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En los pasillos de la Casa Blanca decían que se trataba de una batalla de ángeles y demonios. Los demonios que le susurraban en el oído a Donald Trump que debía seguir hasta el final con la guerra arancelaria y no ceder ante China, y los ángeles que le pedían usar los aranceles para conseguir mejores tratos.
Puede ser que los “ángeles” se hayan impuesto para hacer cambiar de opinión a Donald Trump, o más bien fueron las pérdidas en el mercado de bonos estadounidenses junto a los billones de dólares que se esfumaron en las bolsas de valores.
Tengas alas o tridentes, en estas primeras semanas de tregua para el mundo, excepto para China, quedó en evidencia quiénes son los asesores económicos en los que más confía Trump y los más influyentes. Con diferencias entre ellos, lo cierto es que se trata de un grupo que no pretende darle la contraria al mandatario, que -con sus bemoles- están en sintonía con su afán y discurso proteccionista y que tampoco pretenden darle una vuelta de tuerca al camino que ya iniciaron.
El que se ha erigido en las últimas semanas como el más importante, y que le habría ganado la pulseada al ala más extremista, es Scott Bessent, el secretario del Tesoro, un millonario que se ha dedicado a invertir en fondos de alto riesgo.
Bessent, que tiene dos hijos con su esposo John Freeman, es visto como el representante de Wall Street en la Casa Blanca, y es quien se habría anticipado a la agitación económica que siguió a la imposición de aranceles unilaterales por parte de Trump. Aunque ha sido demócrata y ha trabajado para el millonario George Soros, por ahora se viene ganando la confianza del mandatario -e incluso de sus críticos por lograr atemperar al magnate- y es uno de los puntales en las actuales negociaciones del gobierno estadounidense para renegociar los tratados comerciales con decenas de países en el mundo.
El secretario del Tesoro estuvo recientemente en Argentina donde desató la ira de China por señalar que el gigante asiático “en América Latina firma acuerdos disfrazados de ayuda”.
Navarro, el cerebro de los aranceles
Peter Navarro es el otro brazo de Trump, quien lo ha nombrado su principal asesor comercial. Es el cerebro gris detrás de la guerra arancelaria y, de hecho, habla de ella desde hace más de una década pues es un halcón convencido de que China se aprovecha de la economía estadounidense.

En una reciente columna escrita en el “Financial Times”, defendió la imposición de aranceles señalando que era “solo el comienzo”. “La doctrina arancelaria recíproca de Trump logra exactamente lo que la Organización Mundial del Comercio (OMC) no ha logrado: obligar a los países extranjeros a hacerse cargo”.
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¿Los últimos días de Musk?
El millonario Elon Musk, principal asesor del Departamento para la Eficiencia Gubernamental, no ha participado de las reuniones donde se decidieron los aranceles, pues él no es partidario de estas medidas económicas.
De hecho, tuvo un público desencuentro con Peter Navarro, a quien llamó “imbécil”, luego que este dijera que solo se dedicaba a ensamblar sus autos Tesla y no a fabricarlos.
Según el propio Donald Trump, en los próximos meses dejará su cargo en la administración. “Tiene una gran compañía que dirigir”, dijo hace dos semanas.
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Navarro, que estuvo en la cárcel cuatro meses por no querer testificar ante una comisión del Congreso que investigaba la Toma del Capitolio del 2021, fue contratado por Jared Kushner, el yerno de Trump, cuando el republicano estaba buscando asesores económicos y comerciales para su primera campaña presidencial, en el 2016. No importó que en sus libros se haya citado a sí mismo bajo el seudónimo Ron Vara como fuente autorizada para atacar la economía china.
“Navarro es la punta de lanza de la política arancelaria de Trump y ve a China como una amenaza, por eso quiere una política proteccionista para relanzar la economía estadounidense. Pero su postura no es nueva”, señala a El Comercio el politólogo e internacionalista Francesco Tucci.
“Tenemos en el equipo gente realmente inteligente. Cada uno tiene su propia ventaja comparativa. Todos nos llevamos bien y tenemos grandes ideas. Y el presidente es quien guía todo esto”.
“Tenemos en el equipo gente realmente inteligente. Cada uno tiene su propia ventaja comparativa. Todos nos llevamos bien y tenemos grandes ideas. Y el presidente es quien guía todo esto”.
Peter Navarro
Profesor de economía y políticas públicas en la Universidad de California y con un doctorado en Harvard, Navarro es quien más ha batallado por la imposición de aranceles desde el primer mandato de Trump. En aquellos años pudo ser contenido por el entonces secretario del Tesoro, Steve Munchin, y Gary Cohn, quien era asesor económico de la Casa Blanca, pero esta vez se ha convertido en uno de los más confiables asesores presidenciales.
