Todo el mundo está hablando de una reunión crucial para el futuro inmediato de Europa y la Unión Europea (UE): la que celebran este lunes en Bruselas el gobierno de Atenas y los líderes de la eurozona para evitar una posible salida de Grecia del bloque.
Políticos, analistas y medios de comunicación insisten en que se trata de un encuentro en el que se tomarán decisiones de vital importancia para toda Europa, aunque las conversaciones podrían seguir varios días más y no hay certeza de que lleguen a buen puerto.
Sin embargo, si a una persona común le preguntasen de qué están hablando exactamente los funcionarios europeos, difícilmente pueda dar una respuesta.
Por eso, conviene revisar en 5 puntos qué es exactamente lo que están negociando Grecia y la Unión Europea, y por qué es tan importante que se llegue a un acuerdo.
1. Austeridad
Las medidas de austeridad son uno de los principales obstáculos para el progreso de las negociaciones.
La economía de Grecia se ha visto fuertemente golpeada en los últimos años por los recortes que han exigido los acreedores griegos: la Unión Europea, el Banco Central Europeo (BCE) y el Fondo Monetario Internacional (FMI), la llamada troika.
Según datos del BCE, Grecia registró un crecimiento negativo hasta el 2013 (-3,9% ese año), para recuperarse levemente en el 2014 y esperar una magra expansión de 0,5% en el 2015, si es que las cosas salen bien, claro.
Entre tanto, muchos griegos han caido en la pobreza y el desempleo.
Los griegos quieren enviarle un mensaje al mundo: la austeridad empobrece. (Foto: BBC Mundo)
Hoy, un cuarto de la fuerza laboral está oficialmente desocupada y el ingreso familiar promedio se ha desplomado a los niveles del 2003, lo que significa que 40% de los niños griegos viven bajo la línea de pobreza.
El partido de izquierda Syriza, que ganó las elecciones de enero, prometió poner fin a las medidas de austeridad. Y el primer ministro Alexis Tsipras cuenta con un apoyo de casi el 60% de los griegos en las negociaciones con la troika, según las encuestas más recientes.
Ante esta situación, los acreedores de Grecia han atenuado sus exigencias de austeridad, pero aún piden recortes equivalentes al 0,5% del Producto Interno Bruto (PIB) en los próximos tres años. Y para ello demandan reformas en áreas como pensiones e impuestos.
Y esa es la condición para liberar un préstamo de rescate (o bailout) de 7.200 euros que suspendió en febrero, tras el triunfo de Syriza.
2. Pensiones
Esta es la segunda gran exigencia de la eurozona, el ECB y el FMI.
El gobierno de Tsipras dice que ya se han reducido un 40% las jubilaciones griegas y que más recortes serían devastadores para muchas familias empobrecidas, ya que el desempleo las ha vuelto dependientes de los ingresos regulares de los ancianos.
En otras palabras, semejantes medidas son un imposible para Syriza desde el punto de vista político y social.
Sin embargo, el gobierno griego se ve obligado a llevar una contraoferta en esta materia.
Los analistas afirman que la clave podría estar eliminar gradualmente los planes de retiro anticipado.
La edad de jubilación en Grecia es la más baja de Europa (a excepción de Francia). Se estima que los griegos se jubilan, en promedio, a los 59 años.
Según los medios de comunicación de Grecia, el gobierno de ese país estaría dispuesto a aumentar gradualmente esa edad, además de eliminar regímenes especiales en el sistema de pensiones.
3. Impuestos
Este es otro de los principales puntos de conflicto entre Grecia y la troika.
En vista de la situación crítica, los acreedores ya dijeron que este año no le exigirán un superávit fiscal a Grecia.
Grecia se opone a un aumento excesivo del impuesto al valor agregado. (Foto: AP)
Pero, en cambio, siguen pidiendo reformas en la recaudación de impuestos para hacerla más efectiva, además de una reestructuración del sector público para volverlo más eficiente, lo que podría implicar una reducción de puestos laborales.
Al respecto, Tsipras dio algunas pistas al llegar a Bruselas: "Queremos volver a la normalidad las relaciones laborales y al mismo tiempo promover gradualmente reformas estructurales necesarias y justas".
Otra de las exigencias de los acreedores es aumentar el Impuesto al Valor Agregado (IVA), con el fin de volver más sostenibles las finanzas del Estado griego en el mediano plazo.
Tsipras adelantó que no aceptarán incrementos de los impuestos "excesivos e irracionales" sobre todo en el sector de la electricidad, como exige la troika.
De modo que en materia de tributos, las negociaciones prometen ser complicadas.
4. Bancos
Qué hacer con los bancos griegos es otra de las grandes incógnitas de las actuales negociaciones.
Según el analista económico de la BBC Robert Peston, las entidades se han vuelto tan insolventes que si el BCE les quitara su línea de ayuda financiera colapsarían.
No es para menos: ante los rumores de una posible cesación de pagos (default) de Grecia y su eventual salida del euro, los ahorristas han estado retirando grandes cantidades de dinero de los bancos.
Según se informó, los griegos han extraído unos 2.000 millones de euros de los cajeros en la última semana, el doble del dinero girado el miércoles pasado por el BCE en concepto de asistencia para la liquidez.
Si esta situación continúa y se produce una verdadera corrida bancaria, advierte Peston, Grecia podría verse obligada a imponer controles como el "corralito" argentino en el 2001, que limitaba la cantidad de dinero que se podía retirar de las entidades financieras.
La buena noticia para Grecia -al menos momentánea- es que este lunes el ECB decidió aumentar los fondos de liquidez para los bancos griegos.
5. Deuda
Todas los anteriores puntos en la negociacón apuntan a uno mayor y más ambicioso: asegurarse de que Grecia pueda cumplir con sus obligaciones financieras, evite un default y se vea forzada a abandonar el euro y posiblemente la Unión Europea.
El país debe pagarle 1.600 millones de euros al FMI a fin de mes. Y este es el primero de una serie de desembolsos que enfrenta este año, en momentos en que está en quiebra.
La jefa del FMI, Christine Lagarde, subió la apuesta de los acreedores y advirtió que no se le concederán más periodos de gracia a los griegos para que puedan abonar más tarde de lo previsto.
Según los expertos, en este punto Grecia se encuentra en una situación casi sin salida.
Si no le paga la cuota al FMI podría quedarse sin el programa de bailout de 7.200 millones de euros. Y al mismo tiempo el país en ruina necesita ese dinero para seguir cumpliendo con sus obligaciones financieras.
Según el analista económico de la BBC Robert Peston, esto hace pensar que ambas partes acabarán llegando sí o sí a un acuerdo.
Y Alexis Tsipras parece tenerlo bien claro: "Les probaremos a todos aquellos que apuestan a la crisis y a escenarios terroríficos que están equivocados".