En junio, el Gobierno de Estados Unidos presentó un informe donde analizaba 144 Fenómenos Aéreos no Identificados captados por pilotos de la Marina. Aunque el reporte no fue concluyente, abrió la puerta para que dicho país comience a investigar a fondo al respecto. El paso más reciente al respecto será la creación del Grupo de Sincronización de Identificación y Gestión de Objetos Aéreos, anunciado por el Pentágono.
En junio, el Gobierno de Estados Unidos presentó un informe donde analizaba 144 Fenómenos Aéreos no Identificados captados por pilotos de la Marina. Aunque el reporte no fue concluyente, abrió la puerta para que dicho país comience a investigar a fondo al respecto. El paso más reciente al respecto será la creación del Grupo de Sincronización de Identificación y Gestión de Objetos Aéreos, anunciado por el Pentágono.
Renzo Giner Vásquez

El martes por la noche, el Departamento de Defensa de anunció la creación del Grupo de Sincronización de Identificación y Gestión de Objetos Aéreos (AOIMSG, por sus siglas en inglés), un área que se dedicará a detectar, identificar y calificar los objetos, además de evaluar y mitigar cualquier amenaza asociada a los Fenómenos Aéreos no Identificados, denominados UAP pero conocidos popularmente como .

MIRA: Informe de inteligencia de EE.UU. reitera que no hay pruebas de la existencia de extraterrestres

La noticia es aún más sorprendente porque pone el foco del Gobierno Estadounidense y del Ejército en un tema que durante décadas ha preferido marginar. Los relatos y filmaciones de supuestos avistamientos presentados desde la década de los años 40 del siglo pasado, además, han sido constantemente tildados de ilusorios o ridículos muchas veces tanto por autoridades políticas como científicas.

Sin embargo, no es la primera noticia de este tipo en los últimos meses. En junio, la Oficina del Director de Inteligencia Nacional publicó un informe sobre 144 avistamientos de ovnis, todos recogidos por militares, y en el que se concluía que no había información suficiente para determinar su origen.

No decía que no era extraterrestre, pero tampoco decía que no podía serlo. Y es justamente ahí donde se abre el debate sobre qué hacer a continuación.

Tras el informe, la subsecretaria de Defensa, Kathleen Hicks, instruyó al subsecretario de Defensa de Inteligencia y Seguridad que desarrollara un plan para tratar más seriamente y a fondo los avistamientos de UAP, .

Cinco meses después estamos ante la creación del AOIMSG.

LABOR COORDINADA

El grupo, detalla el Pentágono en su anuncio, sustituirá a la Fuerza de Tareas de Fenómenos Aéreos No Identificados, que actualmente funciona como parte de la Armada Estadounidense. Quienes estarán encargados de supervisar el trabajo del AOIMG serán el Subsecretario de Defensa para la Inteligencia, el director del Estado Mayor Conjunto y funcionarios de la Oficina del Director de Inteligencia Nacional.

Pero, ¿qué harán exactamente?

No es un trabajo nuevo. Hay datos recogidos durante años. Obviamente habrá nueva información que la Fuerza Aérea recolectará en el futuro. El propósito de este grupo de trabajo es organizar dicha información. En el pasado había un estigma sobre los fenómenos aéreos no identificados que impedía que se documentaran y organizaran apropiadamente”, comenta a El Comercio el director del Instituto de Astronomía de la Universidad de Harvard, Abraham Loeb.

Según el Pentágono, el AOIMSG investigará y estandarizará el proceso para informar los incidentes de tipo UAP. “La meta es administrativa, que se consiga ordenar la evidencia, sistematizarla y que no se desestimen reportes, además que se remueva el estigma que existe sobre el debate de este tema dentro de la Fuerza Aérea”, cometa Loeb.

En la Armada hay una iniciativa similar que responde a una propuesta hecha por el senador Gilly Brandt en las últimas semanas. Plantea establecer una mejor coordinación entre diferentes sectores del Gobierno (sobre este tema). Tienes a la Armada, a la Fuerza Aérea y otras oficinas gubernamentales que poseen datos, pero no las comparten entre ellos”, agrega el experto.

Loeb es un prolífico investigador y una autoridad en el mundo de la astronomía y la astrofísica. En el pasado no ha dudado en enfrentarse a gran parte de la comunidad científica que tilda de ridícula la posibilidad de existencia de vida extraterrestre.

En ese sentido, asegura que la AOIMSG “nos permitirá entender mejor estos objetos inusuales observados. Por supuesto que la principal preocupación es la de seguridad nacional, determinar si estos objetos son tecnología creada por el hombre. Pero más allá de eso, si no es humano, la nueva pregunta sería ¿de qué se trata? Podría ser natural, como fenómenos atmosféricos que aún no entendemos; o podría ser tecnología extraterrestre; es decir, que se originó fuera de la Tierra”.

OBJETOS INTERESTELARES

Una de las mayores discusiones sostenidas durante los últimos cuatro años gira en torno a ‘Oumuamua (término hawaiano que se podría traducir como explorador), considerado el primer objeto interestelar captado por tecnología humana.

El objeto, distinto a cualquier tipo de asteroide observado en nuestro sistema solar, fue detectado en el 2017. Era tan brillante que parecía hecho con metal pulido y, lo más sorprendente, fue que no fue atraído por la gravedad del Sol pese a pasar muy cerca de su órbita. En lugar de ello aceleró y se alejó de él.

‘Oumuamua dividió a gran parte de los científicos. Unos alegan que poseía un conjunto de gases que le permitieron realizar dicha maniobra y otros afirman que se trataría de tecnología extraterrestre.