Junto con ellos, aunque menos mediáticos, están Howard Lutnick, secretario de Comercio; Stephen Miran, presidente del Consejo de Asesores Económicos de la Casa Blanca y Kevin Hassett, director del Consejo Económico Nacional, quienes se han vuelto los ojos y oídos del presidente en el asunto comercial.

“Hay que tener en cuenta que este Trump tiene más experiencia que en el primer gobierno, y se preparó bien para asumir el mandato sabiendo exactamente lo que quería hacer”, comenta Carlos Novoa, periodista y analista internacional. “Trump y sus asesores han aplicado una estrategia de presión maximalista, para de ahí ir cediendo posiciones poco a poco”, añade.
Desencuentros
Aunque todos siguen las directrices de Trump, y en esta oportunidad no hay tantas fisuras dentro de su equipo como en su primer mandato, esta guerra arancelaria ha mostrado desencuentros entre los asesores.
Según reveló CBS News, Navarro discutió abiertamente con Bessent antes del llamado “Día de la Liberación”, cuando Trump anunció los aranceles para casi todos los países del mundo. En una de las reuniones, de acuerdo con personas que estuvieron presentes, Navarro pedía aranceles generales del 25%, mientras que Bessent advertía de un escenario de agitación bursátil, lo que finalmente sucedió.
“Hay asesores más técnicos dentro del gobierno y otros son más políticos, pero en algún momento los técnicos se van a tener que imponer, porque Trump no gobierna un país con instituciones débiles”, precisa Novoa.
Incluso Howard Lutnick predijo que ciertos aranceles podrían causar un desastre mundial, según CBS. Algo que, ante la prensa, obviamente no decía. De hecho, el mandatario suele presentarse en el Salón Oval flanqueado por Bessent y Lutnick.
Tucci señala que aunque hay heterogeneidad en el equipo de asesores económicos de la Casa Blanca, se trata de profesionales que están mucho más alineados respecto a los consejeros de la primera administración Trump. “Si bien ha habido esta suspensión de aranceles, la política sigue encaminada hacia ello. Ellos van a ir viendo hasta dónde presionan y utilizando los aranceles como medio para lograr sus objetivos, algunos declarados y otros que todavía tenemos que descifrar”, agrega.
Estas diferencias dentro del equipo técnico han sido aprovechadas por los demócratas y los independientes que han criticado duramente la política comercial señalando que se trata de una estrategia improvisada y de un equipo improvisado que solo sigue los caprichos de Trump, a costa de la propia economía estadounidense.
“Yo no diría que hay improvisación, sino es gente que va en la línea de lo que piensa Trump. Son personas que conocen del tema arancelario y económico, pero antes de ver lo técnico siguen la línea de pensamiento del presidente”, opina Novoa.
Aunque hay bandos en el equipo económico, no se trata de diferencias abismales, sino de una variación de perspectivas, eso sí, siempre alineadas con el presidente. Así lo dijo Stephen Miran: “Mi opinión es que podría haber una serie de mejoras. Pero, al fin y al cabo, el presidente es el que decide y él va a decidir”.
“Es probable que estos especialistas sabían perfectamente que no podían sostener esta tormenta arancelaria. Porque no es posible que un economista de Harvard no sepa que iba a desatarse una crisis bursátil. Sin embargo, lo que aún no se sabe es si esta tormenta es funcional o no para un objetivo final. Porque improvisados no son, entonces hay que ver cuál es la intención real detrás de todo esto”, analiza Tucci.
Los próximos tres meses de tregua que ha dado Trump en su guerra arancelaria servirán para ver quién gana la pulseada en su círculo cercano: los más radicales o los más negociadores.
¿Quién es quién?
Howard Lutnick
Secretario de Comercio
Uno de los más cercanos asesores de Trump y afín a la política comercial proteccionista. Es un millonario y viejo amigo del presidente que fue director general del banco de inversiones Cantor Fitzgerald.
Stephen Miran
Presidente del Consejo de Asesores Económicos de la Casa Blanca
Férreo defensor de la imposición de aranceles, el economista ha sido estratega de la firma de inversiones Hudson Bay Capital. Señala que la fortaleza del dólar ha exacerbado el déficit comercial de Estados Unidos y afectado su industria.
Kevin Hassett
Director del Consejo Económico Nacional
Defensor de los recortes fiscales y de políticas de estímulo económico, también aboga por negociaciones comerciales pero sin llegar a imposiciones de aranceles tan elevados.
Jamieson Greer
Alto representante comercial de EE.UU.
Es un abogado que defiende a ultranza las decisiones de Trump. Sin embargo, no es de su círculo principal. De hecho, no estaba al tanto de la tregua arancelaria mientras comparecía en el Congreso.