Chile: La cárcel de lujo para represores de Pinochet [VIDEO]

En medio de un paisaje bucólico, el penal especial para represores de la dictadura de Augusto Pinochet, Punta Peuco, está a un paso de alcanzar su máxima capacidad, en tanto familiares de sus víctimas reclaman el cierre de esta "cárcel de lujo".

Enclavado en Til Til, a 50 km de Santiago, el penal alberga a un centenar de exmiembros de las Fuerzas Armadas, condenados por el secuestro, la tortura y el asesinato de algunas de las más de 3.200 víctimas que dejó el régimen de Pinochet (1973-1990).

Tras el reciente fin de varios de los juicios más emblemáticos de la dictadura -como el asesinato en Uruguay del exquímico Eugenio Berríos, en el que fueron condenados 14 exmilitares-, el recinto quedó a punto de completar su máxima capacidad, de 120 reclusos.

Pero en los próximos meses podría colapsar. La justicia se apronta a ratificar las condenas de más de un centenar de exmilitares, que deberían también ingresar a Punta Peuco.

"Pudiese este recinto estar recibiendo de entre 140 a 150 internos más el próximo año. Desde ese punto de vista hay que dejar claro que el recinto estaría completamente hacinado", dijo a la AFP Oscar Benavides, presidente de la Asociación de Funcionarios Penitenciarios.

En este escenario, Gendarmería (policía de prisiones) plantea la redestinación del recinto y el traslado de los reclusos a módulos especiales en cárceles comunes.

Los familiares de las víctimas, en tanto, exigen su cierre definitivo y el cumplimiento de las condenas en las mismas condiciones del resto de la población penal.

"Es un deber ético y moral que tiene este gobierno, con esta sociedad, con los familiares, con las víctimas de cerrar Punta Peuco", dijo Alicia Lira, presidenta de la Agrupación de Familiares de Ejecutados Políticos.


- Una cárcel muy diferente -

Por fuera, no se ve muy distinto a otros recintos penitenciarios, con alambradas que recorren su perímetro y una torre de vigilancia, pero por dentro sus condiciones son muy distintas a las del resto de las cárceles chilenas.

No se ha permitido el ingreso a la prensa a Punta Peuco, y las únicas imágenes de su interior son de 2013, divulgadas por un diputado que ingresó al penal.

El penal cuenta con habitaciones individuales, baños privados, canchas de tenis, parrillas y terrazas. Los internos reciben las visitas en sus habitaciones a lo largo de todo el día, con una intimidad muy distinta a la del resto de la población penal chilena, que alcanza a 54.000 internos, con un nivel de hacinamiento del 70%.

"La hotelería en definitiva para la atención de las personas que están en Punta Peuco es totalmente distinta a la atención que reciben en las cárceles comunes", describió Oscar Benavides, quien denuncia un "trato privilegiado" a estos internos.

"Es un resort", afirma Alicia Lira.

En Punta Peuco cumplen condena, entre otros, Miguel Krassnoff, exbrigadier del Ejército chileno condenado a más de 100 años por múltiples asesinatos y secuestros; Álvaro Corbalán, exjefe de la temida Central Nacional de Inteligencia (CNI) -una de las policías políticas del régimen- y Pedro Espinoza Bravo, uno de los jefes de la llamada "Caravana de la muerte" que acribilló a 75 opositores a inicios del régimen.

Hasta hace poco cumplía condena allí uno de los mayores criminales de la historia chilena: el general retirado Manuel Contreras, exjefe de la Dirección Nacional de Inteligencia (DINA), a la que se le atribuyen la mayoría de los crímenes de la dictadura, y que falleció hace un mes, a los 86 años.


- El último de los consensos -

El recinto se creó en el gobierno del democratacristiano Eduardo Frei, en 1995, cinco años después del retorno a la democracia y cuando Pinochet aún permanecía como jefe del Ejército. 

La coalición gobernante de centroizquierda accedió a la construcción del penal en momentos en que se esperaba el ingreso a la cárcel de Contreras, para cumplir condenada por el asesinato del excanciller chileno Orlando Letelier.

"Punta Peuco es un reflejo de los consensos que hizo Pinochet, de la política 'de la medida de lo posible' de los primeros años de la transición" a la democracia, consideró Alicia Lira.

En dos décadas no hubo ninguna iniciativa para el cierre del centro carcelario. En 2013, en medio de las conmemoraciones por los 40 años del golpe de Estado, el entonces presidente Sebastián Piñera, el único de derecha desde el retorno a la democracia, ordenó el cierre de otra cárcel especial: el penal Cordillera.

En Cordillera, 10 exmilitares –entre ellos Manuel Contreras- cumplían condenas en condiciones lo más parecido a un recinto vacacional, con piscina y varias canchas de tenis.

En medio de una gran expectación, todos los internos del penal Cordillera –salvo uno que se suicidó antes del traslado- ingresaron a Punta Peuco, una cárcel que hoy podría estar viviendo sus últimos días.

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