
Cuatro años lejos de Washington han cambiado significativamente la forma en que la familia Trump estará involucrada con la Casa Blanca. Si Ivanka Trump y su esposo fueron asesores claves del presidente republicano en su primer gobierno (2017-2021), en esta segunda gestión –que empezó el lunes 20 en medio de gran pompa y la aplicación inmediata de la agenda ‘América First’– son los rostros más jóvenes los que se perfilan como figuras en ascenso dentro del entorno de Donald Trump. Eso sí, aunque los hijos mayores del magnate –en total tiene cinco– podrían participar menos en asuntos oficiales, la familia presidencial en pleno sigue siendo influyente y goza de un mayor respaldo político y cultural del que tuvo la primera vez. La pregunta es qué harán con él.
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“Es la familia presidencial imperial. En esta ocasión, no van a jugar un papel tan visible dentro de la administración. Aunque hay un par de personas que serán más visibles y tendrán cargos cercanos a la administración. Todos sus hijos consanguíneos no van a estar en el gobierno como tal, pero cumplirán un rol”, dice a El Comercio Octavio Pescador, profesor de UCLA y comentarista de CNN en Español.
Barron y Kai
Barron Trump ya no es el niño alejado del ojo público que era en el 2017. Próximo a cumplir 19 años, el joven estudiante de primer año de negocios de la Universidad de Nueva York no pasa desapercibido. Y no solo por su talla (mide 2,01 metros). El hijo menor del mandatario es considerado un asesor por su padre y un estratega para acercarse al público más joven. Fue él quien instó al líder republicano a aparecer en podcasts populares durante la campaña y promovió el tipo de proyectos de criptomonedas en los que participan sus padres, según “The New York Times”.

Mientras se prepara para lanzar un negocio inmobiliario de lujo, el joven Trump ya es una figura en ascenso. Nevena Tarjkov, presidenta del Departamento de Ciencias Políticas de la Universidad de Jacksonville (Florida), explica que Barron sabe cómo conectar con los jóvenes blancos inclinados hacia el Partido Republicano y movidos por un sentimiento de desilusión ante las políticas liberales que consideran que han socavado su capacidad para alcanzar el sueño americano. “A sus 78 años, el presidente Trump confía mucho en la perspicacia de Barron, sobre todo teniendo en cuenta que este grupo demográfico desempeñó un papel fundamental en la victoria de Trump en noviembre. Las contribuciones de Barron han sido fundamentales en este esfuerzo, y es razonable esperar que siga asesorando a su padre sobre estrategias para mantener a esta generación comprometida y movilizada”, dice Pescador a El Comercio.
Otra figura con potencial es Kai Trump, hija de Donald Trump Jr. y quien, además de ser una impresionante golfista, se está convirtiendo en una potencia de las redes sociales. Con 17 años, la nieta del presidente destaca por su simpatía y cercanía con las mujeres de su edad.

Para Trajkov sería una oportunidad perdida para el equipo presidencial no utilizar a Barron y Kai. En el caso de la joven, la experta destaca que la adolescente se ha comprometido a asistir a la Universidad de Miami el año que viene y está a punto de convertirse en el rostro nacional de las mujeres jóvenes conservadoras en edad universitaria, si es que aún no lo es.
“Tanto Barron como Kai atraen la atención por su juventud y riqueza, pero Kai destaca por su simpatía, especialmente entre las mujeres jóvenes, gracias a su presencia abierta y accesible en las redes sociales. Dado que Kai no será oficialmente mayor de edad hasta el próximo año, es probable que su contenido en las redes sociales esté sujeto a una supervisión adicional por parte del equipo de Trump, pero es razonable esperar que la administración utilice su plataforma estratégicamente. Tiene el potencial no solo de promover sus políticas entre su propio grupo demográfico, sino también de resonar entre los hombres jóvenes que forman parte del mismo movimiento conservador”, explica el especialista.
Melania
“Esta vez, tengo todo, tengo los planos”, dijo Melania Trump en una entrevista con Fox News antes de mudarse a la Casa Blanca. Ya entonces era claro que la experiencia estará de su lado en su segundo round como primera dama, algo que demostró al actuar con seguridad y confianza en los actos públicos de esta semana.
“En comparación con la primera administración Trump, podemos esperar que la primera dama asuma un papel más activo, al menos al principio”, señala Trajkov. Melania continuará con Be Best, la iniciativa social que comenzó en el primer mandato de Trump, y ha dicho que pasará más tiempo en Washington, aunque también manejará una agenda en Nueva York y Florida.
En las últimas semanas, la exmodelo de 54 años lanzó su propia ‘memecoin’ y empezará a promocionar un documental de Amazon Prime después de haber publicado una autobiografía a fines del año pasado.

