Este viernes 29 el papa Francisco recibió a uno de sus críticos más fieros. El cardenal conservador estadounidense Raymond Burke asistió, por primera vez en siete años, a una audiencia privada con el Sumo Pontífice tan solo un mes después de que fuera despojado de algunos de sus privilegios en el Vaticano.
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Tanto la oficina del Papa como Burke declinaron dar detalles sobre lo que conversaron durante la reunión. El cardenal de 75 años, sin embargo, respondió brevemente “bueno, sigo vivo” al ser consultado por la prensa en las calles de Roma.
En noviembre, Francisco anunció a funcionarios del Vaticano que había decidido despojar a Burke de varios de sus privilegios en la Santa Sede, incluyendo la subvención que le otorgaban para el alquiler de un departamento.
En dicha reunión, el Papa habría explicado que tomó la decisión porque Burke estaba “trabajando contra la Iglesia y contra el papado” y que había sembrado la “desunión” en la Iglesia.
- Críticas constantes -
Nacido en Wisconsin (Estados Unidos) en 1948, Burke se licenció en filosofía en el Seminario de la Santa de Cruz de La Crosse y posteriormente realizó una maestría en el mismo campo en la Universidad Católica de América.
Fue ordenado sacerdote por el papa Pablo VI en 1975 y cinco años más tarde obtuvo un doctorado en Derecho Canónico por la Pontificia Universidad Gregoriana.
En 1994 fue nombrado obispo y en el 2003 arzobispo de San Luis. Durante el papado de Benedicto XVI, Burke fue escogido como prefecto del Tribunal Supremo de la Signatura Apostólica, el tribunal más importante para la Iglesia Católica.
En el 2010, con Ratzinger aún en el cargo, Burke recibió el anillo de cardenal.
Con el paso de los años, el purpurado se ha convertido en una de las voces más duras dentro del conservadurismo católico. En ese sentido, no ha dudado en criticar repetidas veces a Francisco, quien es señalado por los más tradicionalistas como alguien que pone en peligro las bases de la Iglesia debido a sus reformas.
En junio de este año Burke se jubiló pero mantuvo entre sus privilegios un salario de entre 5 mil y 6 mil euros al mes, además del departamento que posteriormente le fue retirado por el Papa, que se trataba de un inmueble de más de 400 metros cuadrados ubicado a pocos metros de la plaza de San Pedro.
Pese a su retiro, el excardenal fue uno de los firmantes, junto al alemán Walter Brandmueller, el mexicano Juan Sandoval y el guineano Robert Sarah, así como el arzobispo retirado de Hong Kong Joseph Zen, de una carta dirigida a Francisco sobre cinco dudas que mantenían respecto a la XVI Asamblea General Ordinaria del Sínodo de este año.
Un día antes de que comenzara el Sínodo, además, participó de la conferencia “La Babel sinodal” donde criticaron duramente la asamblea convocada por el Papa.
Algunos de los puntos que más le preocupaban a Burke y al resto del panel fueron “que la bendición de parejas homosexuales pueda crear confusión, no solo haciendo que parezcan análogas al matrimonio, sino porque los actos homosexuales serían presentados como un bien”, además de la oportunidad de que en el Sínodo pudieron votar laicos, y entre ellos mujeres.
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