Pese a la inferioridad en tropas y armamento, la resistencia polaca encabezó el principal levantamiento armado contra la Alemania nazi durante la Segunda Guerra Mundial, el 1 de agosto de 1944.
Pese a la inferioridad en tropas y armamento, la resistencia polaca encabezó el principal levantamiento armado contra la Alemania nazi durante la Segunda Guerra Mundial, el 1 de agosto de 1944.
/ ENCICLOPEDIA DEL HOLOCAUSTO
Redacción EC

Cada 1 de agosto, cuando el reloj marca las 5 de la tarde, guarda un minuto de silencio mientras el sonido de una sirena retumba en el aire.

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Este acto solemne forma parte de la conmemoración del Levantamiento de Varsovia, considerado el mayor esfuerzo militar llevado a cabo por un grupo de resistencia en contra de la ocupación de los nazis durante la Segunda Guerra Mundial.

La operación, concebida para ser de corta duración, se terminó extendiendo por 63 días y dejó cerca de 200 mil muertos, 11 mil soldados de la resistencia capturados y a la capital polaca reducida a cenizas.

Esta es su historia.

PLANEANDO LA INSURGENCIA

Luego de que los alemanes invadieran Polonia, en 1939, muchos civiles decidieron tomar las armas con la esperanza de liberar a su país del yugo nazi.

Esto resultó en el nacimiento de decenas de grupos de insurgencia, entre los que se encontraba el Servicio para la Victoria de Polonia, que a las pocas semanas se transformó en la Resistencia Armada y tres años más tarde, en 1942, terminaría estableciéndose como el Armia Krajowa (Ejército de Casa, en español).

El Armia Krajowa, poco a poco, comenzó a agrupar a las decenas de grupos rebeldes que se encontraban dispersos en el país. Para 1942 se estima que reunía a cerca de 100 mil rebeldes entre sus filas, pero alcanzó su pico en 1944 con al menos 400 mil combatientes.

Al convertirse en el principal grupo insurgente del país, el Armia Krajowa comenzó a planear golpes contra los invasores nazis.

Sus operaciones más importantes contemplaron desde interceptar información alemana que luego enviaban a los Aliados, hasta sabotear las vías ferroviarias que usaban los nazis, atacar puestos fronterizos, asesinatos selectivos de líderes militares y, finalmente, el levantamiento en armas para la restauración del gobierno que se había exiliado en Reino Unido tras la invasión.

Adolf Hitler toma lista a las tropas nazis luego de la invasión a Polonia, en 1939.
Adolf Hitler toma lista a las tropas nazis luego de la invasión a Polonia, en 1939.
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LA “HORA W”

Tras dos años en los que habían conseguido eliminar a casi una veintena de oficiales nazis entre 1943 y 1944 en la denominada Operación Cabezas, el Armia Krajowa estaba listo para llevar a cabo la Operación Tempestad.

El plan consistía en apoyar militarmente a los soviéticos mediante las diferentes células el Armia Krajowa distribuidas por las principales ciudades del país, especialmente las del este. El avance del Ejército Rojo proyectaba el escenario ideal para la liberación polaca.

Curiosamente, hasta el 21 de julio de 1944, Varsovia no estaba considerada como una de las ciudades en las que se ejecutaría la Operación Tempestad. El Gobierno Polaco exiliado en Londres, sin embargo, consideró que la ciudad sería clave para demostrarle a los Aliados que ellos habían conseguido recuperar el país.

Al mismo tiempo, se designó que las 5:00 de la tarde sería la ‘godzina wybuch’ que en español se traduciría como la hora de la explosión y se popularizó con el nombre de la Hora W.

En pocos días, el Armia Krajowa llevó armas, municiones y explosivos hacia el gueto de Varsovia. Esta actitud generó que varios prisioneros judíos que permanecían ocultos dentro del mismo gueto se unieran a combatir.

La historia reflejaría luego que incluso dentro de las filas polacas los judíos fueron víctimas de situaciones adversas. Mientras que algunos rebeldes aceptaban tenerlos como compañeros de armas otros los marginaban por su origen.

Pese a ello, la capacidad de la Organización de Combate Judía, un grupo insurgente que había sobrevivido al levantamiento del gueto en 1943, se unió al combate.

Finalmente, el 1 de agosto de 1944, a las 5:00 de la tarde, comenzó la operación en Varsovia.

TRÁGICO DESENLACE

Los nazis habían sido alertados sobre un posible levantamiento en Varsovia para esa fecha; sin embargo, no conocían la verdadera dimensión del mismo.

Los rebeldes, por su parte, planeaban una operación rápida pues temían que los soviéticos, sus aliados temporales contra los nazis, pudieran hacerse con el poder del país.

Las primeras tareas consistieron en liberar a los judíos que estaban retenidos dentro de la sección Gesiowka, en el gueto. A la par, los insurgentes consiguieron capturar un arsenal alemán, tomar el control de la oficina de correos y la central de energía. Sin embargo, los nazis no cedieron terreno sobre las bases policiales, el aeropuerto y la histórica Plaza del Castillo.

El Armia Krajowa consiguió liberar a 480 judíos que estaban confinados en la sección Gesiowka, dentro del mismo gueto de Varsovia.
El Armia Krajowa consiguió liberar a 480 judíos que estaban confinados en la sección Gesiowka, dentro del mismo gueto de Varsovia.
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Desde Berlín, el líder nazi Heinrich Himmler envió órdenes a sus soldados para arrasar con la ciudad y cobrar venganza con los civiles por los ataques rebeldes.

Por ello, mientras el ejército nazi conseguía avanzar por alguna calle de Varsovia, detrás de ello iban escuadrones de la SS que se dedicaban a entrar casa por casa y asesinar a los civiles que encontraban en ellas.

Pese al combate de los rebeldes y su paulatino avance por la capital polaca, un evento desde el otro lado del país marcó su derrota. Joseph Stalin ordenó al Ejército Rojo que detenga su avance, oxigenando así a las fuerzas nazis lo que permitió que durante las últimas semanas de agosto limitara el avance de los insurgentes a la zona antigua de Varsovia.

Stalin no permitiría que el gobierno polaco en el exilio recuperara el control del país.

Esta situación llevó a que la noche del 2 de septiembre se firmara la rendición de Varsovia, poniendo fin al mismo tiempo a la Operación Tempestad y dejando tras de sí a la capital polaca reducida a cenizas y cadáveres.

Varsovia se vio reducida a cenizas debido a los bombardeos nazis durante el levantamiento.
Varsovia se vio reducida a cenizas debido a los bombardeos nazis durante el levantamiento.
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Sesenta años más tarde, en el 2004, se levantaría en la ciudad el Museo del Levantamiento de Varsovia. Durante la ceremonia conmemorativa de aquel año, el canciller alemán Gerhard Schröder rendiría homenaje a los caídos en combate.

“Nos inclinamos de vergüenza ante los crímenes nazis”, dijo en aquella oportunidad.

El museo, desde entonces, se ha convertido en el punto central, donde cada 1 de agosto, a las 5:00 p.m., se guarda un minuto de silencio por quienes combatieron en el que fue considerado como el mayor esfuerzo armado llevado a cabo por un grupo de resistencia contra los nazis en la Segunda Guerra Mundial.

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