Trajkov considera que para esta segunda administración, Melania Trump parece más a gusto con las responsabilidades del cargo. “Ha ganado experiencia y confianza desde la inauguración del 2017, cuando su inexperiencia como cónyuge política se reflejó en sus interacciones públicas algo formales y contenidas. Además, ahora es madre de un adulto y tiene más libertad para dedicarse a los deberes tradicionales de la primera dama”.
Pescador ve factores que indican que la primera dama será más independiente en el segundo mandato de su esposo. Aunque señala que es difícil saber con exactitud el por qué lució un sombrero que impidió que su marido le estampara un beso en la ceremonia de investidura, el experto apunta que Melania mostró mayor poder de decisión al rechazar la invitación a tomar un té con los Biden tras las elecciones del año pasado.
Donald Jr.
El primogénito del jefe de Estado ha ganado influencia entre las bases trumpistas y se le atribuye la elección de JD Vance como vicepresidente. Si bien no se espera que Donald Jr., de 47 años, asuma cargo oficial en la Casa Blanca, es probable que, además de mantener su puesto de vicepresidente ejecutivo de la Trump Organization, siga siendo una figura que defienda públicamente la agenda de su padre.
Una prueba de ello ha sido el viaje que realizó a Groenlandia a principios de este mes, luego de que el entonces presidente electo expresara su deseo de comprar la isla, un territorio ártico bajo soberanía de Dinamarca rico en minerales.

Pescador afirma que los hijos varones mayores de Trump -Donald Jr. y Eric- son los que llevan la batuta de promover el proyecto político de su padre fuera de la Casa Blanca.
“Es un proyecto personal y patrimonial, pero también de transformación social y de movilización de una base que se ha expandido con jóvenes blancos primordialmente, pero que también ha incluido a varones afroamericanos y latinos. Y ese proyecto transgeneracional lo abanderan, por un lado, Donald Jr., que fue clave en la selección del vicepresidente, y todos los cibertecnócratas. Entonces, amarran la familia con esos anclajes al partido, le meten gente joven y tienen todo este movimiento social que defienden. Tienen una agenda que va en línea con la forma de pensar de su padre. La familia no está visible, está atrás, está colaborando desde fuera”, señala.
Eric
Al igual que su hermano mayor, Eric Trump, de 41 años, también mantendrá el respaldo a su padre, aunque su principal misión es cuidar el emporio familiar.
“Eric ha estado desde siempre al frente de los negocios y la parte empresarial de Trump, y ahí se va a quedar. Ahora, él y su esposa, Lara Trump, están muy involucrados en el control del Partido Republicano para dar continuidad al proyecto político de su padre y su familia”, dice Pescador.

Lara Trump ha construido una activa carrera pública. Fue copresidenta del Comité Nacional Republicano durante la última campaña, cargo al que renunció tras el final de la contienda electoral. Aunque ha sido tentada para postular como senadora, por ahora ha decidido no tomar ese rumbo.
Ivanka
El principal cambio familiar en la Casa Blanca de Donald Trump es que su hija Ivanka y su yerno Jared Kushner ya no formarán parte del gobierno, como sí lo hicieron durante su primer mandato como sus asesores claves. Ivanka, de 43 años, dijo en un podcast que la política es un “negocio muy oscuro y negativo” y afirmó que prefiere centrarse en criar a sus tres hijos en su mansión de Miami. Por ello, esta vez solo desea estar presente para el presidente “como hija”.

Pese a ello, los medios locales señalan que Jared seguirá asesorando informalmente al presidente sobre asuntos en el Medio Oriente. Además, Trump eligió a Charles Kushner, padre de Jared, como el próximo embajador de EE.UU. en Francia.
Sobre Jared, “The New York Times” señala que dirige actualmente un fondo de capital privado de 3.000 millones de dólares financiado por los gobiernos de Arabia Saudí, los Emiratos Árabes Unidos y Qatar, así como por Terry Gou, el multimillonario taiwanés y fundador de Foxconn, el mayor fabricante de productos electrónicos del mundo.
Tiffany
Tiffany Trump es la hija del presidente que menos visibilidad política tuvo en su primer gobierno, algo que no se prevé que cambie por ahora. La licenciada en Derecho de 31 años, única hija del segundo matrimonio de Donald Trump con Marla Maples, está embarazada y espera su primer hijo junto a su esposo, Michael Boulos.

Si bien ella se mantiene lejos de los cargos políticos, su suegro, Massad Boulos, ha sido nombrado consejero para el Medio Oriente. Boulos padre es un empresario libanés-estadounidense que ayudó a Trump con la comunidad árabe-estadounidense en el estado de Michigan.