Alexandre Benalla dice que es el "eslabón débil" que sirve para atacar a Macron. (Foto: Reuters)
Alexandre Benalla dice que es el "eslabón débil" que sirve para atacar a Macron. (Foto: Reuters)
Redacción EC

París. El hombre en el centro de la polémica que sacude estos días, , rompió su silencio en una entrevista para presentarse como el "eslabón débil" del que se sirven los enemigos del presidente para atacarle.

Benalla, imputado por agredir a manifestantes el pasado 1 de mayo haciéndose pasar por policía, aseguró en una larga entrevista con el diario "Le Monde" que entiende que Macron se sienta "traicionado", aunque matizó que sus actos fueron una "gran estupidez y un error político, pero no un delito".

"Ha habido en primer lugar una voluntad de atacar al presidente, eso seguro. Y yo soy el eslabón débil, lo reconozco (...) La gente que ha sacado esta información son de un nivel importante", dijo.

Su versión de los hechos coincide en muchos puntos con la que ha difundido en los últimos días el Palacio del Elíseo.

Benalla se esfuerza por presentarse como la víctima de las envidias y los juegos de poder dentro de las altas esferas, que observaban con recelo la cercanía al presidente de un joven ajeno a las élites de la política o de la seguridad.

"La verdad es que mi nombramiento le tocó las narices a mucha gente. Porque un chaval de 25 años, que no había estudiado en la ENA (vivero de los altos funcionarios del Estado), que no era subprefecto (...) ¡soy el extraterrestre de la banda!", señaló.

Y cargó duramente contra los sindicatos de policía, que han denunciado que Benalla trataba a los agentes con desprecio y displicencia: "No dicen más que tonterías".

Benalla explicó que su misión en el Elíseo era "ocuparse de los asuntos privados del presidente, porque tiene una vida a un lado de sus funciones, con Brigitte Macron, la de un francés normal. Va al teatro, al restaurante, de vacaciones".

Respecto a otro de los aspectos polémicos que han rodeado el caso, su permiso para portar armas, dijo que la policía, tras examinar su petición, le autorizó a adquirir una pistola Glock y a llevarla en el ejercicio de su función.

Aunque reconoció que "nunca" debió haber ido a la manifestación como observador, descargó la responsabilidad en el oficial de la policía Laurent Simonin -también imputado en el caso-, de quien partió la iniciativa, según él, de invitarle a tomar parte.

Relató que al día siguiente de la manifestación, el director de gabinete de Macron, Patrick Strzoda, le llamó para pedirle explicaciones, y que ahí se dio cuenta de que había cometido un error, aunque se mostró disconforme con la sanción de 15 días sin empleo y sueldo que se le impuso.

"Unos días después de mi regreso, con ocasión de un evento en el Palacio del Elíseo, (Macron) me hizo un aparte y me dijo: 'Es un error grave, va a ser complicado y hay que asumirlo'. Me explicó que eso no elimina la confianza que tiene en mi, pero que había hecho una gran tontería".

Fuente: EFE

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