Embajada reuters
Embajada reuters
Gisella López Lenci

Desde hace más de un mes, la embajada de en Washington se ha convertido en un lugar de pugna entre los seguidores de y los de . Lo interesante es que dentro de la sede diplomática no hay venezolanos, sino activistas estadounidenses que fueron autorizados por el chavismo para "quedarse y resistir" cualquier arremetida de la policía estadounidense para desalojarlos.

De la veintena de activistas de las organizaciones Code Pink, Answer y Popular Resistance, agrupados bajo el nombre de Colectivo para la Protección de la Embajada (Embassy Protection Collective), solo quedan cuatro. La mayoría salió en las últimas horas luego que la policía estadounidense irrumpiera en la embajada señalando que no presentaría cargos contra los que salieran voluntariamente. Como medida de presión, en los últimos días se les ha ido cortando la electricidad para acelerar su partida.

Embajada 4 afp
Embajada 4 afp

El Gobierno de Estados Unidos no reconoce al régimen de Nicolás Maduro y solo acepta a Guaidó como presidente legítimo de Venezuela. Sin embargo, la sede de la embajada aún no puede ser ocupada por los representantes diplomáticos de Guaidó en Estados Unidos.

Los abogados de los activistas, que denuncian la existencia de un plan de golpe de Estado contra Maduro, han señalado que si la sede es desalojada por la fuerza se estarían violando tratados internacionales, pues la embajada es considerado territorio venezolano que aún es gobernado por Nicolás Maduro.


Los defensores del chavismo

Hasta el momento se conoce el nombre de dos de los cuatro que permanecen en la embajada. Se trata de los directores de Popular Resistance, Kevin Zeese y Margaret Flowers.

"Todavía estamos acá, hoy es otro día en el que Guaidó no es presidente y Maduro sí. No me importa que me arresten", dijo Zeese por la mañana desde una de las ventanas de la embajada, ubicada en uno de los barrios más acomodados de la capital estadounidense.

Embajada 2
Embajada 2

Popular Resistance fue establecido en el 2011 durante el movimiento Occupy Wall Street, que tuvo sus réplicas en diferentes ciudades estadounidenses, incluyendo Washington. Este movimiento civil se inspiró aquel año en la primavera árabe y el movimiento de indignados de Madrid. Entre sus objetivos actuales está ayudar a agrupar a las organizaciones que luchan por la paz y la justicia económica, racial y ambiental.

Representantes de Popular Resistance, así como Code Pink y Answer han estado presentes en la embajada venezolana desde mediados de abril, realizando numerosas actividades que han incluido charlas sobre la situación del fundador de WikiLeaks, Julian Assange; la política exterior de Estados Unidos en África, la guerra en Yemen y, claro está, la situación política en Venezuela.

El colectivo ha cubierto las paredes y ventanas del edificio con pancartas y carteles con mensajes como "No a la guerra por petróleo", "Detengan el golpe" o "Pongan fin a las sanciones mortales". Asimismo, durante las noches han proyectado sobre el muro exterior el rostro del ex presidente venezolano Hugo Chávez.


Chavismo en rosa

Medea Benjamin, una estadounidense de 67 años, forma parte del grupo pacifista Code Pink, que junto a otras asociaciones propuso a la cancillería de Caracas que un grupo de personas durmiera en la legación después de que otros edificios diplomáticos venezolanos fueron tomados por representantes de Guaidó. Pese a que en un principio no tuvieron respuesta, posteriormente les dieron permiso y las llaves.

Embajada 3
Embajada 3

"Yo sé que cuando mi país invade otro la situación siempre empeora", contó a la AFP la activista, que ha estado en conflictos como Afganistán o Yemen.

Codepink, liderado por Benjamin, es una organización de mujeres fundada en el 2002 con motivo de la guerra de Iraq. Entre sus objetivos declarados está poner fin a las guerras en las que participa Estados Unidos y apoyar iniciativas de paz y derechos humanos.

Benjamin es reconocida por su don del camuflaje para la protesta. En foros de alto nivel irrumpe vestida de rosa con su melena rubia sosteniendo pancartas por la paz y contra las intervenciones estadounidenses.

Benjamin reconoce que hay "violaciones a los derechos humanos" en Venezuela. "Pero eso no implica que Estados Unidos tenga el derecho de derrocar a un gobierno", argumenta, señalando que, si no fuera por el petróleo, a Washington no le importaría lo que ocurre en el país caribeño.

La mujer comenzó su activismo durante la guerra de Vietnam. "Eso marcó toda mi vida, vi cómo mis amigos eran enviados a matar y a morir en un país a miles de kilómetros", recuerda.

Relaciones rotas

Estados Unidos y Venezuela rompieron relaciones diplomáticas en febrero, después de que Guaidó se proclamara presidente interino de Venezuela con el aval del Parlamento de mayoría opositora el 23 de enero.

Los últimos diplomáticos de Maduro que tenían credenciales en Estados Unidos las perdieron después de que la Organización de Estados Americanos votó el 10 de abril reconocer a la delegación de Guaidó como representantes de Venezuela.

Contenido sugerido

Contenido GEC