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Redacción EC

Catania. El en la isla de Sicilia () continúa su actividad con emisión de gases y lava desde uno de sus cráteres, y se han registrado algunos temblores durante la noche.

La densa nube de humo que sale de uno de los cráteres del volcán está provocando problemas en el tráfico aéreo del aeropuerto de Catania.

El aeropuerto fue cerrado durante varias horas ayer y hoy abrió solo con la limitación de cuatro aterrizajes a la hora.

Por otra parte, se han registrado cerca de 150 temblores de poca intensidad desde que ayer comenzó la erupción volcánica, el mayor fue de magnitud 4,3 en la tarde de ayer, según el Instituto nacional de Vulcanología de Catania.

Desde la medianoche pasada, se han producido otros cinco temblores que han sido sentidos por la población, especialmente en la localidad de Zafferana Etnea.

"La erupción ocurrió sobre el lado del Etna, la primera erupción lateral en más de 10 años, pero no parece peligrosa", explicó a la AFP el vulcanólogo Boris Behncke, del instituto nacional de geofísica y vulcanología (INGV).

Una gran parte del espacio aéreo alrededor del volcán ha sido cerrado por falta de visibilidad. En el aeropuerto de Catania, en el este de la isla italiana, solo cuatro llegadas por hora estaban autorizadas el lunes en la tarde.

El volcán de 3.330 metros de altura puede estallar en espectacular despliegue varias veces al año, arrojando lava y cenizas sobre la isla mediterránea. La última gran erupción fue en 1992.

A finales de marzo, un estudio publicado en la revista Bulletin of Volcanology reveló que el Etna se desliza muy lentamente hacia el Mediterráneo, a un ritmo constante de 14 milímetros por año.

En el pasado el volcán, sometido a constante vigilancia, ha sido responsable de diversos episodios de destrucción, como cuando en 1699 una erupción arrasó casi totalmente la ciudad de Catania.

Fuente: Reuters / EFE / AFP

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