Un mural que representa al líder de las FARC Simon Trinidad, quipen está en una prisión de Estados Unidos, y el héroe de la independencia colombiana, Simón Bolívar, en una zona de reincorporación de ex guerrilleros en Icononzo, Provincia de Tolima. (AFP / DANIEL MUÑOZ).
Un mural que representa al líder de las FARC Simon Trinidad, quipen está en una prisión de Estados Unidos, y el héroe de la independencia colombiana, Simón Bolívar, en una zona de reincorporación de ex guerrilleros en Icononzo, Provincia de Tolima. (AFP / DANIEL MUÑOZ).
Redacción EC

Por Héctor Estepa
​Desde Bogotá


Los colombianos se despertaron el pasado 29 de agosto con una noticia que recordaba a otras épocas. Luciano Marín, alias ‘’, otrora número dos de la disuelta guerrilla de las , anunciaba su vuelta a las armas a través de un video.

Lo hizo acompañado por otros tres importantes ex altos mandos del grupo insurgente y quince personas más fuertemente armadas. 






La noticia supone un desafío para el proceso de paz y empodera a los sectores contrarios al acuerdo que se firmó en noviembre del 2016.

Diseminados por la geografía colombiana están los Espacios Territoriales de Capacitación y Reincorporación (ETCR), donde miles de excombatientes se preparan para su vuelta a la sociedad civil. Allí también impactó la noticia.

No compartimos esa decisión. Todos construimos de manera colectiva el acuerdo y pudimos participar en la décima conferencia de las FARC, donde se abrió el debate sobre si estábamos en disponibilidad o no de avanzar en la construcción del acuerdo y la transformación de la guerrilla en un partido político legal”, apunta el exguerrillero Federico Montes, uno de los coordinadores del ETCR Héctor Ramírez, en Caquetá, que está entre los departamentos más golpeados por el conflicto armado a lo largo de más de 50 años.

Desafortunadamente, son personas que tienen su propia óptica. Así como nosotros respetamos –aunque no compartimos– la decisión, esperamos que ellos también respeten a quienes seguimos apostando por la construcción de la paz por la vía política”, reclama el excombatiente.

(Foto: AFP)
(Foto: AFP)

El ETCR Héctor Ramírez, también conocido como Agua Bonita, está situado en el corazón de la región caqueteña, un lugar montañoso de abundante vegetación. Los excombatientes han creado allí proyectos productivos como plantaciones de piña y yuca, o una piscifactoría.

Instituciones como la Jurisdicción Especial para la Paz o la Agencia para la Reincorporación y Normalización pueden dar cuenta de que el 90% de los exguerrilleros siguen con sus hojas de ruta hacia la reincorporación. El 40% lo estamos haciendo en torno a espacios territoriales como este”, remarca Montes.

—Justificaciones y excusas—

‘Iván Márquez’ ha justificado su vuelta a las armas por los incumplimientos del Gobierno Colombiano –según él– en el pacto de paz de La Habana.

Criticó especialmente que casi 150 exguerrilleros hayan sido asesinados, en extrañas circunstancias, después de dejar los fusiles.

(Foto: AFP)
(Foto: AFP)

El partido FARC, surgido de la guerrilla, lleva desde el 2016 criticando lagunas en la implementación del pacto, entre ellos, la cancelada asignación de congresistas para los grupos de víctimas del conflicto, el retraso en la ejecución de proyectos productivos, o el retroceso en la reforma política y la reforma agraria.

Es importante decir que no hay ningún tipo de incumplimiento que justifique la decisión de rearmarse. Eso lo han dicho el mismo partido FARC y varios excombatientes”, sostiene Juan Garzón, analista de la Fundación Ideas para La Paz.

Hasta ahora, el Gobierno Colombiano ha pagado casi US$65 millones en auxilios, y la extensión del programa le costará otros US$12,7 millones más. También ha anunciado una inversión de US$4,6 millones para comprar tierras destinadas a proyectos económicos de los exguerrilleros.

Rodrigo Londoño, alias ‘Timochenko’, excabecilla de la guerrilla y actual coordinador del partido, ha llegado a calificar de “equivocación delirante” creer que la guerra tiene sentido en la Colombia de hoy.

—La lucha por la paz—

Miravalle, en el departamento de Valle del Cauca, es otro de los ETCR más conocidos del país. Duberney Moreno es un excombatiente que participó en junio en el Mundial de Rafting (descenso de ríos en embarcación) de Australia, representando a Colombia, luego de dejar las armas y entrenar en los ríos de la zona.

Continuamos en nuestra lucha por la paz. Aquí estamos. Se han abierto los caminos. Ya cada quien ha tomado su rumbo y nosotros vamos a seguir con el nuestro, a pesar de que ahora, por ejemplo, no ha llegado el abastecimiento a nuestro ETCR”, comenta el excombatiente.

Además, admite que muchos dejaron el lugar: “Desde el principio hubo dificultades, y algunos se desmotivaron. Los obstáculos hacen que uno se aburra y desista, pero no es que vayamos a volver todos para la guerrilla”.

(El Comercio)
(El Comercio)

Miravalle estaba coordinado por Óscar Montero, alias ‘El Paisa’, uno de los excomandantes que apareció en el video junto a ‘Iván Márquez’. ‘El Paisa’ era líder de la columna Teófilo Forero, una de las más violentas en la década de los años noventa.

Nos temíamos lo que pasó. Él impulsó aquí proyectos productivos, pero luego empezó la persecución contra él”, relata Moreno.

Así como él, algunos ex combatientes creen que el Estado ha emprendido una persecución judicial contra algunos excomandantes.

Seuxis Hernández, alias ‘Jesús Santrich’, otro de los exmandos que aparecieron en el video, ha sido pedido en extradición por EE.UU. por conspiración para enviar al gigante del norte hasta diez toneladas de cocaína.

La fiscalía colombiana posee un video en el que ‘Jesús Santrich’ acordaría el traslado de la droga con cárteles mexicanos. Uno de los enlaces sería un sobrino de ‘Iván Márquez’ que ahora es testigo protegido en EE.UU.

Para buena parte del entorno de las FARC, esas acusaciones y el video son un montaje. Pero para el gobierno y la mayor parte de la sociedad colombiana, es la prueba de que algunos altos cargos de las FARC querían seguir en el negocio del narcotráfico.

—Sin conexión entre ellos—

Las disidencias de las FARC están compuestas por hasta 23 grupos que operan en unos 85 municipios del país. Contarían en total con entre 1.800 y 2.300 hombres.

La intención de ‘Iván Márquez’ es alcanzar una coordinación entre todos, pero los expertos lo ven difícil. Quienes analizan el proceso de paz creen que muchos de esos grupos se dedican autónomamente a controlar las rutas del narcotráfico y que sus líderes serán reacios a renunciar al mando. Algunos grupos están incluso enfrentados entre ellos.

Su capacidad militar es escasa, creen los expertos en seguridad, pero el anuncio ha hecho crecer el temor de la vuelta de los peores escenarios del conflicto armado.

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