Al mes, dice la policía de Colombia, recibían hasta 270 millones de pesos a través de giros o correos humanos. Se hacían pasar como exitosos empresarios del sector inmobiliario.
Al mes, dice la policía de Colombia, recibían hasta 270 millones de pesos a través de giros o correos humanos. Se hacían pasar como exitosos empresarios del sector inmobiliario.
Redacción EC

Juan Sebastián Maya Cano, de 28 años, y Víctor Calle, de 30, participaban en los ralis más importantes de cuatrimotos y buggies en . Además, vivían en lujosas residencias de Medellín y Pereira, respectivamente, y se transportaban en camionetas de alta gama.

Su vida de lujos era justificada en su círculo social gracias a la inmobiliaria que tenían en Pereira, pero que en realidad, señalan las autoridades, era una fachada para mover el dinero proveniente de Brasil, México, Guatemala y el Perú de su negocio de ‘gota a gota’.

Ambos fueron capturados en medio de una operación de la Fiscalía General y la Dirección de Policía Judicial e Investigación (Dijín), sindicados de concierto para delinquir, lavado de activos y enriquecimiento ilícito.

“En promedio, Maya y Calle, jefes de la organización, recibían al mes 270 millones de pesos (US$85.000) a través de giros que no superaban los 3.000 dólares por envío, o de personas que viajaban desde los países mencionados con las ganancias en cuantías que no superaban los 10.000 dólares para evitar reportarlos a la Dian”, le dijo a "El Tiempo" el director de Dijín, el general Jorge Luis Vargas.

La red había sido detectada en el 2016 por una alerta del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas de los Estados Unidos (ICE), sobre la existencia de una organización que prestaba plata a tasas de interés por encima de la legal. La investigación arrojó que los capturados, en total ocho, habían montado una red de prestamistas que fue mutando a los llamados ‘gota a gota’ y que de Medellín se extendió a 4 países.

La investigación señala que la red reclutaba a personas de bajos recursos en el sector de Aranjuez, en Medellín, a quienes enviaban a México, Brasil, Perú y Guatemala para que ofrecieran sus créditos en zonas de comercio de las capitales de esas naciones.

“Forman grupos de 15 personas y montan la estructura. Les ofrecen un salario mínimo libre de alimentación y vivienda, y les asignaban cargos, desde encargarse de aprobar los prestamos hasta de cobrarlos. En muchas ocasiones, ejerciendo presiones y amenazas”, dijo uno de los investigadores. Les descontaban el pago del pasaje y la documentación para el ingreso a su destino.

La policía señaló que los clientes de la red eran pequeños comerciantes a quienes les entregaban fácilmente sumas de dinero que no superaban los 1.000 dólares, que terminaban pagando sumas millonarias diariamente o semanalmente. Tenían otro tipo de clientes, a los que se les prestaba más dinero pero bajo la garantía de sus propiedades.

Durante la audiencia de imputación de cargos la Fiscalía reveló interceptaciones telefónicas en las que se evidencian las actividades de los capturados que no aceptaron los cargos imputados. Seis de los ocho capturados fueron asegurados en centro carcelario.

La policía trabaja con sus homólogos de los países involucrados para ubicar a los demás integrantes de la red, entre los que habría autoridades migratorias.

Fuente: "El Tiempo" de Colombia, GDA

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