Madrid. El rey Felipe VI instó a "cortar de raíz" la corrupción en España durante su primer mensaje de Nochebuena, ensombrecido por el proceso en el que será juzgada una de sus hermanas, la infanta Cristina.
"La lucha contra la corrupción es un objetivo irrenunciable", dijo en el tradicional discurso que su padre, el rey Juan Carlos, pronunció cada 24 de diciembre durante 38 años.
Felipe VI hizo un firme alegato a favor de "la honestidad" de los "servidores públicos" sin hacer una alusión directa al caso de corrupción que golpea desde hace más de tres años a la casa real española, y en el que están imputados la infanta Cristina y su esposo, Iñaki Urdangarin.
En medio de la ola de corrupción que golpea al país, las palabras del monarca van en consonancia con los aires de renovación y transparencia que quiere dar a la institución monárquica, muy deteriorada en los últimos años de Juan Carlos.
Desde una sala del Palacio de la Zarzuela, residencia de la familia real, y en un formato más cercano que el de los mensajes navideños de su padre, Felipe VI centró sus palabras en los problemas que más preocupan a los españoles: el desempleo y la corrupción.
Sobre la crisis que asuela a España desde el 2008, el monarca reconoció mejoría en los datos macroeconómicos, pero se alejó del discurso eufórico del gobierno de Mariano Rajoy, quien hace unos días la dio por finalizada.
"Nuestra economía no ha sido capaz, todavía, de resolver de manera definitva este desequilibrio fundamental", expresó el rey, reconociendo que los datos de desempleo, con una tasa que supera el 23 por ciento, "son inaceptables".
También se refirió directamente al desafío independentista de Cataluña, región del noreste de España cuyo gobierno impulsó el 9 de noviembre una consulta soberanista simbólica, y que el rey visitó en tres ocasiones desde que accedió al trono.
"Los desencuentros no se resuelven con rupturas emocionales o sentimentales", dijo el monarca, quien hizo instó a "todos" a hacer un "esfuerzo" para superar las tensiones en el marco del respeto a la Constitución.
"Me duele y me preocupa que se puedan producir fracturas emocionales, desafectos o rechazos entre familias, amigos o ciudadanos. Nadie en la España de hoy es adversario de nadie", dijo el monarca.
"Millones de españoles llevan, llevamos, a Cataluña en el corazón. Como también para millones de catalanes los demás españoles forman parte de su propio ser", expresó.
Felipe VI abrió la puerta a un tiempo nuevo en la monarquía española tras la abdicación de Juan Carlos, que el pasado 2 de junio decidió poner fin a casi cuatro décadas de reinado.
Hoy, en uno de los discursos más personales que pronuncia a lo largo del año, el único que no les escribe el gobierno, el monarca agradeció "el respeto, afecto y cariño" recibido en los últimos meses.
"Estaré siempre a vuestro lado como el primer servidor de los españoles", dijo al final de su alocución, que finalizó felicitando la Navidad a los españoles en las cuatro lenguas oficiales del país.
Fuente: DPA