con Dodge, buscaron refugio de las enfermedades y querían evitar ser capturados por los españoles y Cristóbal Colón. Después de la guerra de independencia de Estados Unidos, los simpatizantes del imperio británico que residían en Nueva York se instalaron en las islas.

En Gran Bahama es donde se encuentran hoteles populares que atraen a los turistas con piscinas infinitas, cabañas en la playa y actividades atractivas para toda la familia. Los niños pueden alimentar delfines, mientras quienes buscan adrenalina pueden bucear con tiburones.

Aunque el Ritz-Carlton Destination Club administra un hotel con campo de golf en Ábaco, Dodge dijo que estas islas son más relajadas. Recordó que una vez acudió a una fiesta de cumpleaños para un banquero estadounidense retirado en la que estadounidenses adinerados convivían con los pescadores de Hope Town, el asentamiento más grande de cayo Elbow, que forma parte de las islas.

“Eso no se ve muy a menudo en Estados Unidos y todos conversaban entre sí”, dijo Dodge.

© The New York Times

Contenido sugerido

Contenido GEC