(Foto: Reuters)
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Redacción EC

En menos de cinco años, dejó atrás una carrera como periodista de radio y televisión, fue electo senador y se transformó en la apuesta oficialista para dar continuidad a las reformas implementadas por la presidenta Michelle Bachelet.


Ahora, el candidato deberá lograr lo que tal vez sea su mayor desafío: unir a las distintas fuerzas de la izquierda chilena para vencer este fin de semana al conservador Sebastián Piñera en un balotaje presidencial que se espera reñido.

De voz grave y aspecto severo, Guillier -de 64 años- se hizo conocido como periodista, para luego volcarse a la política y actualmente es senador de la principal región minera del país por el bloque gobernante de centroizquierda Nueva Mayoría.

El también sociólogo ha buscado resaltar su postulación como independiente, pese al apoyo de Radicales, Socialistas y Comunistas -los partidos más tradicionales de la izquierda-, en un intento por recuperar la confianza de los electores tras escándalos de financiamiento ilegal que afectaron en los últimos años a casi todo el espectro político chileno.

Por lo mismo, insistió en inscribir su candidatura con la recolección de miles de firmas que le dieran sustento a su eslogan de "El Presidente de la Gente".

"Me encantaría ser el primer presidente independiente-ciudadano", dijo en una entrevista con Reuters este año, en la que reiteró sus críticas a las visiones de la élite tradicional.

Pero el esfuerzo no fue suficiente para contar con un masivo apoyo en la primera vuelta de noviembre.

Con un 22,7% de los sufragios, Guillier -quien está casado y tiene tres hijos- quedó a 14 puntos de Piñera y superó sólo por dos a la candidata del joven bloque de izquierda alternativa Frente Amplio, la también periodista Beatriz Sánchez, cuyos votos son vistos como clave para el balotaje. "Ha quedado claro ante el país que el progresismo, que las chilenas y chilenos que quieren cambios, que quieren derecho a la educación y a la salud, que quieren un sistema de previsión decente (...) somos más y por lo tanto ganaremos en diciembre", dijo Guillier en su discurso tras la primera vuelta.

Con un tono propio de sus años de profesor universitario, el oficialista ha buscado desde entonces conquistar a los jóvenes del Frente Amplio con promesas de avanzar en la gratuidad de la educación, entre otras.

Sin embargo, los líderes del bloque -muchos de ellos exdirigentes estudiantiles- tacharon de ambiguos sus planteamientos y condicionaron hasta última hora un apoyo explícito, al que sólo accedió con premura Sánchez, con quien Guillier trabajó por años y mantiene una relación de amistad.

En un último guiño, Guillier realizó el miércoles el cierre de su campaña en regiones con un acto cargado de simbolismo en la porteña ciudad de Valparaíso, único municipio del país gobernado por el Frente Amplio.

"Ni un paso atrás, diez pasos adelante, ese es nuestro lema", aseguró Guillier en compañía del exmandatario uruguayo y emblema de la izquierda latinoamericana José "Pepe" Mujica. 

Fuente: Reuters

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