Durante las protestas del 6 de enero en el Capitolio, Doug Jensen no pasó desapercibido. Ahí está la foto en la que se le ve con un polo de QAnon estirando los brazos, enfrentándose a la seguridad del recinto.
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Más tarde, Jensen fue capturado y tuvo que enfrentarse a trece cargos federales, entre los que destacaron:
- Entrar o permanecer conscientemente en cualquier edificio restringido sin la autoridad legal
- Interrumpir el quehacer ordenado de los negocios gubernamentales
- Entrar violentamente y presentar una conducta desordenada en el Capitolio
- Desfilar y manifestarse en el Capitolio
- Obstruir la labor de los agentes de la ley durante las protestas
La justicia lo retuvo hasta que, en julio, un juez federal le permitió irse a casa, pero bajo la promesa de cumplir ciertos requisitos.
“Estos incluían una prohibición para usar el Internet, para mantenerlo lejos de la conspiración de QAnon, que, según admitió, lo llevó a asaltar el Capitolio”, cuenta CNN.
“Pero cuando los oficiales de la corte le hicieron su primera visita sin avisar, lo encontraron en su garaje usando un celular para transmitir un boletín con noticias de derecha”, agrega el medio.
Él dijo que el celular era de su hija.
Luego, Jensen confesó que no era así, y que también había retransmitido una conferencia del magnate Mike Lindell, quien maneja una teoría conspirativa que cuestiona los resultados electorales del 2020, en los que perdió su aliado el expresidente de EE.UU. Donald Trump.
Según Lindell, los hackers chinos llevaron a cabo el “mayor crimen cibernético de la historia”.
Con la evidencia, el juez Timothy Kelly ordenó que Jensen volviera a prisión. “Ahora es claro que él no ha cambiado, y que continúa buscando teorías de conspiración que lo llevaron a su conducta peligrosa el 6 de enero”, dijo el magistrado.
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UNA VIDA DE MULTAS
Hasta antes de asaltar el Capitolio, Doug Jensen (de ahora 42 años) trabajaba en Forrest & Associate Masonry, una empresa de renovación y construcción de casas ubicada en Des Moines, Iowa.
Al enterarse de que había sido parte del asalto, su empleador decidió despedirlo.
Pero no era la primera vez que Jensen tenía problemas con la justicia.
Según el portal “The Des Moines Register”, desde principios de los 90 hasta la actualidad, Jensen acumuló “docenas” de infracciones de tránsito. En tanto que, en el 2001, tuvo libertad condicional por “conducir mientras estaba prohibido”.
En el 2006, lo acusaron de robo de quinto grado y él se declaró culpable de “allanamiento de morada”. Ya en el 2015, se volvió a declarar culpable, esta vez de “agresión doméstica y alteración del orden público en Minnesota”. Por ello pagó tres días de cárcel.
Y aunque los videos del asalto al Capitolio lo mostraban enardecido, la familia de Jensen siempre lo defendió.
De hecho, su hermano William Routh, declaró a la agencia AP que él no había entrado a la fuerza al recinto, sino que le permitieron el ingreso “para mostrarle el lugar” y que inclusive tenía fotos con policías.
Cuando le mostraron los videos, Routh dijo que era un “montaje”.
Y agregó:
“Siempre ha sido una buena persona. Un hombre de familia. Pero es como muchos otros patriotas. Nos han venido diciendo, en los últimos siete, ocho meses, que, si los demócratas toman el control, perderemos el país. Eso asusta a muchos”.
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