(Foto: AFP)
Redacción EC

El presidente de Estados Unidos, , declaró hoy una situación de "emergencia de salud pública" por el abuso de analgésicos opiáceos, culpables de la muerte de una media de 91 estadounidenses al día.

Durante una ceremonia realizada en la Casa Blanca, Trump afirmó que su país es el que más analgésicos opiáceos consume en el mundo y aseguró que el abuso de esos medicamentos, que provocó la muerte de 64.000 personas el año pasado, supone la peor crisis de consumo de drogas de "la historia de la humanidad".

La situación de "emergencia de salud pública" permitirá destinar más fondos a nivel estatal y federal para la lucha contra la adicción a analgésicos con receta como OxyContin o Vicodin, que lleva a muchos estadounidenses a engancharse después a la heroína.

"De manera efectiva a partir de hoy, mi Gobierno declara la epidemia de los opiáceos como una emergencia de salud pública", dijo Donald Trump.

Los críticos de esta medida temen que priorizar la lucha contra los opiáceos descuide las investigaciones, por ejemplo, sobre el virus de inmunodeficiencia humana (VIH).

Trump se reunió en la Casa Blanca con padres que han perdido a sus hijos por este problema, así como con miembros de las fuerzas de seguridad que luchan contra el tráfico de drogas.

La declaración de "emergencia de salud pública" permitirá que accedan a cuidados médicos quienes viven en zonas rurales y, además, facilitará el despliegue de especialistas en áreas especialmente afectadas por el abuso de opiáceos.

Funcionarios del gobierno pusieron de ejemplo a los vecinos de los montes Apalaches en estados como Virginia Occidental y Pensilvania donde existen grandes índices de desempleo entre mineros y antiguos trabajadores del acero, lo que ha generado condiciones que pueden propiciar la adicción.

"A veces el desempleo es la causa de la adicción y, a veces, es al contrario", afirmó un alto funcionario.

Trump ordenó hoy al Departamento de Trabajo que otorgue subvenciones a algunos de los 50 estados del país para facilitar el empleo de personas que han sufrido los efectos de la adicción y el desempleo, detallaron los funcionarios.

Con la declaración de "emergencia de salud pública", el Gobierno también podrá dar fondos a los estados para el tratamiento de adicciones mediante sustancias como metadona, buprenorfina y naltrexona, lo que supone un paso importante porque algunos estados no financian esos medicamentos.

Según los Centros de Control y Prevención de Enfermedades (CDC) de Estados Unidos, los opiáceos (entre los que se incluye la heroína) fueron responsables de 64.000 muertes en el 2016.

Las autoridades consideran que la adicción a los opiáceos abre las puertas al consumo de heroína, mucho más barata que los medicamentos en el mercado negro.

Fuente: EFE
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