Joe Biden enfrenta la gigantesca misión de impedir que Donald Trump permanezca cuatro años más en la Casa Blanca.
Y no es tarea fácil dado que tradicionalmente los presidentes de Estados Unidos son reelectos por un segundo período.
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Pero Biden, lejos de ser una carta electoral de último minuto, tiene una extensa trayectoria política que lo ha mantenido en cargos públicos por casi medio siglo, algo que le juega a favor y en contra.
Fue ocho años vicepresidente de Barack Obama y 36 años senador por Delaware, una experiencia que le permite proyectar una imagen de estabilidad en una época de crisis.
“Es un político considerado normal, en un momento en que a muchos estadounidenses les gustaría volver a una vida más normal, como la que tenían antes de que Trump asumiera el cargo y antes de la pandemia”, le dice a BBC Mundo Barry Burden, profesor del Departamento de Ciencias Políticas y director del Elections Research Center de la Universidad de Wisconsin-Madison.
También le favorecen los puntos débiles de Trump que ahora le están pasando la cuenta, como el criticado manejo de la pandemia de coronavirus, que se ha cobrado la vida de más de más de 160 mil estadounidenses, el país con más muertos en el mundo.
Un voto de castigo al presidente que no existía en las elecciones de 2016 cuando derrotó a Hillary Clinton.
Pero Biden no es el candidato perfecto, algo reconocido dentro y fuera de su partido.
Tiene dificultades para articular sus discursos, no ha mostrado un buen desempeño en los debates, lo critican por falta de carisma y su imposibilidad de proyectar un mensaje inspirador.
Tampoco lo favorece que a si llegara a gobernar a los 78 años, sería el presidente más viejo en la historia del país.
Pese a esas debilidades, va delantero en las encuestas. Y si los comicios fueran hoy, ganaría por un amplio margen.
Pero son el 3 de noviembre y aún puede pasar mucha agua bajo el puente.
En esta nota te contamos cuáles son las ventajas y desventajas de Joseph Robinette Biden Jr. en la carrera por llegar a la Casa Blanca.
Ventajas
1-Origen popular
Joe Biden proviene de la clase obrera. Siendo el mayor de cuatro hermanos, la familia se mudó de Pensilvania a Wilmington, en el estado de Delaware, cuando el candidato tenía 10 años, luego que su padre consiguiera un empleo como vendedor de autos.
Fue precisamente en Delaware donde se convirtió en senador a los 29 años. De ahí en adelantes viajaba todos los días en tren desde y hacia Washington, D.C., por más de tres décadas.}
Ese origen y su estilo de vida le ha servido al candidato para conectarse con una amplia base electoral. Y es precisamente ese origen el que podría traerle votos entre quienes apoyaron a Trump en 2016 y ahora están decepcionados.
“Él es uncle Joe. Es visto como un tío bueno. Un tío que no va a cambiar demasiado las cosas pero que las hará mucho mejor que Trump”, argumenta David Brady, profesor de Ciencias Políticas de la Universidad de Stanford e investigador senior en el centro de análisis Hoover Institution, en diálogo con BBC Mundo.
Su imagen como un “ciudadano de a pie”, está en claro contraste con el perfil de un presidente millonario que transita por las altas esferas y se mueve cómodamente en los círculos de Wall Street, algo que tampoco favoreció a Hillary Clinton, la candidata demócrata en los comicios de 2016.
Biden, en cambio, ha desarrollado más conexiones caminando por los pasillos del Congreso, que haciendo negocios con los dueños de grandes fondos de inversión y la élite empresarial.
2-Empatía y experiencia política
Durante su vida ha tenido que enfrentar duras tragedias familiares, como la muerte de su primera esposa y su hija de 13 meses en un accidente automovilístico y, décadas más tarde, la muerte su hijo Beau a los 45 años por un cáncer cerebral.
Eso lo ha convertido, a los ojos de algunos votantes, en un ser humano que sabe lo que es pasar por momentos difíciles, sobreponerse a ellos y entender el dolor de los demás.
“Tiene la capacidad de mostrar empatía y comprensión por quienes enfrentan adversidad”, comenta Anthony Zurcher, periodista de la BBC especializado en la cobertura política de Estados Unidos.
El contacto personal con la gente común ha sido una característica que ha marcado su carrera política.
