Redacción EC

Sao Paulo. [AFP]. “Tengo la impresión de haber subido diez pisos, y no dos”, afirma Ricardo Garroux al llegar jadeante a su apartamento en el barrio Vila Madalena, de , convencido de que la transfusión de plasma fue clave para su recuperación del .

Este abogado de 57 años, con algo de sobrepeso, está sorprendido por su estado de salud relativamente satisfactorio, pese a que se cansa rápido, apenas seis días después de recibir el alta del hospital donde permaneció dos semanas con diagnóstico de COVID-19.

“Estuve seis días en cuidados intensivos, conectado a un respirador, pero siempre consciente. En algunos momentos tosía tanto que me daban ganas de abrirme el pecho”, relata Ricardo, que antes de su internación practicaba pilates, hacía musculación y gozaba de perfecta salud.

En el peor momento, su respiración era tan débil que no conseguía levantar los brazos. El tratamiento incluía exámenes sanguíneos y radiografías pulmonares cotidianos.

“Pero después de recibir el plasma, fue como dar vuelta la página y eso ya no volvió a suceder”, relata.

El plasma es la parte de la sangre que contiene los preciosos anticuerpos que podrían permitir a otros afectados sobrevivir a la pandemia. Su transfusión es una de las posibilidades exploradas por los científicos para tratar a los pacientes afectados por el COVID-19.

Y el expaciente Ricardo quiere ahora convertirse a su vez en un donador.

Imagen referencial. Esta foto tomada el 18 de febrero de 2020 muestra a un médico que se recuperó de la infección por coronavirus COVID-19 donando plasma en Wuhan, en la provincia central de Hubei en China (Foto: AFP/STR).
Imagen referencial. Esta foto tomada el 18 de febrero de 2020 muestra a un médico que se recuperó de la infección por coronavirus COVID-19 donando plasma en Wuhan, en la provincia central de Hubei en China (Foto: AFP/STR).
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Resurrección y duelo

En un video que conserva en su celular, Ricardo Garroux aparece emocionado hasta las lágrimas al ser trasladado en una silla de ruedas, bajo los aplausos del personal médico, de la unidad de cuidados intensivos a una habitación normal.

“En pocos días pasé del ‘voy a morirme’ al ‘estoy vivo’”, cuenta, aunque su dicha está opacada por el fallecimiento de su madre de 88 años en otro piso del mismo hospital.

La mujer se había contagiado del nuevo coronavirus en la residencia para ancianos donde vivía desde hacía dos años y su hijo la había acompañado en la ambulancia hasta el servicio de emergencias.

Pocos días después, Ricardo empezó a sentir los primeros síntomas de la enfermedad -cansancio y náuseas- y fue internado en el mismo establecimiento. "Pude abrazarla por última vez porque yo ya estaba contaminado. Si no, no me hubieran dejado despedirme de ella", rememora.

“Pude asistir a su entierro, desde la cama en el hospital, por whatsapp”, añade.

Después de ese mes conmocionante, Ricardo se define como "un sobreviviente", que ya no está en un grupo de riesgo.

“Es como si hubiera ido a la guerra”.

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¿Qué es el coronavirus?

De acuerdo a la Organización Mundial de la Salud (OMS), los coronavirus son una amplia familia de virus que pueden causar diferentes afecciones, desde el resfriado común hasta enfermedades más graves, como el síndrome respiratorio de Oriente Medio (MERS-CoV) y el síndrome respiratorio agudo severo (SRAS-CoV).

El coronavirus descubierto recientemente causa la enfermedad infecciosa por coronavirus COVID-19. Ambos fueron detectados luego del brote que se dio en Wuhan (China) en diciembre de 2019.

El cansancio, la fiebre y la tos seca son los síntomas más comunes de la COVID-19; sin embargo, algunos pacientes pueden presentar congestión nasal, dolores, rinorrea, dolor de garganta o diarrea.

Aunque la mayoría de los pacientes (alrededor del 80%) se recupera de la enfermedad sin necesidad de realizar ningún tratamiento especial, alrededor de una de cada seis personas que contraen la COVID-19 desarrolla una afección grave y presenta dificultad para respirar.

Para protegerse y evitar la propagación de la enfermedad, la OMS recomienda lavarse las manos con agua y jabón o utilizando un desinfectante a base de alcohol que mata los virus que pueden haber en las manos. Además, se debe mantener una distancia mínima de un metro frente a cualquier persona que estornude o tose, pues si se está demasiado cerca, se puede respirar las gotículas que albergan el virus de la COVID-19.

¿Cuánto tiempo sobrevive el coronavirus en una superficie?

Aún no se sabe con exactitud cuánto tiempo sobrevive este nuevo virus en una superficie, pero parece comportarse como otros coronavirus.

Estudios indican que pueden subsistir desde unas pocas horas hasta varios días. El tiempo puede variar en función de las condiciones (tipo de superficie, la temperatura o la humedad del ambiente).

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