La Alemania comunista (RDA) extrajo sangre por la fuerza a prisioneros y la vendió a la Alemania occidental para paliar su escasez de divisas, según un informe oficial adelantado por la televisión pública ARD.
El documental emitido la noche del martes también reveló que más empresas occidentales, de lo creído hasta ahora, se beneficiaron indirectamente del trabajo forzoso de presos políticos en la RDA. Entre ellas figuran la automotriz Volkswagen o la cadena de supermercados Aldi.
El exhaustivo informe sobre la situación de los prisioneros en la RDA fue elaborado por el instituto que controla las actas de la policía política Stasi y será presentado de forma oficial el lunes.
Entre sus revelaciones destacan que la Cruz Roja de Baviera, en el oeste, compró sangre a la RDA en los años 80 a través de un intermediario suizo. Las actas de la Stasi indican que la sangre provenía de prisioneros forzados a hacer donaciones. Algunas enfermeras se negaron incluso a hacer las extracciones.
"Lamentamos profundamente que haya ocurrido esto", señaló la Cruz Roja bávara comentando lo ocurrido. Un portavoz consideró que es imposible saber ahora si entonces se conocía el origen de la sangre.
El informe también compromete a más empresas occidentales que en los años 70 y 80 se aprovecharon de los bajos costos de producción en la RDA, donde cerca de 20 mil prisioneros fueron forzados a trabajar.