A esa conexión empática se suma una experiencia política que incluye más de cuatro décadas ejerciendo cargos públicos.
“La principal ventaja de Biden es que se trata de una figura pública establecida”, explica Barry Burden.
Y como esta elección más parece un referéndum a la gestión de Trump, que unos comicios tradicionales, muchos estadounidenses no quieren sorpresas o apuestas arriesgadas. En ese sentido, hay un sector que se inclina por alguien que represente estabilidad y experiencia.
3-Un moderado de centro
Biden representa una postura moderada, que en esta ocasión le ha permitido atraer votantes que se acercan a posiciones más centristas tanto del Partido Demócrata, como del Partido Republicano, además de independientes.
Con la idea de avanzar bajo la premisa de “continuidad y cambio”, Biden es visto como una persona más pragmática que ideológica y con experiencia en crear coaliciones.
“Uno de los mayores beneficios para Biden es que tiene un comportamiento focalizado en mantener la calma y el control”, comenta John Hudak, investigador senior y director adjunto del Centro por la Gestión Pública Efectiva del departamento de Estudios de Gobernanza de Brookings Institution.
“Cuando hay una crisis los estadounidenses buscan un administrador estable y capaz”, explica en diálogo con BBC Mundo.
Por eso su tono conciliador y su mensaje de unificar al país tiene resonancia en una parte de los electores que están cansados de la estrategia confrontacional del presidente.
Pero también es un arma de doble filo, ya que el sector más de izquierda de su partido -que se ha convertido en una fuerza creciente entre los más jóvenes- no está interesado en el centrismo y prefiere a representantes mucho más liberales como la congresista Alexandria Ocasio-Cortez.
En eso Biden ha sido hábil para incluir entre sus propuestas ideas provenientes del sector que apoyó a Bernie Sanders en las primarias (quien se declara como socialista) o a Elizabeth Warren.
“Biden tiene un fuerte apoyo de su partido”, le comenta a BBC Mundo Julian Zelizer, profesor de Historia y Asuntos Públicos de la Universidad de Princeton.
Y como el rechazo a Trump dentro de los demócratas es tan marcado, es una razón de peso para alinearse detrás de Biden.
4-No es Hillary
“La otra ventaja de Biden, en comparación con las elecciones de 2016, es que él no es Hillary Clinton”, argumenta Robert Shapiro, profesor del Departamento de Ciencia Política de la Universidad de Columbia, en contacto con BBC Mundo.
En esos comicios “muchos votaron contra ella”, dice, y ahora es el caso contrario: es probable que muchos voten contra Trump.
Por otro lado, es bastante conocido que Clinton, a diferencia de Biden, no tenía entre sus fortalezas la cercanía con la gente.
“Biden es mucho mejor haciendo campañas cara a cara y conectándose con su audiencia”, explica Anthony Zurcher.
Mientras el exsenador ha construido una reputación de figura amistosa, agrega, Clinton era percibida por muchos votantes como una persona sin atractivo.
“Algo de eso se puede atribuir al sexismo, pero es un problema del cual Biden no tiene que preocuparse”, apunta.
A eso se suma que en la campaña de 2016 Clinton proyectaba una imagen más polarizadora, mientras que uno de los componentes fundamentales de la campaña del exsenador es el concepto de unidad nacional.
Comparando las dos figuras, David Brady argumenta que Biden tiene más arrastre entre los votantes de la clase obrera que Hilary, especialmente entre los hombres blancos.
También las encuestas, explica el académico, arrojan que más afroamericanos votarán por Biden que los que lo hicieron por Clinton en 2016.
Desventajas
1-Edad
A sus 77 años, Biden es el candidato con mayor edad en la historia de Estados Unidos. Y si llegara a la Casa Blanca, con 78, se convertiría en el presidente más viejo del país
Quienes han seguido el desarrollo de su trayectoria política, dicen que ha perdido parte de la energía y la rapidez que solía tener cuando era más joven.
En ese sentido, a Biden se le ha hecho difícil conseguir el voto de los más jóvenes, quienes lo ven como un político tradicional y moderado que se inclina por mantener el status quo, en vez de impulsar una agenda más reformista.
Considerando la edad como uno de sus puntos débiles, algunos de sus opositores lo retratan como una persona que ya no está en condiciones de asumir la responsabilidad de estar al mando de un país.