En este último grupo se encuentra Loeb.

El 'Oumuamua, distinto a cualquier tipo de asteroide observado en nuestro sistema solar, fue detectado el 19 de octubre del 2017 por el telescopio Pan-STARRS 1 ubicado en Hawái. (Foto: M. Kommesser / AFP)
El 'Oumuamua, distinto a cualquier tipo de asteroide observado en nuestro sistema solar, fue detectado el 19 de octubre del 2017 por el telescopio Pan-STARRS 1 ubicado en Hawái. (Foto: M. Kommesser / AFP)
/ M. KORNMESSER

El ‘Oumuamua, además, motivó a que hace unos meses fundara el Proyecto Galileo para la búsqueda científica sistemática de evidencias de artefactos tecnológicos extraterrestres junto a la Universidad de Harvard. A la fecha, el proyecto cuenta con más de 100 científicos y es respaldado por la mencionada universidad, además del Observatorio Astrofísico Smithsoniano.

Según Loeb, el Proyecto Galileo tiene dos motivaciones principales: “Una de ellas es identificar el origen de los UAP, pero el segundo es identificar la naturaleza de raros objetos interestelares como ‘Oumuamua”.

INFORMACIÓN INTRIGANTE

Loeb destaca que el mayor logro del AOIMSG será la posibilidad de acceder libremente a dicha información, algo que también busca impulsar con Galileo.

Buscamos recopilar datos y permitir el acceso público. Se recogerá por una serie de telescopios y lo analizaremos de la misma forma que en los otros campos. Será publicado en artículos científicos. Ya hemos empezado a ordenar los instrumentos que usaremos y estaremos armando el primer sistema de telescopio en el techo del Centro de Astrofísica en Harvard en los próximos meses. Cuando esté en funcionamiento, haremos copias de lo que consiga y lo distribuiremos a diferentes sistemas de telescopios. Esos datos serán procesados por, esperamos, inteligencia artificial y otros algoritmos, para encontrar información de interés”, asegura el experto.

Cabe recordar que uno de los pasos previos más importantes para llegar hasta aquí fue el informe encargado por el Gobierno Estadounidense en junio. Pese a que no fue concluyente -no pudo determinar si 143 de los 144 objetos detectados eran humanos, naturales o extraterrestres- abrió la puerta a nuevos debates.

Pero, ¿por qué EE.UU. decidió tomarse en serio el tema luego de tantas décadas marginándolo?

Una diversidad de razones. Una de ellas es la acumulación de información, la segunda es que cada vez más gente discute sobre este tema”, resalta Loeb.

Abraham Loeb, director del Instituto de Astronomía de la Universidad de Harvard, en conversación con El Comercio.
Abraham Loeb, director del Instituto de Astronomía de la Universidad de Harvard, en conversación con El Comercio.

El experto, además, cree que si bien el informe no fue concluyente sí trajo consigo buenos resultados. “Principalmente dos cosas. El reporte admite que podrían haber más incidentes UAP pero por el estigma no fueron reportados. No podemos ignorarlos, muchos de esos objetos fueron identificados al mismo tiempo por diferentes equipos como sensores infrarrojos y ópticos. Desde un punto de vista científico es intrigante descubrir cuál es el origen de esos objetos. Es como salir de pesca. El Proyecto Galileo buscará salir de pesca, si solo encontramos peces poco interesantes como sardinas, lo reportaremos. Pero creo que el reporte del Gobierno es importante porque es intrigante, plantea que este tema en lugar de ser ridiculizado debe ser analizado por científicos”, afirma.

¿QUÉ HAY ALLÁ AFUERA?

Quizá una de las mayores incógnitas para el ser humano desde que puebla la Tierra haya sido siempre qué hay más allá del cielo. ¿Habrá vida? ¿Somos los únicos en el espacio? ¿Qué opina un reputado científico sobre esto?

Tras varias décadas dedicado a la astronomía, lo más importante que he aprendido es que no somos privilegiados. No es cierto que seamos el centro del universo, sino más bien el patio trasero de nuestro sol. Datos del satélite Kepler muestran que la mitad de las estrellas solares tienen un planeta del mismo tamaño de la Tierra y a la misma distancia. Hay billones de sistemas así solo en la Vía Láctea, pero hay trillones de otras galaxias en el universo. Además, sabemos que muchas de esas estrellas son billones de años más viejas que nuestro Sol, lo que indicaría que pasaron por una situación como la nuestra hace billones de años, por lo que hoy podrían tener tecnología suficiente para poblar la galaxia entera. En lugar de pensar que estamos solos, que somos especiales y únicos, deberíamos comenzar a explorar el cielo, desde un punto de vista totalmente agnóstico. Si no comenzamos a ver por nuestra ventana no podremos conocer a nuestros vecinos”, responde Loeb.

Pero entonces, ¿por qué aún no hemos encontrado nada?

Por ahora hemos buscado ondas radiales, pero eso se podría comparar con una llamada telefónica en la que necesitas que la otra parte esté activa. La alternativa es buscar objetos físicos, como paquetes que hayan quedado en el buzón que en este caso sería el Sistema Solar. Esto no es especulación, nosotros mandamos equipo al espacio, por lo que es esperable que otras civilizaciones tecnológicas hagan lo mismo. Podemos aprender de ellas si encontramos ese equipo, por eso creo que debería ser nuestro deber buscar guiados por evidencia en lugar de prejuicio”, considera el experto.

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