La vida de Ascensión Mendieta cambió a los 13 años. Foto: Getty images, vía BBC Mundo
La vida de Ascensión Mendieta cambió a los 13 años. Foto: Getty images, vía BBC Mundo
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Ascensión Mendieta dedicó toda su vida a la búsqueda de la justicia.

En específico, la de encontrar los restos perdidos de su padre asesinado durante la Guerra Civil Española para un día ser enterrado junto a él.



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A su padre le encontró en 2016 y este martes, tras fallecer en Madrid a los 93 años, fue sepultada en la misma tumba.

Timoteo Mendieta, el padre de Ascensión, fue encontrado en el cementerio de la ciudad española de Guadalajara en 2016 después de una incesante búsqueda durante casi 80 años. Tras el hallazgo, sus restos fueron trasladados a Madrid.

Timoteo había sido ejecutado por un pelotón de las tropas nacionalistas del general Francisco Franco en 1939 y su cuerpo fue arrojado a una fosa común.

Ascensión tenía 13 años cuando murió su padre, y desde entonces no paró hasta encontrar sus restos perdidos.

Tras encontrar los restos de su padre, Ascensión confesó que ya podía "descansar en paz". Foto: GETTY IMAGES, vía BBC Mundo
Tras encontrar los restos de su padre, Ascensión confesó que ya podía "descansar en paz". Foto: GETTY IMAGES, vía BBC Mundo

Su lucha fue compartida por otras muchas personas cuyos familiares murieron durante el conflicto español y yacen hoy en sepulturas anónimas.

A sus 88 años, Ascensión Mendieta se volvió el símbolo de la campaña por recuperar los cuerpos no localizados de víctimas del franquismo.

A esa edad se desplazó hasta Argentina, donde una jueza se interesó por esta campaña y, basándose en la justicia universal, ordenó al gobierno español desenterrar algunas de las fosas reclamadas, incluida la del padre de Ascensión.

"Ahora puedo descansar en paz", dijo en 2016, el día que las pruebas de ADN confirmaron que los restos encontrados eran los de su padre.

Condenado a muerte

Ascensión nunca olvidó cómo, a sus 13 años, abrió la puerta a la hora del almuerzo a un grupo de hombres que ella describiría como "bien hablados".

Era el otoño de 1939 y los hombres bien hablados eran soldados preguntando por su padre, que tras encontrarle en casa le llevaron arrestado a la ciudad de Guadalajara, al noreste de Madrid.

De acuerdo a la familia, Timoteo Mendieta no luchó en el derrotado bando republicano en la Guerra Civil Española (1936-1939).

Además de ser conocido como el carnicero del pueblo, Timoteo era el jefe del sindicato local, conocido como la Unión General de Trabajadores (UGT).

Francisco Franco fue Jefe de gobierno español desde 1939 hasta su muerte en 1975. Foto: Getty images, vía BBC Mundo
Francisco Franco fue Jefe de gobierno español desde 1939 hasta su muerte en 1975. Foto: Getty images, vía BBC Mundo

En los primeros momentos del gobierno militar de Francisco Franco, esto podía ser suficiente para aplicar la pena de muerte.

Mendieta fue fusilado ante uno de los muros del cementerio de Guadalajara el 16 de noviembre de 1939, donde se estima que otras 822 ejecuciones se llevaron a cabo hasta 1944.

Más de 100.000 víctimas del franquismo están enterradas en fosas sin nombre alrededor de .

Varias familias de víctimas del franquismo reclaman la búsqueda de más de 100.000 enterrados en fosas comunes. Foto: Getty images, vía BBC Mundo
Varias familias de víctimas del franquismo reclaman la búsqueda de más de 100.000 enterrados en fosas comunes. Foto: Getty images, vía BBC Mundo

Solicitud de restos

A la familia no se le permitía visitar la fosa común donde creían estaba enterrado Timoteo y en su lugar arrojaban flores desde el otro lado de la pared del cementerio.

Además de la crueldad de la ejecución de su padre, Ascensión también recordaba los duros momentos que pasó su madre, obligada a mudarse a una habitación a Madrid.

"A mi madre la dejaron sola con siete hijos. No siento rencor, pero todos aquellos que murieron injustamente deberían estar enterrados en ataúdes decentemente", dijo una vez.

Una vez se restauró la democracia en España tras la muerte de Franco en 1975, Ascensión y su familia solicitaron sin éxito a las autoridades buscar la ubicación exacta de los restos de su padre.

Después, al cumplir los 88 años, Ascensión voló a Argentina para añadir su caso al creciente archivo recopilado por la jueza argentina María Servini, quien llevó a cabo una investigación promovida por la asociación para la recuperación de la memoria histórica en España por crímenes contra la humanidad cometidos durante el franquismo.

Ascensión estuvo presente el día de la exhumación de su padre, en enero de 2016. Foto: REUTERS, vía BBC Mundo
Ascensión estuvo presente el día de la exhumación de su padre, en enero de 2016. Foto: REUTERS, vía BBC Mundo

El día que se encontró a Timoteo Mendieta después de que un juez español aceptara la solicitud de la jueza Servini, fue la primera vez que el cuerpo de una víctima del franquismo se recuperaba a través de un proceso judicial.

"De no ser por esa jueza en Argentina, nunca le habríamos encontrado. En España nadie ha hecho nada por los muertos", dijo Ascensión.

'Heridas infectadas'

Los primeros pensamientos de Ascensión tras el hallazgo fueron para su hermana Paz, con quien tocó puerta por puerta en Guadalajara y Madrid en la búsqueda de justicia.

Pero Paz murió antes de que el deseo se consumara.

La lucha personal de Ascensión le convirtió en figura pública en sus últimos años.

Llevaba su celebridad con una sonrisa, pero siempre tuvo una visión clara de la injusticia que su familia y miles más tuvieron que soportar durante el franquismo y lo que consideraba como un fracaso del moderno Estado español para aceptar la realidad del país.

Después de que el ataúd de Ascensión bajara a la misma tumba de su padre, uno de sus cuatro hijos, Francisco Vargas Mendieta pronunció palabras para honrar la figura de su madre:

"Muchos dicen que lo que hizo Ascensión y hacemos otros es reabrir heridas, pero sinceramente, nuestras heridas ya están infectadas".

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