Redacción EC

Bogotá. , el expresidente y político más popular de este siglo en , será interrogado este martes por el máximo tribunal en un proceso que podría desencadenar su eventual juicio por manipulación de testigos.

Será la primera vez que un expresidente colombiano responda en indagatoria ante la Corte Suprema.

Pero más allá de ese carácter inusual, el peso político y popularidad del también senador Uribe hacen que su caso trascienda el ámbito jurídico y más cuando restan días para las elecciones locales del 27 de octubre.

Nacido hace 67 años e hijo de un hacendado, Álvaro Uribe llegó al poder en el 2002, cuando el país ardía por el enfrentamiento de guerrilleros, paramilitares y fuerzas del Estado, tras el fracaso de una nueva tentativa de paz con las FARC.

Este político de origen liberal también comenzó en llamas el primero de sus dos mandatos. El día de su posesión la exguerrilla atacó con cohetes la sede presidencial. La respuesta fue contundente. Uribe se embarcó en una política de mano dura que diezmó a los rebeldes, y acordó la desmovilización de 30.000 paramilitares.

Álvaro Uribe en una imagen del 10 de abril del 2002. (REUTERS/Eliana Aponte).
Álvaro Uribe en una imagen del 10 de abril del 2002. (REUTERS/Eliana Aponte).
/ STR

A Uribe (Medellín, 1952) le reconocen haber rescatado al país de las fauces de la violencia de la época y aliviado sensiblemente los secuestros y ataques a poblaciones, aunque también su gobierno quedó manchado por el escándalo de los asesinatos extrajudiciales cometidos por militares. El exmandatario escapó a 15 atentados y es uno de los hombres más custodiados del país.

Controvertido, recio, pero sobre todo muy popular, Uribe debió abandonar la presidencia en 2010, tras un fallo que frustró el referendo que le hubiera permitido competir por un tercer mandato consecutivo. Todas las encuestas daban por segura su continuidad.

Uribe estuvo detrás de la elección de su sucesor y exministro Juan Manuel Santos (2010-2018), de quien luego pasó a ser su mayor crítico por el proceso que terminó con la firma de la paz. Apoyado en su popularidad, el expresidente lideró a la oposición en su victoria contra el acuerdo con las FARC en el plebiscito de 2016, y catapultó a la presidencia a Iván Duque en 2018.

Es el jefe del partido en el poder y el primer expresidente en rendir interrogatorio ante la Corte Suprema, en una causa que se remonta a 2012 y que podría llevarlo a juicio. “Probablemente he cometido errores, pero no delitos”, señala.

Una manifestación en favor de Álvaro Uribe en Medellín. (AFP / JOAQUIN SARMIENTO).
Una manifestación en favor de Álvaro Uribe en Medellín. (AFP / JOAQUIN SARMIENTO).
/ JOAQUIN SARMIENTO

--INCONDICIONALES--

Cientos de personas marcharon el domingo en diferentes puntos de Colombia en apoyo a Uribe.

Con pancartas de “Yo apoyo a Uribe” y “Uribe presidente por siempre”, ciudadanos vestidos de blanco desfilaron en ciudades como Medellín (noroeste), Cali (suroeste), Cartagena (norte).

“Nosotros no dudamos de la inocencia del presidente Uribe y vamos a rodearlo eternamente”, dijo a la AFP el abogado Jaime Arizabaleta, de 30 años, durante la marcha en Cali.

“Ni un carcelazo ni la muerte nos va a separar de ese cariño tan grande que (le) tenemos”, agregó.

Una manifestación en favor de Uribe realizada el domingo en Medellín. (AFP / JOAQUIN SARMIENTO).
Una manifestación en favor de Uribe realizada el domingo en Medellín. (AFP / JOAQUIN SARMIENTO).
/ JOAQUIN SARMIENTO

A mí me hicieron 21.000 interceptaciones telefónicas, a las llamadas, a los mensajes. No hay una palabra mía que viole la ley”, sostiene Uribe en su defensa.

Los seguidores de Uribe convocaron para el martes a nuevas marchas de apoyo tras las que realizaron el domingo en varias ciudades, algunas de las cuales terminaron a golpes con opositores.

Por su parte, los jueces que escucharán al exgobernante deberán determinar si lo inculpan o lo liberan de sospecha.

En el primer caso, enfrentaría un llamado a juicio y pueden incluso ordenar su detención para evitar que huya o interfiera en el proceso. Cualquier decisión podría tardar días en conocerse.

Es un momento difícil”, comenta Jairo Libreros, de la Universidad Externado.

Según el analista, “el nivel de polarización del país ha llevado a que muchos colombianos tomen posturas de apoyo o de rechazo al senador única y exclusivamente atendiendo cuestiones emocionales o de identidad ideológica, y dejan en segundo lugar el tema jurídico”.

Opositor del proceso de paz con los antiguos rebeldes de las FARC, Uribe no solo es el jefe del Centro Democrático (en el poder desde agosto de 2018), también fue el senador más votado y hoy es protagonista de la campaña para los comicios de alcaldes y gobernadores al lado de sus candidatos.

El exmandatario terminó enredado en un giro insospechado de la justicia.

Vista de una publicidad política del exresidente Álvaro Uribe Vélez leyendo "Uribe es Colombia", patrocinado por miembros de su partido político "Centro Democrático" en Medellín, el 6 de agosto de 2018. (AFP)
Vista de una publicidad política del exresidente Álvaro Uribe Vélez leyendo "Uribe es Colombia", patrocinado por miembros de su partido político "Centro Democrático" en Medellín, el 6 de agosto de 2018. (AFP)
/ JOAQUIN SARMIENTO

--EL CASO--

En 2012 presentó una denuncia contra el senador de izquierda Iván Cepeda por un supuesto complot en su contra apoyado en testimonios falsos.

Uribe sostiene que Cepeda [uno de sus mayores adversarios políticos y testigo en su proceso] contactó a paramilitares presos para que lo involucraran en actividades criminales de los grupos de ultraderecha que combatieron a sangre y fuego a las guerrillas izquierdistas.

Ambos bandos cometieron violaciones de derechos humanos en medio del conflicto que desde hace seis décadas desangra a Colombia, y que Uribe intentó sofocar sin éxito mediante una política de abierta confrontación.

Pero la Corte Suprema se abstuvo de enjuiciar a Cepeda y en cambio decidió abrir este año la investigación contra el exmandatario bajo la misma sospecha: manipular testigos contra su opositor y tratar de cambiar las declaraciones que lo comprometen con paramilitares.

Además de este expediente, Uribe está vinculado a más investigaciones por presuntos delitos penales, aunque ninguna había avanzado como la que lo relaciona con manipulación de testigos.

Nunca pensé que la defensa del honor, en mi amor a Colombia (...), de acuerdo con la Constitución, me creara estas dificultades judiciales que enfrentó con espíritu patriótico”, dijo el expresidente.

Ahora serán unos jueces distintos de los que lo señalaron los que escucharán sus descargos debido a la renovación del tribunal.

Fuente: AFP