ELVIS GONZÁLEZ/EPA
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BBC News Mundo

El panorama electoral cambió mucho en menos de un mes.

Si en la primera vuelta de las elecciones presidenciales, celebrada el 21 de noviembre, se impuso el candidato derechista José Antonio Kast con una ventaja de un 2,08% de los votos, en la segunda, Gabriel Boric obtuvo una victoria mucho más clara de lo esperado.

Con un 55,86% de los votos al 99,78% del recuento, más de un 11 puntos porcentuales de diferencia respecto a su rival, Boric se convirtió en el presidente electo de Chile de una manera mucho más holgada de lo que se esperaba.

¿Qué cambió en menos de un mes? ¿Y cómo contribuyó a la victoria del candidato izquierdista?

1. La mayor participación favoreció a Boric

Los análisis coincidían antes de la votación dominical en que a Boric le interesaba una alta participación. Los llamados del candidato a que los chilenos acudieran a las urnas seguían una estrategia clara de movilización que parece haber funcionado.

ELVIS GONZÁLEZ/EPA
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Si en la primera vuelta solo votaron un 47,3%, en la segunda y definitiva ese porcentaje subió hasta el 55,5%

“Se trata de una participación muy alta para un país como Chile, en el que suele ser tradicionalmente baja”, indicó en conversación con BBC Mundo Andrés Scherman, sociólogo de la Universidad Adolfo Ibáñez.

El experto señala que nunca antes se había dado un incremento tan pronunciado de la participación entre la primera y la segunda vuelta, una tendencia que parece haber favorecido a Boric, que se ha convertido en el presidente elegido con mayor caudal de votos.

“Nunca desde que el voto dejó de ser obligatorio en Chile había votado tanta gente”, recuerda Scherman.

“Teníamos una elección muy polarizada y mucha incertidumbre sobre quién iba a ganar. Como para la gente no resultaba trivial quién lo hiciera, eso favoreció la participación”.

Y, como apuntaban los pronósticos, la movilización del electorado benefició a Boric.

En lo que no acertaron las apuestas fue en lo reñido de la carrera. Pese a que vaticinaban gran igualdad entre Boric y Kast, el candidato izquierdista se impuso finalmente con mucha más holgura de lo esperado.

2. La carrera hacia la moderación

En la campaña de la segunda vuelta ambos candidatos trataron de conquistar al electorado más moderado y abandonaron algunas de sus promesas más polémicas.

Para Cristóbal Bellolio, académico de la Escuela de Gobierno de la Universidad Adolfo Ibáñez, “esta fue la elección en la que ganó el candidato que dio menos miedo. En Chile hay mucha gente que le teme a la derecha por el recuerdo de la era de Pinochet y otra que le teme a la izquierda por lo que ha sucedido en otros países de la región”.

Así que tanto Kast, que ha mostrado simpatías con el régimen militar de Augusto Pinochet y ha sido frecuentemente descrito en los medios como ultraderechista, como Boric, que saltó a la arena política como líder de movilizaciones estudiantiles y se convirtió en el candidato de consenso de une heterogénea amalgama de fuerzas de izquierda, acabaron moderando sus mensajes.

“Ambos candidatos hicieron concesiones importantes en sus programas. Kast era al principio un escéptico del cambio climático y hablaba a menudo de una dictadura gay, pero al final abandonó esos mensajes”, señala Bellolio.

CLAUDIO SANTANA/EPA
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En la última versión de su plan de gobierno, Kast renunció a promesas controvertidas, como revertir la ley del aborto o conceder un subsidio solo a las mujeres casadas.

Pero también Boric suavizó su oferta al electorado. Aparcó el concepto de “lucha social” y rebajó las expectativas de la reforma tributaria que era una de sus promesas estrella.

Los resultados parecen haber mostrado que Boric tuvo más éxito que Kast en su carrera hacia el centro, y logró ganar apoyos que finalmente resultaron claves. “Se acercó a los gobernantes de la época de Concertación a los que había criticado y logró la adhesión de expresidentes como Michelle Bachelet y Ricardo Lagos”.

Esa suma de apoyos terminó de dar a Boric el impulso ganador en la carrera hacia el centro.

Boric logró el apoyo de figuras a las que había criticado, com la expresidenta Michelle Bachelet. (ELVIS GONZÁLEZ/EPA)
Boric logró el apoyo de figuras a las que había criticado, com la expresidenta Michelle Bachelet. (ELVIS GONZÁLEZ/EPA)

3. El ejemplo de Antofagasta

Una de las incógnitas antes de la elección era por quién se decantarían los votantes de Franco Parisi y Yasna Provoste, los candidatos que quedaron descartados en la primera vuelta.

La impresión de los expertos es que Boric logró seducir a un mayor número de ellos que Kast.

Quizá donde mejor se aprecie sea en Antofagasta. Esta región minera en el norte del país fue la única en la que Parisi fue el candidato más votado en la primera vuelta.

En esta segunda Boric obtuvo allí una victoria incontestable, con un 59,8% de los votos. Fue una de las demarcaciones en las que sacó más ventaja. “Esto confirma que mucha gente que no votó a Boric en la primera vuelta pero sí por la nueva Constitución en 2020 ha decidido apoyarlo en la segunda porque quiere que los cambios se concreten”, señala Bellolio.

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