El 24 de agosto de 1991, el entonces ejecutivo del Grupo Sociedad Macri (Socma), Mauricio Macri, era sorprendido por tres delincuentes que lo abordaron en la puerta de su casa, lo golpearon en la cara y se lo llevaron dentro de un ataúd, encapuchado y amordazado, rumbo al lugar donde se encontraría durante los próximos 12 días.Seguir a @Mundo_ECpe !function(d,s,id){var js,fjs=d.getElementsByTagName(s)[0],p=/^http:/.test(d.location)?'http':'https';if(!d.getElementById(id)){js=d.createElement(s);js.id=id;js.src=p+'://platform.twitter.com/widgets.js';fjs.parentNode.insertBefore(js,fjs);}}(document, 'script', 'twitter-wjs');
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(Video: Youtube/archivodichiara)
“La banda de los comisarios”, como se hacía llamar el grupo, estaba conformada por varios oficiales superiores de la Policía Federal de Argentina. Años más tarde serían condenados.
Una vez que estuvo inmovilizado dentro del cajón, dos de los delincuentes cerraron el ataúd y se sentaron sobre la tapa, mientras el tercero puso en marcha la camioneta. Mauricio Macri se mantuvo poco más de media hora semidesnudo y con las manos hacia adelante en posición de rezo hasta llegar al lugar de confinamiento.
El actual candidato que enfrenta a Daniel Scioli por la segunda vuelta electoral en Argentina nunca accedió a brindar mayores detalles sobre cómo fueron esos doce días que pasó cautivo en “la caja”: nombre que dieron los secuestradores a la habitación de tres metros por dos construida en el sótano de una casona, con un inodoro químico y con un tragaluz de 20 centímetros de diámetro en el techo, por el que le pasaban la comida.Mauricio Macri, junto a su padre, Franco, y el entonces ministro del Interior, José Luis Manzano, el día de su liberación. (Foto:La Nación de Argentina/DyN/Archivo)
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Franco Macri, su padre, pagó un rescate de US$ 6.000.000 para liberar a su hijo. Dos días después Mauricio Macri volvería con su familia. Los secuestradores le cubrieron los ojos y lo ataron de manos, luego lo dejaron en una zona alejada y no muy transitada con la única indicación de morderse las ataduras para que se suelten.
“Sinceramente, a partir de las 48 horas que me tranquilicé y me di cuenta que vivir o morir era una decisión de ellos y que estaba fuera de mí, realmente me preocupaba ver a mi familia”, afirmó Macri tras su liberación, aún con semblante desconcertado y evidentemente extenuado.
#Argentina : El día en que #DanielScioli perdió un brazo ►https://t.co/qqkGyoWFWH pic.twitter.com/eTLaRlpceS— Mundo El Comercio (@Mundo_ECpe) noviembre 12, 2015
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Fuente: La Nación/GDA