MDN
México
Redacción EC

Las tareas de rescate continuaban sin descanso en la capital y estados centrales de México en busca de sobrevivientes entre los escombros de edificios colapsados tras un devastador sismo.

Gran parte de los capitalinos no durmieron, temerosos de una fuerte réplica y pendientes de los rescates en la cuarentena de edificios colapsados en Ciudad de México, que el 19 de septiembre de 1985 quedó parcialmente destruida por un sismo de 8,1 grados que dejó más de 10.000 muertos.

Los rescates se centran en la zona sur y en el corredor Roma-Condesa, exclusivo sector conocido por sus bares y restaurantes y donde viven numerosos extranjeros.

En los estados de Puebla y Morelos, donde se ubicó el epicentro del sismo, también continúan las tareas de rescate en viviendas y construcciones destruidas.

— Silencio y aplausos —

"¡Silencio por favor! No caminen, no respiren, que tratamos de escuchar las voces" de los pequeños atrapados, clamaba desde el altavoz un policía, mientras un séquito de voluntarios, con linternas en la cabeza, llevaban largas vigas de madera para sostener los techos a punto de derrumbarse, en una zona acordonada por el ejército y casi imposible de penetrar para la prensa y los civiles.

Con un puño levantado o al grito de "¡Silencio!", los rescatistas -desde los llamados Topos que se especializaron en rescate con el sismo de 1985, hasta civiles voluntarios- no pararon durante la madrugada con la esperanza de escuchar algún ruido que indicara que había un sobreviviente entre los escombros.

Mientras se excavaba y retiraban escombros en botes de plástico que son pasados de mano en mano, un topo se internaba en un boquete en busca de sobrevivientes. Cuando lo conseguía, el silencio se rompía entre vivas y aplausos.

Gran parte de la ciudad no descansó. La AFP constató que en las calles circulaban numerosas camionetas de carga trasladando agua, alimentos, medicinas y otros artículos, mientras que en otras se observaban a socorristas equipados con palas y picos.

En parques públicos de la zona Roma-Condesa se instalaron campamentos en donde se reunía ayuda para rescatistas y damnificados. Numerosas personas durmieron en la calle sobre cobijas o dentro de tiendas de campaña.

Fuente: Agencias

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