El Consejo de Seguridad de la ONU se reunió el miércoles para debatir sobre la creación de un tribunal internacional que investigue los sucesos en torno a la caída del vuelo MH17 de Malaysia Airlines en la que murieron 298 personas sobre territorio ucraniano bajo control de separatistas prorrusos.
Pese a que 11 de los 15 países miembros votaron a favor y tres se abstuvieron (China, Angola y Venezuela), el voto en contra de Rusia, uno de los miembros permanentes del Consejo, vetó la creación de este tribunal.
El embajador de Ucrania en el Perú, Oleksandr Mykhalchuk, responde a las siguientes inquietudes sobre el caso.
— En el texto del proyecto de resolución alternativa, presentado en el Consejo de Seguridad por la delegación de Rusia, no trata la necesidad de crear un tribunal pero sí se exige que “los culpables del incidente aéreo sean llevados a la justicia, y que todos los países colaboren en esta dirección tras la finalización de la investigación internacional“. ¿Cuál es su opinión en cuanto a esto?
Yo creo que la creación del tribunal internacional antes de la finalización de la investigación internacional garantizaría la máxima despolitización de este caso. Según la propuesta presentada por Australia, Bélgica, Malasia, Holanda y Ucrania los jueces, el fiscal y el secretario del tribunal deben ser designados por el Secretario General de la ONU, siendo el fiscal totalmente independiente y con el derecho de realizar investigaciones adicionales. La creación en esta etapa del tribunal internacional es coherente con la práctica habitual del Consejo de Seguridad, pues los otros juzgados y tribunales especiales habían sido creados por este órgano antes del término de las respectivas investigaciones criminales. Esta idea fue apoyada por casi todos los miembros del Consejo, con excepción de un solo país – la Federación de Rusia.
— ¿Por qué Moscú se opone a la creación de un tribunal internacional, habiendo Vladimir Putin declarado tal iniciativa “prematura y contraproducente”?
Según mi parecer la respuesta es obvia para todos. Después de inventar decenas de falsas “teorías” y “versiones” en cuanto al derribo del avión malasio – desde el cohete “aire-aire”, supuestamente disparado por un avión caza ucraniano, hasta la suposición de que los ucranianos querían derrumbar el avión presidencial del propio Putin, que se encontraba a más de mil kilómetros de distancia en el momento del disparo, que fueron todas desmentidas posteriormente por analistas independientes, – Rusia está intentando hacer todo lo posible para que la verdad no salga a flote. Porque no le interesa nada que el mundo sepa que fue el misil ruso, disparado por los títeres de Moscú, o, lo que es más probable, por soldados y oficiales rusos bien entrenados dada la complejidad del sistema misilístico, el que terminó con 298 vidas de personas inocentes.
La comunidad internacional, junto con las familias que perdieron a sus prójimos aquel fatídico 17 de julio de 2014, está exigiendo la justicia. Ha transcurrido un año después de la terrible tragedia y ha llegado la hora de realizar esta demanda con acciones prácticas, mediante un juzgado internacional honesto y transparente. Ucrania junto con otros países democráticos está reclamando a que se haga justicia y los verdaderos artífices de esa enorme tragedia humana sean reconocidos culpables y respondan por sus atrocidades