Pasada la primera semana desde la flexibilización del cepo cambiario y la mayor devaluación del peso de la última década, y después de días de seguimiento frenético de las variables económicas, el análisis político de los últimos movimientos del gobierno de Cristina Kirchner arroja más sombras y dudas que pronósticos de éxito o aprobación ciudadana.
" Falta de confianza ", "crisis de credibilidad", "ausencia de previsión", "ratificación del rumbo", "débil reacción opositora", "lucha álgida". Las figuras se repitieron en los balances que cinco analistas políticos y de opinión pública trazaron para LA NACION.
"La novedad de esta semana es que no hay novedad", sintetizó Sergio Berensztein, director de Poliarquía Consultores. "El Gobierno demostró que se aferra al libreto de buscar enemigos, no aceptar la crisis ni asumir responsabilidades", enumeró enseguida.
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