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Practicante de La Zona de Noticias
De manera silenciosa, el 20 de enero del 2021, Donald Trump, dejó de ser presidente de los EE.UU y abandonó el despacho Oval de la Casa Blanca para dirigirse a su club Mar-a-Lago de Palm Beach (Florida), adonde llegó poco antes de que el demócrata Joe Biden, quien lo derrotó en los pasados comicios de noviembre, asumiera la investidura en una ceremonia en Washington. ¿Qué beneficios gana y pierde Trump tras dejar el puesto y qué diferencias hay respecto al caso de exmandatarios peruanos.
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La ley de expresidentes estadounidenses que se aprobó en 1958 otorga ciertos beneficios a los principales exinquilinos de la Casa Blanca. Esta norma se creó gracias a Dwight D. Eisenhower, 34º presidente de los Estados Unidos entre 1953 y 1961, para poder ayudar a su predecesor, Harry Truman.
Truman no podía sostenerse económicamente tras su mandato, pese a la gran cantidad de ofertas de trabajo que le ofrecieron en su momento. Según explicó el 33° presidente de Estados Unidos, “nunca podría prestarme a ninguna transacción, por respetable que sea, que comercialice el prestigio y la dignidad de la oficina de la presidencia”.
Por lo tanto, tras dejar la presidencia, a Donald Trump le tocará recibir una pensión anual vitalicia base de US$200.000 por parte del Departamento del Tesoro. Actualmente esta misma pensión les es otorgada a Jimmy Carter, Bill Clinton, George W. Bush y Barack Obama.
Además de esa pensión vitalicia, la Administración de Servicios del Gobierno les paga el personal, los suministros que utilizan, el espacio de oficina y el mobiliario.
Cuando los exmandatarios se mudan, se les reembolsa el costo de la mudanza desde la Casa Blanca hasta su nuevo lugar de residencia. Los viajes también son costeados por el gobierno, siempre y cuando tengan relación con el nuevo trabajo que realicen.
Los gastos de oficina y personal varían de acuerdo a los gastos de los expresidentes. En 2010, por ejemplo, Bill Clinton y su oficina en Nueva York gastaron más de US$516.000, mientras que la oficina de Atlanta de Jimmy Carter registró un dispendio total de US$102.000.
Por otra parte, Donald Trump obtendría también protección de por vida de parte del Servicio Secreto, no solo para él, sino también para su esposa e hijos menores de 16 años.
De fallecer el expresidente, su cónyuge pasaría a cobrar una pensión anual de US$20.000. También seguiría teniendo la protección de por vida del Servicio Secreto si es que la pareja del expresidente no se vuelve a casar.
Lo que sí pierden los exmandatarios de Estados Unidos cuando dejan el cargo es la inmunidad que obtienen para enfrentar cargos.
Donald Trump, entre denuncias y demandas
A la fecha hay al menos dos indagaciones abiertas en manos de funcionarios de la ciudad de Nueva York contra Donald Trump. Cyrus Vance, fiscal del distrito de Manhattan, y Letitia James, fiscal general de Nueva York, investigan presuntas conductas criminales relacionadas con las prácticas empresariales de Trump antes de convertirse en presidente.
El Departamento de Justicia de EE.UU. precisó en 1973 que los tribunales no pueden procesar a los presidentes en funciones. Trump perderá esta inmunidad cuando finalice su período en la Casa Blanca.
De otro lado, el presidente saliente enfrenta acusaciones de mujeres por abuso sexual y pagos por silencio. Por esta razón, su exabogado fue apresado en 2019. Las investigaciones indican que Michael Cohen, su defensor legal, pagó a dos mujeres por su su silencio después de haber tenido un ‘affaire’ con Trump. Cohen afirmó en el juzgado que Donald Trump dio indicaciones de pagar.
Sin embargo, en relación a estos últimos casos, cabe la posibilidad de que Joe Biden, una vez electo, pueda indultar a Trump o incluso que el propio Donald Trump se indulte de los cargos que enfrenta en estos últimos días de mandato. Es necesario tener en cuenta que el perdón presidencial solo abarca actos delictivos sometidos a la ley federal y no aquellos que corresponda juzgar a los estados.
Situación en el Perú
Los contrastes entre los beneficios de expresidentes en Estados Unidos y en el Perú son notorios. En Perú, los expresidentes reciben una pensión mensual de por vida de S/15.600. De otro lado, también se hacen acreedores de un vehículo y chofer personalizado, así como el pago efectivo de galones de gasolina para movilizarse por todo el país.
Los exmandatarios también cuentan de manera vitalicia con seguro de salud, domiciliario y de vida colectivo combinado con accidentes personales, además de un selecto grupo de 11 agentes de seguridad.
Asimismo, cuando abandonan Palacio de Gobierno tienen derecho a la protección del antejuicio de cinco años después de haber terminado su gobierno.
Alan García prescindió de sus beneficios en 2011. Asimismo, a Alejandro Toledo se le retiraron algunos beneficios cuando en el 2017 se solicitó prisión preventiva en su contra por el Caso Odebrecht. Alberto Fujimori es otro expresidente que no recibe pensión. La Ley N° 26519 suspende el beneficio cuando el Congreso formula acusación constitucional, lo cual sucedió con él en febrero del 2001, cuando el pleno lo acusó por omisión de actos funcionales y abandono del cargo (delitos previstos en los artículos 377 y 380 del Código Penal).
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