2-No es un buen orador (y los debates políticos no son su fortaleza)
Esta es una de las grandes desventajas de Biden. Analistas consultados por BBC Mundo coinciden en que históricamente no ha tenido un buen desempeño en los debates políticos, así como tampoco en sus discursos e intervenciones en eventos masivos.
Tiene una tendencia a cometer errores verbales y hacer comentarios improvisados que suelen dejarlo en una posición incómoda, mientras que sus discursos son en ocasiones dispersos y con algunas divagaciones que lo vuelven un poco inconexo.
Nick Bryant, corresponsal de la BBC en Nueva York, cuenta que con sus 30 años cubriendo la política estadounidense, le sorprendieron las primeras intervenciones públicas de Biden en esta campaña y su falta de persuasión.
“Los discursos se convirtieron en monólogos divagantes”, comenta Bryan. “Su línea de pensamiento regularmente se descarrilaba”.
Pero poco a poco comenzó a acumular triunfos durante las primarias demócratas, incluso en estados donde no había hecho campaña.
“Biden pudo haber tenido buenos resultados en esos lugares precisamente debido a su ausencia”, señala Bryan.
3-Poco carisma y sin un mensaje inspirador
En lo que coinciden los analistas consultados por BBC Mundo es que Biden no brilla por ser una candidato carismático, ni destaca por su gran poder de convencimiento frente al público.
Claramente, dice Robert Shapiro, “Biden no entusiasma a los votantes como lo hizo Obama”.
En contraste, “los partidarios de Trump están más entusiasmados con él y se puede contar con que ellos acudirán a las urnas”, agrega.
En ese sentido, John Hudak argumenta que esta campaña, con las limitaciones a raíz de la pandemia, “ha dificultado que su mensaje pase de ser creíble a inspirador”.
Podría lograrlo en los debates que vienen, pero no está claro si lo conseguirá.
Como tampoco está claro si la facción demócrata menos moderada que votó por Bernie Sanders acudirá a las urnas.
“En última instancia, esos votantes verán a Biden como el menor de los dos males o permanecerán molestos y se quedarán en casa”, señala Hudak.
4-Fantasmas del pasado: una denuncia de abuso sexual
Tara Reade, quien trabajó como parte del equipo de Biden entre 1992 y 1993, cuando él era senador por Delaware, lo acusa de haber abusado sexualmente de ella en los pasillos del Congreso.
El candidato niega la veracidad de la denuncia.
Sin embargo, Reade no es la única que lo ha señalado por traspasar el límite de lo “aceptable”.
Hay varias mujeres que lo acusan de tocamientos, abrazos o besos que consideran inapropiados y que, más allá de tener o no tener una directa connotación sexual, traspasan el límite de cercanía corporal aceptada socialmente.
Esta situación es una desventaja contra el candidato, particularmente ahora que el movimiento #MeToo ha tomado fuerza en Estados Unidos y las denuncias de acoso, abuso o agresiones sexuales generan una mayor desaprobación en la opinión pública, de lo que lo hacían décadas atrás.
Con todo, el partido lo ha defendido cada vez que ha sido señalado por alguna mujer.
Otro asunto que ha estado en el debate público actual, es que Biden jugó un papel central en la aprobación de la Ley de Control del Crimen Violento de 1994, la cual estableció las bases para la expansión del sistema de encarcelamiento masivo en el país.
También conocida como “Ley Biden contra el crimen”, impuso sentencias más duras a nivel federal y proporcionó fondos para que los estados construyeran más recintos penitenciarios, ampliaran las fuerzas policiales e implementaran operaciones contra los crímenes relacionados con el tráfico de drogas.
Esa legislación “ha sido objeto de un renovado escrutinio por tener un impacto desproporcionadamente negativo en las minorías”, comenta Anthony Zurcher, especialmente entre los activistas que defienden los derechos de las personas afroamericanas.
Con su arsenal de fortalezas y debilidades, Biden tendrá que enfrentarse en la recta final a un competidor impredecible que habitualmente no sigue las reglas del juego y que, eventualmente, podría sacar cartas debajo de la manga.
El futuro político de Biden dependerá, en gran medida, de su desempeño en los próximos debates y de cómo juegue la partida en las 10 semanas que faltan para los comicios.
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