"Caso Petrobras nos ha costado hasta ahora USD 10 mil millones"
"Caso Petrobras nos ha costado hasta ahora USD 10 mil millones"
Rodrigo Cruz

Cuatro años antes de que iniciara el , el Tribunal de Cuentas de la Unión (TCU) de Brasil ya había advertido al Congreso y al entonces presidente de indicios de sobreprecios y posible corrupción en las obras de Petrobras.

Era el 2009. El informe de alerta del TCU, institución similar a la Contraloría General de la República, pedía que se detuviera la transferencia de presupuesto público designado a Petrobras, debido a un irregular incremento en el costo de proyectos de refinería que esta gigante petrolera estaba realizando. 

"Nosotros identificamos estos casos de corrupción muchos años antes que Lava Jato. El Congreso aceptó nuestra decisión, pero el presidente Lula vetó nuestro informe", dice Augusto Nardes, ministro del TCU, a El Comercio durante su visita a Lima.

¿Cuánto perjuicio económico les ha generado el Caso Lava Jato?          
Todavía en el Caso Lava Jato (que involucra a empresas constructoras como Odebrecht) no tenemos una cifra total. Pero específicamente sobre Petrobras, en el que estamos haciendo auditorías, hasta el momento nos ha costado una pérdida de 29 billones de reales, que vendría a ser al cambio unos 10 mil millones de dólares. 

¿10 mil millones perdidos producto de la corrupción?
Así es.  

Me decía usted que el Caso Petrobras ya lo habían alertado en el 2009. 
Yo creo que eso es lo importante en esta historia. Por eso dije en mi exposición, en Lima, que debemos de trabajar en lo que es la prevención [de posibles delitos de corrupción] y no solamente actuar después de que las cosas acontecen. Antes que saliera el Caso Lava Jato, ya sabíamos lo que pasaba con Petrobras.

¿Cómo fue que vetaron su informe?
En el 2009 enviamos un aviso, una alerta, al Congreso para que no se transfiera más del presupuesto nacional a Petrobras. Teníamos indicios de sobreprecios en proyectos de refinerías. Pero el presidente de ese entonces, Lula Da Silva, vetó nuestra posición y se continúo enviando dinero.

¿Y qué pasó después?
Antes de todo acontecer, el Tribunal de Cuentas de la Unión halló indicios de ilegalidad y avisó al Congreso. Nosotros lo que hacemos es un trabajo técnico para ver si hay sobreprecios en las obras. Y si los hay, después de hacer comparaciones con otros proyectos de infraestructura, lo alertamos. Así que nosotros cumplimos.

El TCU también fue clave para el impeachment de Dilma Rousseff. 
Nuestro informe fue la base que generó el impeachment. De hecho, yo fui el relator de los informes de las cuentas (fiscales) del 2013 y 2014. Ahí encontramos un problema en la contabilidad (del presupuesto nacional). Nuestros técnicos demostraron que la presidenta utilizó varios millones de reales con ilegalidad. O sea, sin autorización.  

¿Por qué consideraron que era decisivo hacer ese informe?
Porque era nuestra función como tribunal de cuentas. Una tarea de control tiene que hacer eso. Tenemos que ser los ojos de la población. El Congreso fue el que tomó la decisión del impeachment. Nosotros solo demostramos que estaba pasando.

Le pregunto porque no es usual ver en América Latina ese tipo de decisiones.
El Congreso fue el que tomó la decisión del impeachment. Nosotros solo demostramos que se pasaba. Entonces, para hacer una democracia es fundamental que tengamos instituciones que hagan su trabajo con autonomía e independencia. 

Supongo que recibieron acusaciones de todo tipo.
Hubo acusaciones, amenazas, persecuciones. Lo que hicimos fue nuestro trabajo. Nosotros somos independientes. En mi caso, yo fue escogido por el Congreso mediante una votación secreta. No dependemos del gobierno.

¿Qué enseñanza puede dejar en otros países lo ocurrido en Brasil?
La sugerencia es que se trabaje en conjunto con otros países en el tema de control y de prevención. Creo que esto que ocurrió con Lava Jato coincide con una idea que propusimos en Cusco, en el 2014, que es crear una red latinoamericana contra la corrupción. Una cooperación entre contralorías de América Latina. Tenemos que tener una visión más global. Porque el problema no es solo de Brasil. Y tenemos también que ponernos a trabajar antes de que las cosas tengan un costo mayor para el Estado.     

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