(Foto: Reuters)
(Foto: Reuters)
Gisella López Lenci

Los colombianos irán a las urnas el domingo para elegir a su próximo presidente entre el derechista y el izquierdista , en un segunda vuelta que decidirá el futuro del acuerdo de paz con las FARC y el modelo económico de

Duque, apoyado por el partido Centro Democrático del ex presidente Álvaro Uribe, es el favorito para ganar en los comicios frente a Petro, ex alcalde de Bogotá, quien perteneció a la desmovilizada guerrilla del M-19. Los últimos sondeos señalan una diferencia de entre 13 y 20 puntos entre ambos candidatos a favor de Duque

Iván Garzón Vallejo, profesor de Ciencias Políticas de la Universidad de La Sabana, en Bogotá, conversó con El Comercio sobre la polarización, y las posibilidades de Duque y Petro para vencer en la segunda vuelta.

—¿El país se ha polarizado en estas elecciones?
Curiosamente, ha sido un proceso más o menos tranquilo. Yo creo que la amplia diferencia que obtuvo Iván Duque en relación con Gustavo Petro en la primera vuelta generó cierta sensación de que ya las cartas están echadas.

Había cierta expectativa importante, sobre todo con respecto a la posición que tomaría Sergio Fajardo, que alcanzó el tercer lugar, y en menor medida, Humberto De la Calle, debido a que sus votantes podrían inclinarse hacia Petro y acortar esa diferencia. Pero Fajardo dijo que iba a votar en blanco, al igual que De la Calle. Entonces quedó claro que la diferencia entre Duque y Petro se iba a mantener, y las encuestas que se han hecho ratifican que esa diferencia se mantiene.

—Entonces es casi un hecho que Duque gane esta segunda vuelta…
Salvo que sucediera algo muy extraño. En principio creo que la diferencia es lo suficientemente amplia como para asegurar eso. Hay que tener en cuenta que no solo la diferencia fue muy amplia entre Duque y Petro (39% vs. 25%), sino que al segundo lugar llegó el candidato que generaba más resistencia para una segunda vuelta.

Petro tiene un antivoto muy alto y eso le juega muy en contra. Su antivoto es alrededor del 50%, y eso hace que tenga un techo muy claro. Un techo que no tiene Duque, porque es relativamente desconocido en el mundo político, y en ese sentido viene en un proceso ascendente.

—Pero así como Petro tiene un gran porcentaje de voto en contra, detrás de Duque está el ex presidente Álvaro Uribe, que también tiene mucha resistencia. Estos votantes no van a querer a Duque…
Hay una cosa que es paradójica, en realidad la campaña de Duque ha tenido dos grandes jefes de debate. El primero ha sido Álvaro Uribe, y en ese sentido, es uno de los casos en que la oposición tiene las mejores posibilidades de volver al poder. Y el otro ha sido el propio Juan Manuel Santos. Duque representa, en buena medida, parte del inconformismo de amplios sectores con el gobierno de Santos.

La campaña ha sido una especie de segundo tiempo del plebiscito del 2016 -de los acuerdos de paz. Por eso es que Duque insiste tanto en hacer ajustes al acuerdo con las FARC, que presenta una factura pendiente a un gobierno que ha sido muy errático en el manejo del posacuerdo.

Por otro lado, en el tema del modelo económico suele haber un relativo consenso entre los ciudadanos, y no suele ser muy común que esto se discuta. Entonces, si un candidato de izquierda, como Petro, apuesta a cuestionar el modelo económico, el papel de las empresas y de la propiedad privada, entonces termina siendo algo no muy popular. Duque, un candidato joven y muy inexperto, pero con una imagen de moderado, se convierte en una opción de poder por el que muy pocos apostaban hasta hace seis meses.

—¿Entonces Uribe no ha afectado la candidatura de Duque?
Yo creo que la gran mayoría de los votantes de Duque probablemente lo harán porque detrás de él está Uribe. Y, al mismo tiempo, quienes nunca votarían por Duque lo hacen porque está Uribe detrás. La segunda vuelta es un pulso entre el antiuribismo y el antipetrismo.

En un país donde la izquierda ha estado asociada a la lucha armada, genera mucha resistencia y mucho temor, y evidentemente con el desplome del modelo chavista-venezolano, hay mucho miedo a que un gobierno de izquierda suponga un salto al vacío. El antiuribismo es fuerte, pero en sectores que de todas maneras no se plantean votar por Duque. Del otro lado, se sabe que los empresarios le temen a una opción como la de Petro.

—¿Entre los que son partidarios de Uribe, no hay un temor que pase lo que ocurrió con Santos, que Duque se desmarque de su mentor?
Creo que ese temor se ha ido disipando por distintas razones. Primero, cuando Santos llegó a la presidencia tenía un capital político, y Duque no lo tiene. A diferencia de Santos, Duque necesita de su partido, el Centro Democrático, para gobernar.

Pero sí hay otro elemento novedoso en esta elección, y es que triunfaron los dos proyectos ideológicos más fuertes: triunfó la derecha uribista, que es una derecha decidida muy firme en la que se aglutinan sectores conservadores claramente definidos; y se aglutinó una de las versiones más fuertes y más militantes que ha tenido la izquierda en los últimos años.

En ese sentido, sí hubo una polarización, una disputa ideológica importante a diferencia de otros años donde no quedaba claro la diferencia. Ahora sí es claro que la gente va a elegir entre la derecha y la izquierda, y en ese sentido va a ser una elección inédita.

Contenido sugerido

Contenido GEC