La historia de La Haya y la Corte Internacional de Justicia
La historia de La Haya y la Corte Internacional de Justicia
Redacción EC


A mediados del siglo XIII, el conde holandés Florencio IV, compró un gran espacio para su residencia y un campo para la cacería. El nombre está consignado en documentos desde 1242: Den Haag (La Haya), que traducido al castellano sería el "recinto del conde". La ciudad empezó a crecer en 1248. 

Con cerca de medio millón de habitantes, La Haya es la sede administrativa de los Países Bajos, aunque la capital oficial del país sea Ámsterdam. En La Haya reside el rey Guillermo y están instalados el Senado y la Cámara de Representantes. También es la capital de la justicia internacional pues tienen sede en su suelo la Corte Internacional de Justicia y la Corte Penal Internacional, además de la Corte Permanente de Arbitraje, la Conferencia de La Haya en Derecho Internacional Privado, la Oficina de Patentes Europea, la Organización para la Prohibición de Armas Químicas (OPCW) y la Europol.

A diferencia de diciembre del 2012, cuando se realizaron las audiencias orales entre Perú y Chile, esta vez el escenario donde se leerá la sentencia será el Gran Salón de la Justicia, uno de los ambientes del Palacio de la Paz (sede de la corte). En este hermoso recinto, que estaba en remodelación, se desarrollan usualmente las audiencias y sesiones solemnes de la corte.

Uno de los grandes impulsores de este palacio fue el millonario estadounidense Andrew Carnegie, quien se había empecinado en construir una biblioteca de derecho internacional. Se presentaron un gran número de propuestas, pero fue el arquitecto francés Louis Cordonnier, quien diseñó un edificio neorrenacentista. El palacio se inauguró el 28 de agosto de 1913.

En 1946, luego de la Segunda Guerra Mundial, la Corte Internacional de Justicia empezó a sesionar en su interior. El primer caso abordado trató sobre los daños causados (incluyendo pérdidas de vidas)  por minas contra buques de guerra ingleses que surcaban aguas de territorio albanés en 1946. La corte dictaminó que el Estado Albanés tenía responsabilidad porque los buques de guerra atravesaban su territorio y las minas solo pudieron colocarse con el consentimiento del Gobierno.

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