Los presidentes de Argentina, Cristina Kirchner, y de Bolivia, Evo Morales, inauguraron este miércoles en Buenos Aires un monumento a Juana Azurduy de Padilla, heroína de la Independencia sudamericana, en el marco de una visita oficial del mandatario boliviano.

Morales arribó a Buenos Aires en horas de la tarde y su primera actividad oficial fue mantener una reunión reservada con Kirchner en la Casa de Gobierno, tras la cual se firmaron varios convenios, algunos vinculados al sector energético.

"Ya hace nueve años que estamos en el gobierno y este tiempo nos ha permitido trabajar bien, lograr estabilidad económica y enfrentar muchos problemas políticos", dijo Morales tras la firma de acuerdos.

El mandatario ratificó su voluntad de trabajar "con la hermana República Argentina como hasta ahora", además de Brasil, Venezuela y Cuba.

Luego de lo protocolar, llegó el momento más esperado: develar el monumento a Azurduy, que fue financiado por el gobierno de La Paz y que se levanta en una plazoleta frente a la Casa de Gobierno.

La coronela, ascendida post-morten por Kirchner a generala, reemplaza a un gigantesco Cristóbal Colón que fue objeto de un controvertido traslado a la avenida que bordea el Río de la Plata.

Luego de varios bailes típicos del antiplano, con bailarines enfundados en coloridos trajes, Morales manifestó su "enorme alegría por estar en Argentina y ver a una hermana, abuela, una guerrillera de la Independencia como Juana Azurduy de Padilla". 

Ante el inmenso monumento, el mandatario boliviano dijo que el homenaje es a "esta mujer luchadora y a todos los que luchan por la liberación porque es una forma de descolonizarnos". 

La obra inaugurada, del escultor Andrés Zerneri, reproduce la imagen de una mujer con una espada en la mano y un bebé en la espalda, rodeada por hombres y mujeres que representan las etnias aborígenes que lucharon contra el colonialismo. 

Juana Azurduy nació nació el 12 de julio de 1781, se casó con Manuel Ascencio Padilla en 1805 y juntos se sumaron a las guerras independentistas que comenzaron en el actual territorio boliviano en 1809.

Ya con cuatro hijos, que luego morirían en batallas libertarias, sigue su lucha contra los españoles. Fue herida en la batalla de La Laguna junto a su esposo, que intentó rescatarla y resultó muerto. 

Murió indigente en mayo de 1862 cuando estaba por cumplir 82 años, enterrada en una fosa común y sus restos exhumados cien años después y depositados en un mausoleo que se construyó en la ciudad boliviana de Sucre. 

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