Portando pañuelos verdes en favor del aborto, quienes se congregaban esperando el final de la votación en el Congreso estallaron en cánticos al momento de conocerse el resultado. (Foto: AP/Jorge Saenz)
Portando pañuelos verdes en favor del aborto, quienes se congregaban esperando el final de la votación en el Congreso estallaron en cánticos al momento de conocerse el resultado. (Foto: AP/Jorge Saenz)
Redacción EC

Faltaban minutos para las 10 de la mañana, que seguía fría, como la noche. El Congreso de adentro estaba dividido entre los diputados nacionales a favor del proyecto de despenalización del y los que estaban en contra.

Afuera, las calles eran un espejo: del lado de la avenida Entre Ríos, militantes bajo el lema "salvemos las dos vidas" aguardaban el resultado; del lado de Callao, los pañuelos verdes a favor inundaban la zona.

Entonces, los legisladores votaron y dieron media sanción al proyecto con 129 votos a favor, 125 en contra y una abstención. Los primeros festejos tuvieron lugar adentro, pero tardaron segundos en llegar a las calles.

Como una especie de ola tardía, los gritos de celebración comenzaron desde las cercanías del Congreso y se contagiaron hacia atrás, los laterales, todas las cuadras de Callao, donde miles de personas se pusieron a cantar: "Aborto legal en el hospital". Hubo emoción, llantos, risas y muchos saltos.

Del otro lado de la plaza del Congreso, los manifestantes que se oponen a la legalización del aborto recibieron como un balde de agua fría el voto de los diputados y en pocos minutos se dispersaron del lugar.

En Argentina el aborto está prohibido y se castiga con cárcel, salvo en casos de violación o riesgo de vida para la mujer.

Pese a ello varias ONG estiman que unas cien mujeres mueren por año, de un total de unas 500.000 que se realizan abortos clandestinos.

Fuente: La Nación, GDA/AFP

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