Les dijeron, de diferentes modos y medios, que éste iba a ser el voto más importante de sus vidas. Que de su decisión de ir a las urnas dependía el futuro de las nuevas generaciones. Los ojos del mundo en ellos. Pero ayer, sin embargo, el electorado de Colombia respondió de la misma manera en la que ha venido haciéndolo desde hace 25 años: con una contundente indiferencia.Seguir a @Mundo_ECpe !function(d,s,id){var js,fjs=d.getElementsByTagName(s)[0],p=/^http:/.test(d.location)?'http':'https';if(!d.getElementById(id)){js=d.createElement(s);js.id=id;js.src=p+'://platform.twitter.com/widgets.js';fjs.parentNode.insertBefore(js,fjs);}}(document, 'script', 'twitter-wjs');
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De los resultados del plebiscito —en el que el “No” al acuerdo de paz se impuso al “Sí” por un estrecho margen de 50 mil votos— se puede decir que de cada 10 colombianos, 6 prefirieron no participar de estas elecciones: un desinterés que ha ido incrementando cada año.
Veamos: en las elecciones presidenciales del 2014, cuando Juan Manuel Santos fue elegido, la abstención al voto alcanzó el 60%. En el 2010, fue el 56%. En tanto, en el 2006, las personas que no fueron a votar representaron el 55%. Por su parte, en el 2002, significó el 53%. Y así. En el plebiscito de ayer, el 62%, más de 20 millones de un total de 34 millones del electorado apto para votar, prefirió hacer otra cosa que creyó más importante en ese momento.
— ¿Y usted por qué no irá a votar?— ¿Para qué? Si el “Sí” ya ganó. Todas las encuestas lo dicen.
Gabriel tiene 52 años, es antioqueño de nacimiento y tiene un hijo que le preocupa. Gabriel hace taxi desde hace 10 años y, de vez en cuando, piensa en su hijo mientras escucha las noticias en su auto. “Mi hijo es médico y trabaja en lugares de emergencia en la selva, lugares que pueden ser atacados por esa maldita guerrilla”, cuenta. Gabriel es uno de tantos colombianos que no confía en el presidente Santos, pero que, a su vez, quiere que le guerra con las FARC se termine. Pero paradójicamente Gabriel también es uno de los que no tiene mayor interés en ir a sufragar.
El Estado Colombiano, consciente del alto índice de ausentismo, da diferentes beneficios a los que acuden a votar. Por ejemplo, la mitad de un día libre de trabajo, beneficios contractuales y un porcentaje de descuento en la matrícula universitaria. En Medellín, así como en otras ciudades, el transporte público es gratuito ese día para que los electores vayan a sus centros de votación. Aún así no ha sido suficiente.
¿Por qué no votan?
“En Colombia no existe un estudio científico que diga por qué la gente se abstiene de ejercer su derecho al voto”, dice un informe de El Colombiano publicado el domingo, el día del plebiscito. La nota cita a Olga Ilera, directora del Departamento de Ciencias Políticas de la Universidad Jorge Tadeo, quien dice que una de las razones del ausentismo, además de que el voto no es obligatorio, es que muchos de sus conciudadanos creen que su participación no cambiará el curso de su país.
“En Ciencia Política se habla del proceso de participación convencional como una acción racional, donde el ciudadano mide el costo - beneficio de la participación. Para muchos puede pesar más el hecho de madrugar, hacer fila o meterse en un trancón”, dice Ilera, citada por El Colombiano.
Pero la de ayer no era una elección cualquiera: por primera vez un presidente colombiano, en este caso Santos, conseguía un acuerdo de paz con las FARC—algo que se intentó sin éxito en Colombia hasta en seis oportunidades desde 1982.
El electorado lo que tenía que decidir, entonces, era si refrendaba lo conseguido por Santos y, por consiguiente, acababa con una guerra que ha durado 52 años, la más antigua de América Latina, y que ha dejado más de 220 mil muertos.
La noche del domingo, un grupo de simpatizantes del “Sí” al acuerdo de paz se reunieron en los exteriores del Teatro Pablo Tobón Uribe, en Medellín, y se lamentaban, entre lágrimas y abrazos, haber estado tan cerca de terminar con la guerra y no haberlo conseguido. Laura era una de ellos: “Muchos no entendieron lo trascendental que era esta elección. Ahora tendremos otros años más de guerra, hasta poder estar en un escenario similar. Lo desperdiciamos por pura indiferencia. ¿Qué hubiera pasado si iban a votar?“.
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