El pasado domingo, José Pérez Pombal Jr. estaba en su casa cuando le avisaron del incendio en el Museo Nacional de Brasil. Salió corriendo y fue uno de los primeros en llegar. El ex director adjunto, que trabaja en el Departamento de Herpetología [que estudia los anfibios y reptiles] desde 2010, habló con este Diario y dijo que la pérdida es inconmensurable.
— ¿Cómo podemos resumir el desastre ocurrido en el museo?El Museo Nacional es el mayor museo de historia natural y antropología de América Latina y perdió en esta tragedia parte importante de su acervo (colecciones). En algunas áreas la pérdida fue completa. Es una pérdida inconmensurable para la ciencia y la cultura de Brasil y de la humanidad.
— ¿Nos podría ayudar a entender la magnitud de la perdida?El Palacio Imperial, sede del Museo Nacional, albergaba la mayor parte de su acervo. En este edificio se encontraban, entre otros, el Departamento de Entomología con vastas colecciones. Como ejemplo dramático, más de 1.300 especímenes de escarabajos fueron quemados. Los Departamentos de Geología, Paleontología y Antropología también quedaban en este edificio. La colección de insectos tenía más de cinco millones de ejemplares. La colección sobre antropología era enorme, principalmente brasileño, pero con material de varias partes del mundo. Estaba la mayor colección egipcia del hemisferio sur fuera de Egipto.
— ¿Qué pasará ahora? Creo que no volveremos a ser los mismos, pero estamos trabajando duro para reorganizarnos.
— ¿Cuántas piezas se salvaron del fuego?Pocas cosas. Aún no sabemos lo que se podrá recuperar de los departamentos de Paleontología y Geología. En cuanto a los archivos históricos, prácticamente todos se perdieron. Antes del incendio, el 80% de ejemplares de moluscos y parte de crustáceos fueron salvados. Todavía tenemos esperanzas de recuperar objetos en los armarios que quedaron entre los escombros. Algunos parece que están preservados, pero no es posible acceder a ellos todavía. Además, en el recinto no estaba el Departamento de Vertebrados, que posee algunas de las más importantes colecciones de peces, anfibios, reptiles, aves y mamíferos de América del Sur. Toda la colección botánica tampoco fue alcanzada, la mayor parte de Invertebrados, un poco de Arqueología y parte de Díptera también se salvaron. Además, la biblioteca central tampoco está situada en el palacio y, por lo tanto, todavía existe. Es la biblioteca más grande de la historia natural en Brasil, con muchas obras raras, incluyendo libros de la etapa de la familia real portuguesa en su huida en 1808.
— El vicedirector del museo, Luis Fernando Duarte, denunció una falta de apoyo del Gobierno de Brasil hacia el museo. ¿Qué opina?Estoy completamente de acuerdo.
— ¿El desastre pudo evitarse entonces? Claro que sí. Si nuestras demandas a lo largo de las décadas hubieran sido atendidas, sí. Hace dos décadas que intentamos mover todo el acervo científico e histórico del Palacio Imperial. En nuestro proyecto, el palacio se reservaría solo para las exposiciones. Además, hace pocos años toda la parte eléctrica fue restaurada, pero no se instaló ningún sistema antiincendios. Solo teníamos extintores y empleados y alumnos entrenados para evacuar en caso de un desastre.
—El Gobierno destinará 10 millones de reales para la reconstrucción del museo, ¿se podrá recuperar su esplendor? Servirán para mantener la fachada del edificio histórico y tomar algunas primeras medidas, pero es necesario mucho más que eso para una reconstrucción de la exposición y de los edificios de investigación. Si contamso con los recursos suficientes, no dudo en decirlo, los científicos continuaremos ofreciendo el Museo Nacional que Brasil merece tener.
— ¿Existen otros espacios culturales que estén actualmente en riesgo en Brasil?Prácticamente todos los edificios históricos están en riesgo, y son muchos.
Biólogo y herpetólogo
Profesor de posgrado en el Departamento de Zoología del Museo Nacional de Río de Janeiro