Quito. Un grupo indígena en Ecuador, que ha encabezado protestas masivas para restablecer un subsidio a los combustibles, dijo que aceptó conversar con el presidente Lenín Moreno, la primera señal de avance en una disputa que ha provocado más de una semana de disturbios, que se agudizaban el sábado en Quito.
El anuncio de la Conaie, una confederación de grupos indígenas en Ecuador, se conoce cuando Quito se ha visto sacudido por un décimo día de enfrentamientos entre policía y manifestantes, en los que se incendió el edificio de la contraloría del Estado y se bloquearon los accesos al aeropuerto.
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Moreno ordenó un toque de queda y la militarización de la capital y los valles circundantes a partir de las tres de la tarde (20:00 GMT).
“Esto facilitará la actuación de la fuerza pública frente a los intolerables desmanes de violencia”, dijo Moreno en Twitter.
Uno de los líderes de la Conaie dijo al canal de televisión local Ecuavisa que las condiciones para las conversaciones incluían que fueran públicas y transmitidas por los medios.
“Nosotros no vamos a dialogar tras vestidores tiene que ser con el pueblo ecuatoriano. Debe ser en un lugar independiente, sin injerencia de ningún sector político”, dijo Leonidas Iza, de la Confederación de Nacionalidades Indígenas de Ecuador.
El alcalde de Quito, Jorge Yunda, dijo a Ecuavisa que el gobierno de Moreno decidió “analizar” la ley que puso fin a los subsidios al combustible y provocó la escalada de protestas y enfrentamientos.
-Quito convulsionado-
Las calles del centro de Quito parecían el sábado una zona de guerra, envueltas en humo, repletas de ladrillos tirados y pequeños incendios, mientras grupos de personas se escondían detrás de muros y barricadas caseras en busca de protección. La policía disparó gases lacrimógenos contra los manifestantes reunidos en torno al edificio de la Asamblea, mientras que la autoridad aeroportuaria bloqueó las vías de acceso al aeropuerto de la ciudad de Quito.
Moreno se ha negado en repetidas ocasiones a dar marcha atrás en la medida y los organizadores de la protesta habían rechazado su propuesta de celebrar conversaciones directas, por considerarlo un intento de dividir a los grupos indígenas que han liderado las marchas en los últimos días.
En la capital, una veintena de mercados de alimentación cerraron sus puertas por la amenaza de violencia, según la Agencia de Coordinación Distrital del Comercio, que representa a los mercados de la ciudad. El organismo dijo que grupos de manifestantes exigieron el cierre a varios comercios.
En el distrito histórico de Quito -epicentro del conflicto- las calles estaban vacías y las tiendas permanecían cerradas en los distritos del norte y el sur, según un testigo de Reuters.
En la zona norte, personas quemaron neumáticos en apoyo a manifestantes indígenas y flameaban banderas con el lema "Fuera Lenín", señaló una testigo de Reuters. En uno de los barrios populares de este área se bloqueó el paso a los vehículos.
Los manifestantes están irritados por lo que consideran ataques desproporcionadamente violentos por parte de la policía.
Moreno afirma que las autoridades han sufrido actos extremos de violencia y ha acusado -sin presentar pruebas- al presidente venezolano, Nicolás Maduro, y al exmandatario ecuatoriano Rafael Correa de enviar a personas para atizar los disturbios durante las protestas. Ambos rechazaron los señalamientos.
Al menos cinco personas han perdido la vida en las revueltas y cientos han resultado heridas o han sido arrestados.
Los manifestantes han cerrado pozos petroleros en varias partes del país, con una pérdida de más de 1 millón de barriles de crudo hasta la fecha, dijo el Ministerio de Energía el sábado. Una mina de cobre de propiedad china anunció la limitación temporal de sus operaciones como medida de precaución.
Ecuador anunció las medidas de austeridad tras un acuerdo con el FMI para un crédito por 4.200 millones de dólares. El Fondo es desde hace tiempo un imán para los conflictos en América Latina. El presidente argentino, Mauricio Macri, sufrió una dura derrota en las primarias de agosto en parte por la oposición al acuerdo que firmó con el organismo el año pasado.
Fuente: Reuters