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Nahir Galarza
Redacción EC

Por la ruta 136, a 30 kilómetros de la frontera de con Uruguay, dos carteles de madera indican la venta de "corderos, chivitos, lechones, pan casero, pollo, miel, gansos y verduras". Si quien maneja viene distraído puede pensar que se trata de un negocio, pero un tercer cartel aclara: "La Granja, penal N° 9. 'El Potrero'".

La cárcel experimental "Entrerriano", situada a 25 kilómetros de Gualeguaychú, se volvió noticia tras la decisión del tribunal oral de esta ciudad de enviar allí a a cumplir la condena de 35 años de prisión por el crimen de su ex novio, Fernando Pastorizzo, ocurrido el 29 de diciembre pasado.

El diario argentino La Nación, ingresó a la unidad carcelaria que en la actualidad aloja a 251 internos de diferentes grados de peligrosidad. De ese total, 24 son mujeres que comparten el pabellón más cercano a la entrada de "La Granja", que ocupa un predio de 74 hectáreas.

"¿Cuándo viene Nahir? La estamos esperando", fue la frase con tono irónico que algunas reclusas le lanzaron a la oficial a cargo del pabellón, según le relató la uniformada al medio argentino.

De la charla también participaba el director del penal, Javier Bossi, quien se mostró sorprendido por la repercusión mediática que tuvo la cárcel que comanda hace un mes y medio. "Todavía yo no tengo confirmado que venga Nahir Galarza. En este momento no tenemos lugar para ningún preso más. Además, por ser familiar de un uniformado no podría compartir pabellón con otras reclusas ni reclusos", remarcó en más de una oportunidad. La joven condenada es hija de un policía.

— Con televisores, sin celulares —

De los 251 internos que están en "El Potrero", más de 170 trabajan, estudian y reciben una remuneración por ello. "Tienen talleres de costura, de gasista y mecánica. También aprenden a faenar animales y administrar la huerta. Parte de lo que se genera es para consumo interno, el resto se vende y ellos reciben un pago por eso", señalan desde el penal.

¿En qué usan el dinero? Una parte está a la vista: en varios de los pabellones se observan antenas de televisión satelital. Las habitaciones de cuatro a seis personas que conforman los pabellones, que tienen hasta 100 reclusos, hoy cuentan con televisores comprados por los presos o sus familiares. También tienen estufas y equipos de música.

"Lo que no tienen permitido usar es celulares. Por eso se hacen requisas sorpresas. En un pabellón, cuando llegué, saqué 18 celulares", contó Bossi.

En la actualidad, en el penal se trabaja en los cimientos para un nuevo pabellón que podría albergar hasta 50 reclusos. "¿Ahí podrían alojar a Nahir Galarza entonces?", preguntó el enviado de La Nación. Bossi respondió misterioso: "Ya tengo un lugar pensado para ella".

Fuente: GDA, La Nación

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