Imagen referencial. Una mujer sube las escaleras en un nightclub de Europa. El gerente de "Pascha", Armin Lobscheid, criticó a las autoridades por la falta de claridad respecto a una posible reactivación del viejo oficio. (REUTERS/Leonhard Foeger).
Imagen referencial. Una mujer sube las escaleras en un nightclub de Europa. El gerente de "Pascha", Armin Lobscheid, criticó a las autoridades por la falta de claridad respecto a una posible reactivación del viejo oficio. (REUTERS/Leonhard Foeger).
/ LEONHARD FOEGER
Redacción EC

El “Pascha”, el mayor burdel de Europa, ubicado en la ciudad de Colonia en , se ha visto obligado a declararse en quiebra tras cinco meses sin actividad, debido a la prohibición del ejercicio de la prostitución como consecuencia del .

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En cierta manera es inimaginable, pero he tenido que presentar el martes ante el Tribunal Administrativo la solicitud de suspensión de pagos. Estamos acabados”, confirmó el gerente del “Pascha”, Armin Lobscheid, en declaraciones al diario local “Express”.

El lupanar, en el que trabajaban 120 prostitutas, se ha quedado sin reservas para afrontar los gastos del edificio de diez plantas y pagar a sus sesenta empleados entre operarios, cocineros, peluqueros, electricistas, masajistas, personal de limpieza y de seguridad.

Lobscheid criticó a las autoridades por la falta de claridad respecto a una posible reactivación del viejo oficio y el hecho de que les hayan dado largas una y otra vez, lo que dificulta la planificación.

Quizás podríamos haber evitado la insolvencia con ayuda de los bancos si nos hubieran confirmado que a principios del año que viene podemos retomar la actividad”, dijo.

Advirtió, asimismo, que “todos en el sector saben que el negocio del sexo sigue activo, pero de una manera que nadie realmente celebrará; es decir, en el anonimato y sin contribuir a Hacienda”.

Agregó que esta situación pone en peligro a las meretrices ya que como la demanda se mantiene, ahora se reúnen con los clientes en hoteles, apartamentos, vehículos y caravanas.

”Ya no tienen protección y se ven expuestas a la indefensión frente a proxenetas y clientes, ya que difícilmente pueden acudir a la policía si ocurre algo. Eso lo saben los clientes y les obligan, por ejemplo, a practicar sexo sin condón”, dijo.

Queda en el aire qué piensa hacer el propietario del edificio, la sociedad comanditaria Timoste Appartementhotel Schildbach, ya que el inmueble siempre alojó una mancebía.

Es bastante improbable que se autorice su uso como hotel o centro de acogida para refugiados, ya que obligaría a realizar una reforma integral.

Fuente: EFE

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