Guayaquil. El Papa Francisco afirmó hoy que la Virgen María no es una "suegra" que nos vigila para alegrarse con "nuestras impericias o errores", en un momento de la homilía de la misa que celebró en la ciudad ecuatoriana de Guayaquil y que dedicó a la familia.


María no es una "madre "reclamadora ni una suegra que vigila para solazarse de nuestras impericias, errores o desatenciones. ¡María es madre!: Ahí está, atenta y solícita", dijo en el parque de los Samanes antes cientos de miles de personas.

"María es madre, que bonito suena", exclamó Francisco, quien exhortó a los fieles a repetirlo varias veces improvisando así sobre la homilía preparada.

El Papa Francisco explicó así el pasaje de la Biblia sobre las bodas de Caná cuando María pide a Jesús que ayude a los esposos que se han quedado sin vino

El pontífice argentino explicó como en aquella ocasión "María acude con confianza a Jesús, María reza. No va al mayordomo; directamente le presenta la dificultad de los esposos a su Hijo" o va "a las amigas a criticar la falta de vino".

"Su premura por las necesidades de los demás apresura la hora de Jesús", agregó.

Además, dijo el Papa, María supo "transformar una cueva de animales en la casa de Jesús, con unos pobres pañales y una montaña de ternura" y "nos recibió como hijos cuando una espada le atravesaba el corazón".

El Papa Francisco exhortó a los fieles a priorizar el amor por la familia y habló del valor de la familia, el amor y el perdón en su primera homilía el lunes en el gigantesco parque Samanes, en medio de una multitud profundamente conmovida que aplaudía constantemente.

En ese sitio el sumo pontífice, tras la lectura de las bodas de Caná, comparó el vino con el amor y pidió a los cientos de miles de fieles que no permitan que en sus hogares falte el amor.

"¿Cuántos de nuestros adolescentes y jóvenes perciben que en sus casas hace rato que ya no lo hay?. ¿Cuánta mujer sola y entristecida se pregunta cuándo el amor se fue, se escurrió de su vida?. ¿Cuántos ancianos se sienten dejados fuera de la fiesta de sus familias, arrinconados y ya sin beber del amor cotidiano?", se preguntó el pontífice.

La multitud, dividida en 30 bloques, algunos de los cuales lucían a media ocupación, escuchó con profunda devoción a Francisco.

"Lo más lindo, lo más bello y lo más profundo para la familia; está por venir. El mejor de los vinos está en la esperanza de cada persona que se arriesga al amor. En la familia hay que arriesgarse al amor", afirmó Francisco.

Poco antes estuvo en el Santuario de la Divina Misericordia, donde oró con cientos de enfermos oncológicos, ancianos y gente muy pobre con quienes bromeó al ofrecer no cobrar por su bendición.

"Antes de irme, les doy la bendición. No les voy a cobrar nada, pero les pido por favor que recen por mí, ¿me lo prometen?" y la gente respondió al papa con un sonoro ¡Sí!

A su arribo a Guayaquil el Papa fue recibido en el aeropuerto de esa ciudad por el vicepresidente Jorge Glass, el canciller Ricardo Patiño y el alcalde Jaime Nebot, quien le entregó las llaves de la ciudad, una joya diseñada con un topacio, perlas oro y plata.

Ecuador es la primera parada del Papa en una gira que lo llevará también a Bolivia y Paraguay, tres de los países más pequeños y pobres de Sudamérica.

Fuente: EFE/AP

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