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Referéndum, la vía como Rusia se apropia de tierras ajenas - 2
Redacción EC

Escribe Michael J. Fitzpatrick.
Encargado de Negocios de la Embajada de EE.UU. en Perú.


Desde noviembre pasado, el pueblo de Ucrania ha estado intentando determinar su propio futuro. En el proceso, se han convertido en símbolo de la valentía y el cambio pacífico para el mundo entero. La comunidad internacional se mantiene unida por Ucrania y respeta la soberanía e integridad territorial de Ucrania, así como cede a sus ciudadanos el espacio y apoyo necesarios para ayudarles a decidir cómo se regirá su país y cuáles serán sus opciones.

En noviembre del año pasado, en Kiev, un pequeño grupo se reunió para decirle a su Presidente que querían hacer oír sus voces. Este tomó la decisión política de no firmar un Acuerdo de Asociación con la Unión Europea. Ellos discreparon y se lo dijeron públicamente.

Esa protesta pública aumentó a decenas de miles de personas. Sus voces se alzaron para protestar contra algo más que una decisión política. Durante el frío invierno, ciudadanos de todo el país permanecieron unidos en la Plaza Maidán pidiendo el fin de la corrupción en su país, mayor participación económica de ciudadanos trabajadores en lugar de misteriosos tratos de negocios secretos, y verdaderas protecciones constitucionales.

Esto no solo trata de Ucrania. Se trata de principios básicos que rigen las relaciones entre los países en el siglo XXI. Como declaró el presidente Obama en Bélgica el 26 de marzo, es un “momento que pone a prueba a Europa y a Estados Unidos, y al orden internacional en el que hemos trabajado para crear durante generaciones”. Este orden se basa en un conjunto de principios básicos entre los que se incluye el respeto a la soberanía e integridad territorial.

El hecho de que Rusia comparta una larga historia con Ucrania no significa que pueda dictar el futuro de Ucrania. El 27 de marzo un centenar de países tomaron la misma postura en la Asamblea General de la ONU en apoyo de los principios fundamentales de la Carta de las Naciones Unidas, en apoyo de la soberanía e integridad territorial de Ucrania, y en contra de las actuaciones ilegales de Rusia.

Cabe destacar otro punto importante: el activismo político en Ucrania hoy, al igual que en la Maidán durante el invierno, incluye a todas las nacionalidades y religiones que integran una Ucrania pluriétnica. El pueblo de Ucrania —hablantes de ucraniano, ruso y tártaro por igual— tienen derecho a decidir su futuro como país soberano y democrático.

Los medios sociales nos han dado acceso para entender estas opiniones de primera mano. Tan solo hay que ver los vídeos, las fotos o leer los blogs que circulan por el mundo a través de redes de comunicación social dinámicas y abiertas. Un Internet libre y sin restricciones ha dado a estas voces ucranianas un alcance global, de modo que incluso aquí en Perú podemos ver y oír y leer por nosotros mismos lo que los ciudadanos de Ucrania se han estado esforzando por alcanzar.

El presidente de Ucrania, contra quien se organizó la primera pequeña protesta, desapareció durante siete días y finalmente abandonó el país. Los representantes democráticamente elegidos del pueblo de Ucrania respondieron para llenar el vacío de liderazgo que creó la cobardía de Yanukóvich y establecieron un gobierno interino provisional y tecnócrata, así como también organizaron de manera responsable elecciones anticipadas.

En abril, ese gobierno interino propuso reformas económicas y políticas que garanticen una voz a cada uno de los ciudadanos de Ucrania. En mayo, el pueblo de Ucrania elegirá un nuevo presidente cuyo mandato será crear el futuro de Ucrania que desea todo su pueblo.

Mientras tanto, en Crimea, Rusia ha derribado y desechado el orden jurídico internacional y descartado la noción misma del estado de derecho. Se utilizó un ‘referéndum’ forzado, apresurado e ilegal, en un entorno de intervención militar extranjera, para justificar la descarada apropiación de tierras por un país vecino. Este precedente no puede seguir vigente. Crimea es Ucrania. La frontera reconocida en la Constitución de Ucrania es la frontera de la Ucrania soberana.

El mundo no ha caído en el engaño de creer que un referéndum diseñado por Rusia justifica de alguna manera lo que es sencillamente una apropiación de tierra por la fuerza. Lo hacemos no para rebajar a Rusia, sino porque los principios que han significado tanto para Europa y para el mundo tienen que defenderse. Estados Unidos, Perú, y el mundo tienen interés en que Rusia sea fuerte y responsable, no débil.

En las próximas semanas y meses, desde Kiev hasta Washington y pasando por Lima, el mundo ha de seguir defendiendo los derechos de personas valientes de todo el mundo que hacen frente a líderes corruptos y autoritarios. Los ciudadanos de Ucrania han solicitado nuestro apoyo a la hora de determinar las reformas y llevar a cabo sus elecciones. En aras de una Europa integral, libre y en paz, todos tenemos que mantenernos unidos, unidos por Ucrania.

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